El Museo Nacional de Bellas Artes, con su hermosa sede en la avenida del Libertador en Buenos Aires, es el más visitado de la Argentina: superó los 700 mil en 2023, y está en crecimiento sostenido. Su mantenimiento, desarrollo y los proyectos artísticos que se plantean permanentemente son de vital importancia para mantener este rango de gran prestigio.
Su director, el arquitecto Andrés Duprat, que cursa el segundo mandato por concurso, es incansable. Cuando se conversa con él queda siempre la sensación de un enorme entusiasmo y optimismo. A la par de la creatividad que despliega intra y extramuros junto a un plantel no muy grande de expertos y trabajadores, de gran prestigio.
El cambio de administración gubernamental y la renovación y modificación de estatus para el área de Cultura, que pasó de Ministerio a Secretaría, planteó nuevos desafíos. Sobre todo en lo que respecta al presupuesto que se maneja para la entidad y los proyectos que se diseñan con mucha anticipación. El MNBA empezó a ser modificado parcialmente en su arquitectura, un proyecto que ya llevaba años, pero aún se desconoce si esas renovaciones continuará. Todo depende del presupuesto, “que sigue siendo el de 2023″, informa Duprat. “Por un lado hay una ampliación arquitectónica y modernización del Museo. Se licitó, ganó una empresa y en setiembre del año pasado comenzó la construcción. Ahora está detenida. Como tantas obras públicas. Yo espero que se retome”.
—¿En qué medida estas obras en construcción influyen en la actividad habitual del Museo?
—Esa ampliación tiene influencia sobre la temporada de exhibiciones, sobre las muestras temporarias. La ampliación, que se da mayormente en el espacio del jardín entre los dos edificios, el Bustillo sobre Avenida del Libertador y el Pabellón que da sobre Avenida Figueroa Alcorta, se desarrolla afuera pero en cierto momento toca los edificios: los une, entonces hay que hacer un cronograma si es que en determinado mes se cierra una sala, por ejemplo. Eso influye en la programación. Esperamos que reactiven las obras edilicias.
—¿Qué muestras tienen programadas?
—La de los Premios Nacionales a la Trayectoria, que es anual. Una muestra de Liliana Porter con curaduría del mexicano Humberto Moro, que es otra de las líneas que nosotros trabajamos sobre los grandes artistas, los grandes maestros del arte argentino o latinoamericano. La otra es una muestra histórica de Joaquín Torres García, ya que este año se cumplen 150 años de su nacimiento. La curadora es Cristina Rossi. La idea también era trabajar este año en una renovación de la Colección Permanente que es la gran atracción del Bellas Artes. Queremos renovarla. Proponer un recorrido particular con nuevos textos, nueva audioguía. Este es el panorama en líneas generales. Espero podamos hacerlo. Y habrá una tercera temporada del ciclo de entrevistas “Pensamiento de Artista”.
—¿El cambio de gobierno y de gestión cultural les planteó modificaciones?
—Seguimos con el presupuesto 2023, como en otras áreas estatales, indexado. Todos los cambios de gobierno implican incertidumbre, cierto corte para después recomenzar. Esta no es la excepción. En el caso del Museo el hecho de que continúa la gestión, es decir mi gestión, aligera un poco este tema. Siempre son un poco traumáticos los cambios de gestión.
—¿Tuvo conversaciones con el Secretario de Cultura?
–Sí. Con Leonardo Cifelli y con la Subsecretaria de Patrimonio Cultural, de quien depende el Museo, Liliana Barela. Tuve dos reuniones con ellos, les presentamos nuestros proyectos y están totalmente de acuerdo. La obra edilicia ni siquiera depende de Cultura. Depende de Economía.
—¿Se reunió con algún funcionario de Economía?
—No. La noticia que tenemos es que estaban revisando las obras públicas y se supone que las que están iniciadas, se van a concretar. En eso reside nuestro optimismo. Al Museo vienen tres mil personas por día, necesita una ampliación y una renovación.
—¿Qué pasó con el proyecto del nuevo Centro Nacional de Conservación?
—Es un viejo proyecto. Nuestras reservas están actualmente en el subsuelo del Museo, a tope. Están bien cuidadas, tenemos un equipo súper profesional. Lo que pasa es que cambió el paradigma de las reservas de los museos: ya no son lugares inaccesibles, sobre todo en Europa. El público puede ver las reservas, que están expuestas, puede ver las labores, cómo se restaura. Este proyecto está en esa línea. Hay que tener en cuenta que el Bellas Artes muestra el 10 ó 12 por ciento de su colección. En ese plan proyectamos la necesidad de crear un Centro de Preservación y Reservas Visitables. La Agencia de Administración de Bienes del Estado propuso como posible lugar un terreno en plaza Congreso. Pero hay que financiar un edificio nuevo, lo que en este contexto veo bastante difícil. Estoy esperanzado igual. Nosotros acá tenemos un tesoro de obras argentinas, latinoamericanas y de todo el mundo. Cuanto más se conozca, mejor.
—¿Cuáles son los proyectos más próximos?
—Tenemos la renovación de la Colección Permanente y los programas públicos que hacemos. Los ciclos de cine, las presentaciones de libros, lo que complementa las exposiciones. Si la obra arquitectónica se hace, habrá un mejor servicio para el visitante.
—¿Cómo está el convenio con el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid?
—Son convenios tanto con el Thyssen como con el Museo de Bellas Artes de Chile. Ambos tienen una escala similar al Bellas Artes. Se prevé un intercambio de exposiciones como también de colaboración de profesionales y técnicos. Llevaremos a Santiago de Chile la muestra de León Ferrari que hicimos y después podría ir a Brasil. Y estamos en conversaciones con el Museo de Artes Visuales de Montevideo. Ellos tienen interés en presentar la muestra de Carmelo Arden Quin, artista uruguayo.
—¿Puede adelantar algo de la Agenda 2025?
—Estamos preparando con Sergio Baur y José Emilio Burucúa una exposición lindísima cuyo título provisorio es Egiptología y Egiptofilia en Argentina. Tiene que ver con la influencia del antiguo Egipto en la Argentina. Va a haber desde momias hasta objetos egipcios que hay en nuestro país como en el Museo de Ciencias Naturales o de Arte Decorativo. Desde una película de Niní Marshall (Cleopatra era Cándida) hasta El escarabajo de Manuel Mujica Láinez o La hija de Kheops de Alberto Laiseca. Está en preparación. Otra muestra será la de Art Brut, impulsado por Jean Dubuffet en su momento, que siempre tuvo un lugar soslayado, medio periférico. Nosotros queremos presentar una muestra de Art Brut en diálogo con la colección. También está en preparación, con la curaduría de Gustavo Giacosa, un especialista argentino que desde hace más de 20 años vive en Europa.
—Hasta el 24 de marzo se puede ver la muestra Desde los márgenes, Jorge Gumier Maier en los 80…
–Así es. Es una muestra hermosa que pone el foco en un personaje muy conocido dentro del arte pero en los años previos a cuando él fue curador del Centro Cultural Rojas, que son los años 80. Post dictadura. La cultura gay. No solo como artista. Sino también como militante de las diversidades. Como periodista o escritor.
—¿Qué más se viene este año?
—La muestra de los Premios Nacionales a la Trayectoria. Son ocho premios por año a artistas que han dejado una marca, mayores de 60 años, y que donan un conjunto de piezas al Bellas Artes. Este año están Alberto Goldenstein, Pedro Roth, Mónica Millán, Carlota Beltrame. Artistas de distintos lugares del país. La muestra de Prilidiano Pueyrredón sigue hasta el 14 de abril.
—Y se podrá ver la tercera temporada del ciclo “Pensamiento de Artista”…
—Eso surgió por la idea de crear una fuente directa de los grandes maestros. Son entrevistas que se pueden ver en la web del Museo y en otros soportes. La idea no era hablar del curriculum de los artistas sino ir a la esencia de la creación artística y de la enseñanza o de lo que ha aprendido un maestro. Por eso una de las características de ese ciclo es la esencialidad de las preguntas. Qué es el arte para esa persona. Por qué es un artista. Son preguntas simples y a la vez las más complejas de responder. La tercera temporada tiene nombres como Liliana Porter, Alfredo Prior, Edgardo Giménez, Alberto Goldenstein, Marcia Schvartz.
—¿Habrá una continuidad de la excelente muestra El canon accidental. Mujeres artistas en Argentina (1890-1950)?
–Estamos trabajando en un proyecto que toma los parámetros del canon accidental, que hizo la curadora Georgina Gluzman, pero en el período subsiguiente, o sea, de la mitad del siglo XX en adelante. Con artistas mujeres presentes en la colección del Bellas Artes. Es un proyecto que no tiene fecha todavía pero está en la Agenda 2025.
—¿Volverán a cobrar entrada a los no residentes?
—Lo implementamos en un momento y anduvo bien. Los extranjeros son el 35 por ciento de los visitantes. Ellos están acostumbrados a pagar entrada en casi todos los museos del mundo. Eso se cortó en la pandemia. El dinero recaudado iba para el Museo directamente y se aprovechó muy bien, compramos varias obras. Está previsto volver a eso.
—¿Cuándo termina su mandato como Director Ejecutivo?
—En 2028.
—¿Tiene interés en continuar?
—No. Ya está, se cumplió un ciclo y hay que dejar a lugar a otras miradas y nuevas generaciones. Pero yo siempre voy a estar ligado a la gestión cultural y a las artes visuales.
[Fotos: Maximiliano Luna]