¿Qué pasa cuando la medicina tradicional no puede dar respuestas al infierno que están viviendo los pacientes? Este es uno de los puntos de partida de Los Impactados, la nueva película de Lucía Puenzo y protagonizada por Mariana di Girolamo, que tendrá su estreno en cines argentinos el próximo 29 de febrero, que lleva al espectador a otro nivel donde experimentará desde su lugar muchos de los trastornos que vive la protagonista.
Al igual que en sus anteriores trabajos, como XXY o Wakolda, la directora argentina indaga estos caminos alternativos que muchos deciden transitar para encontrar una sanación que se adapte a las necesidades de cada persona, aunque la misma tenga que cruzar límites hacia terrenos poco convencionales. La obra narra la transformación de una médica veterinaria después de ser impactada por un rayo. El film, que resulta por momentos inclasificable mezclando muchas cuestiones de género, ha sido galardonado como la “Mejor película” en el Festival del Cinema Ibero-Latino Americano di Trieste y ha captado la atención internacional tras su estreno en el último Festival de Cine de San Sebastián.
La trama se centra en Ada, interpretada por di Girolamo, cuya vida da un vuelco drástico tras el incidente del rayo que la deja en coma y posteriormente le provoca efectos inesperados, como alucinaciones y descargas eléctricas. Su vida personal y profesional se ve seriamente afectada, llevándola a buscar ayuda en un grupo especializado de personas “impactadas”. Explora la transformación personal a través de una narrativa única. Contando con un talentoso elenco que incluye a Germán Palacios, Guillermo Pfening, Osmar Núñez, Malena Sánchez y Moro Anghileri, y un equipo detrás de cámaras compuesto por Nicolás Puenzo en la fotografía, Misael Bustos en la edición y Andrés Goldstein y Daniel Tarrab en la música. La película es una producción de Historias Cinematográficas en colaboración con Exile Content Studio & Non Stop Studios y Fábula, y cuenta también con el apoyo del INCAA y CNC.
Lucía Puenzo se formó como guionista en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica de Buenos Aires. Debutó como directora con XXY, película que le valió el Gran Premio de la Crítica en Cannes, además de los premios Goya y Ariel a la Mejor Película Extranjera. Sus siguientes películas El niño pez y Wakolda también han recibido atención en eventos de prestigio como el Festival de Berlín y Festival de Cannes, respectivamente. En años recientes, Puenzo ha dirigido La caída, protagonizada por Karla Souza y paralelamente, ha trabajado en la televisión como creadora y showrunner de La jauría y Señorita 89. Infobae Cultura conversó con la directora y la protagonista del film:
—¿Cómo nació el proyecto?
Lucía Puenzo: —Lorena Ventimiglia, la guionista, es una grandísima amiga y ella venía contándome sobre todas las historias que giraban atrás de las personas que sufrían impactos. Ella es artista plástica y estaba muy fascinada con estas cicatrices, las marcas Lichtenberg, que quedan en las personas que los sufrieron. Muy tempranamente me propuso dirigirlo. Todos los que estamos en el proyecto entramos desde el comienzo, incluidos los protagonistas y las cabezas de equipo. Nos conocemos mucho de otros proyectos. Ahí empezamos a escribir juntas. Lo primero que creamos es el personaje de Ada, la protagonista, porque claramente la película, aunque tiene en su corazón un grupo de personas impactadas, es el viaje de ella y lo que le pasa con ese impacto.
—¿Por qué decidiste incluir una parte muy documentada sobre las personas que reciben impactos?
LP: —A primeras vistas la película puede parecer ciencia ficción y nos pasaba de querer contar que todo era verdad desde la electrofilia, la adicción a la electricidad, el estado tan alterado en el que se despiertan los impactados que sobreviven, los síntomas que tienen, incluso el comportamiento loco de algunos órganos, como en este caso la reversión de una la menopausia precoz de la protagonista que da pie a ovarios fértiles. Todos los datos con los que nos encontramos armaron el universo de Los impactados.
—¿Cómo fue transmitir esas vivencias poco comunes a los actores para crear los personajes?
LP: —Primero había que encontrar equipo y elenco que se animaran a sumergirse en la película. Todos teníamos conciencia de su extrañeza, de que los caminos que iba a transitar no muy conocidos y potencialmente inflamables, en el sentido de que pisaba zonas híbridas a nivel de género, que tenía un tono extraño de relato y sobre todo de exposición a todo nivel para la actriz y el actor, incluso en su desnudez y los lugares a los que tenían que ir.
Mariana di Girolamo: —Fue muy entretenido y desafiante. Eran escenas complejas que había que transmitir mucho. Ella está muy desequilibrada, rota, atravesada y le pasan cosas muy fuertes a nivel químico, físico, eléctrico. Tuvimos siempre muy buen diálogo y comunicación con el equipo técnico y el elenco. Había también algo de magia al interpretar, ya que algunas escenas se completarían después en la postproducción. Hay un claro trabajo de proyección, de imaginación y fantasía. Fue muy interesante, es un mundo muy desconocido para mí, no tenía idea de lo que le pasa internamente a las personas que sobreviven. Es una locura.
—¿Pudieron conocer historias de personas que habían pasado por ese tipo de situaciones?
LP: —Nos encontramos con algunas, pero sobre todo con terapeutas, tanto médicos dedicados a las terapias electroconvulsivas que trabajan en hospitales como el Fleni. Es bastante desconocido que hay tantas terapias electroconvulsivas y a esas terapias muchas veces llegan sobrevivientes de impactos que, tal como dice la película, no responden a lo químico y empiezan a responder a lo eléctrico. Desde XXY hasta en Wakolda, busco mirar la medicina desde otros lugares, como caminos alternativos para sanar otro tipo de heridas. Rescatando a los personajes de los márgenes, los que eligen no vivir, o no curarse desde lo canónico o desde lo que está socialmente aceptado. Hay algo del universo de los personajes de Lynch o de Cronenberg, que son como personajes de los márgenes, que siempre me resulta muy atractivo. Gente que se nuclea por fuera de lo conocido.
—Los espacios terminan teniendo un rol importante tanto el campo como el mar, ¿cómo lo tenías planeado?
LP: —Más allá de que es una película en la que hay una peripecia y en la que hay elementos de género, es principalmente para mí una partitura, tanto a nivel sonoro como visual, de cómo imaginábamos por dónde iba a transitar la película. Teníamos en claro que empezaba y terminaba en horizontes abiertos, en relación con esa casa en la que había ocurrido parte de la tragedia que se cuenta y en el inicio que ellos eran veterinarios que trabajaban en el campo. Además, nos gustaba la idea de registrar tormentas en cielos abiertos y tormentas en la ciudad.
—Ocurre lo mismo con el sonido…
LP: —De entrada, sabíamos la foto por dónde iba a transitar la película, así como el nivel sonoro para poder mostrar todo lo que ella estaba viviendo internamente, como ocurre con todo el universo de las auras. Fuimos experimentando desde su escritura, su rodaje y principalmente en su posproducción. Porque había que mostrar el infierno en el que viven los impactados los primeros días y semanas después de un impacto. Realmente les pasa lo que les pasa porque es insoportable, lo que ven, lo que escuchan. Pero cuando en la isla de edición se nos hacía insoportable verla por lo perturbadora que era, tuvimos que medir mucho hasta dónde empujar al espectador. Como es una película que toma de la mano a su protagonista y la sigue, es muy subjetiva, y por ende su sonoridad también tenía que estar tan perturbada como la de ella. Fue un trabajo de prueba y error midiendo todo para que el espectador pudiera tolerarlo.
—¿Por qué decidiste incluir un racconto a la historia de la protagonista que indague la relación con su madre?
LP: —Pareciera que lo más pregnante y lo más protagónico del impacto de un rayo es el impacto en sí, pero en realidad lo que nos decían es que ese impacto en realidad era lo menos importante. En esa situación de surco sináptico de neuronas que mueren, de reinventarse, viene, en general, a ayudar a arreglar algunas de las heridas más profundas. Eso es muy interesante como idea: el rayo no es lo más relevante, sino lo que pasa después. En la película, teníamos una especie de lo que llamamos backstory. Sabíamos de dónde venía esa herida y el motivo por el cual esta joven mujer tenía una menopausia precoz y todo lo que le pasaba, pero eso no estaba ni en el guión ni lo habíamos filmado. Me pasó algo que nunca experimenté con otra de mis películas, que fue entender en la isla de edición que ese backstory tenía que ser escrito, filmado y que era el corazón emocional de la película, que ni siquiera era una subtrama, era el clímax de la película. Por suerte, no estábamos corriendo con una fecha de estreno y pudimos tener el espacio de frenar, reescribir, filmar una semana más, reeditar, y ahí apareció la película. Eso es muy atípico en el cine de hoy. En general, no existe que puedas estar buscando algo hasta encontrarlo. Al poquito tiempo, la mandamos a San Sebastián y la estrenamos ahí e hizo todo un recorrido en festivales, hasta llegar a los estrenos, primero en México y ahora en la Argentina.
—¿Cómo fueron estas primeras proyecciones?
MDG: —La vi con el equipo en una función privada. Fue hermoso. Es una locura ver por primera vez los proyectos. Después pudimos acompañarla en el Festival de San Sebastián y estábamos súper nerviosas porque son salas muy grandes con publico de todas partes. Hay gente que se maravilló con una cosa, otra que se fascinó con algo distinto. Ahí es donde se completa la experiencia. Para mí como intérprete estuvo muy bueno. Es una suerte poder hacer distintos personajes y transitar diferentes formatos e historias.
LP: —La película fue muy bien recibida. Todos teníamos conciencia que es una película un poco inclasificable en su género, en su tono, en su estructura. A mí como espectadora me gusta ver algo que no es lo esperable de una directora o un director y ver cine que no entiendo bien dónde clasificar y siempre, aun desde imperfecciones o perfecciones, eso para mí es algo para celebrar, no estar encasillado en el caminito que debés seguir para construir una filmografía y poder desmarcarse un poco de lo esperable. Me empezaron a llegar muchos mensajes de impactados mexicanos que son los primeros y empezaron a aparecer esas historias por todos lados, bastante inesperadas y siempre muy extrañas en su estructura de cómo fue ese impacto. Empecé a juntar un poquito los relatos que recibo, porque solamente en sí mismas son como cuentitos de cómo fue ese impacto.
—El estreno de “Los impactados” se da en un contexto muy difícil para la cultura argentina y especialmente para el cine, ¿cómo lo estás atravesando?
LP: —El cine está completamente paralizado en la Argentina. Lo estoy viviendo con muchísima preocupación. Creo que es inédito el grado de demonización de los que hacemos arte y cultura. No sólo se está cuestionando la existencia del cine sino también la de la industria editorial, entre otras. Ahora están atacando a la escuela y a la salud pública. Lo que está ocurriendo no es solamente algo que atañe al cine. Cómo se está naturalizando la violencia institucional de una manera muy peligrosa, que el Presidente puede atacar a quien quiera por expresar sus ideas personales es algo que no hay que permitir que se naturalice. En el último tiempo me ha costado mucho traer mis proyectos a la Argentina. Todas las películas y series que hice los últimos siete años, salvo Los impactos, los tuve que filmar afuera porque no estaba logrando poder firmarlos acá y ahora está directamente paralizada la industria. El instituto, como muchas otras dependencias culturales, están acéfalas, desfinanciadas y paralizadas, que es lo mismo que cerrarlas. La situación es muy extrema. Tengo un rodaje en marcha en México, pude venirme ahora a estrenar la película y en dos semanas tengo que volver. Nos quedan cinco semanas de rodaje en Chiapas y Oaxaca, pero yo elijo vivir en Buenos Aires y sigo teniendo a mi hija en una escuela pública en la manzana de mi casa. Entonces mi pelea es traer series y películas a la Argentina, tenemos todo para que eso ocurra, desde los técnicos hasta el equipamiento hasta el talento.