El Museo Reina Sofía adquirió en el espacio de la galería porteña Herlitzka & Co. de ARCOmadrid dos obras de Alicia Herrero, de la serie Huacos eróticos. Se trata de Erotismos, dos pinturas al óleo que la artista realizó en 1992 y que ahora integrarán el acervo de uno de los más importantes museos del mundo. Estas piezas de Herrero ponen el foco en las diferencias simbólicas entre Occidente y la cultura andina en cuanto a las formas de representar el erotismo. Por un lado, se observan frutillas, que junto a otros frutos aparecen en situaciones orgiásticas de la pintura europea; por otro lado, jarras de cerámica con escenas de sexo explícito.
El huaco de cerámica opera como núcleo cultural disruptivo, al tiempo que pone el eje sobre una cultura postergada: las pinturas fueron realizadas en el aniversario de los 500 años de la conquista de América. Erotismos remite a una serie desarrollada entre los años 80 y principios de los noventa. La serie deconstruye mediante diversas pinturas, objetos y dibujos, una arqueología de signos que cruza elementos culturales occidentales y latinoamericanos. También una relectura del género del bodegón o naturaleza muerta.
Los fundamentos que enmarcan esta investigación interpelan la noción de “identidad cultural”. Pone en crisis los valores cristalizados de la cultura occidental. Pone en cuestión la mirada exploratoria, icónica y hegemónica dominante durante siglos de humanidad. Somete a revisión su condición sustancial, inamovible y patriarcal. Por ello estas piezas recurren al tradicional género del bodegón para desplazarlo hacia nuevos imaginarios. Estos imaginarios despliegan las diferencias culturales como resultado de algo más complejo, y desde una perspectiva feminista y queer. Son los 500 años de la conquista española de América, cuestionados en pleno clima contracultural y de rebeldía sexual y antipatriarcal de los años noventa en Argentina.
Entre la iconografía emblemática de las pinturas, se encuentran las frutillas y los huacos. Las frutillas o fresas hacen referencia directa a célebres pinturas de Jerónimo Bosch, como por ejemplo a escenas eróticas de El Jardín de las delicias (según el crítico holandés Reindert Falkenburg, El Bosco “pervierte el tema del amor cortés con la fruta del amor”). Respecto al tratamiento pictórico del fondo, es una interpretación de los dibujos lineales de la cultura Nazca (al Sur de Perú, entre 1 y 700 D.C.).
Quién es Alicia Herrero
Alicia Herrero (Buenos Aires, 1954) es graduada en Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón de la Universidad Nacional de Arte (UNA), con títulos en Pintura y Grabado. Expuso de forma individual por primera vez en 1986 y desde entonces ha participado en numerosas exhibiciones en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Museo Sívori, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Fundación PROA y Centro Cultural Kirchner entre otros.
Trabaja con diversos medios, como la instalación, la escultura, los objetos, el dibujo, la pintura, la impresión, el vídeo y la performance. Sus proyectos exploran tecnologías relacionadas con el lenguaje, la economía, el derecho, los estudios de género y el colonialismo. Ha recibido el Premio Nacional a la Trayectoria Artística 2021; el Primer Premio Fundación Fortabat 2019 y el Primer Premio Nuevos Medios e Instalaciones 103º SNAV 2014, entre otros.
[Fotos: Télam S. E.; prensa galería Herlitzka & Co.]