La explicación dada sobre cómo habían sido conseguidas 13 páginas de borradores de letras del famoso álbum Hotel California de The Eagles generó alertas rojas a una prominente casa de subastas, según el testimonio de un ex ejecutivo en el juicio penal que trata el caso. El ex jefe de manuscritos de Christie’s, Tom Lecky, estaba inicialmente entusiasmado con la oportunidad de vender en 2015 piezas del desarrollo de uno de los mayores éxitos de la historia del rock. Pero, dijo, desarrolló reparos después de que el posible vendedor dijera que las había obtenido de un escritor que trabajó con la banda décadas antes, en una biografía nunca publicada.
“A mí me pareció una tontería”, afirmó Lecky y agregó: “Percibí que había un riesgo potencial”. Lecky testificó para los fiscales en el juicio a Craig Inciardi, Glenn Horowitz y Edward Kosinski, tres profesionales del coleccionismo que en varios momentos tuvieron páginas de Hotel California. El disco de 1976 es el tercero más vendido en la historia de la música popular de Estados Unidos.
Los fiscales y el cofundadory principal compositor de los Eagles, Don Henley, afirman que el escritor había robado las páginas. Los enjuiciados están acusados de encubrirlo para engañar a las casas de subastas y luchar contra las exigencias de Henley de que se devuelvan los documentos.
Kosinski, Inciardi y Horowitz se han declarado inocentes de cargos como conspiración para poseer propiedad robada. Sus abogados afirman que los documentos eran legítimamente de su propiedad, que no pretendían engañar a nadie y que sólo trataban de hacer frente a las amenazas legales de una estrella del rock arrepentida de haber dejado escapar las páginas.
Inciardi y Kosinski compraron los documentos a Horowitz, un importante comerciante de libros raros. Él se los había comprado al escritor, Ed Sanders. Éste no ha sido acusado de ningún delito y no ha respondido a un mensaje telefónico en busca de comentarios sobre el caso. Inciardi, entonces conservador en el Salón de la Fama del Rock and Roll, llevó las páginas de Hotel California a Lecky a finales de 2015. Lecky estaba entusiasmado.
“Como aficionado a la cultura, la literatura y la historia, era algo obvio que me entusiasmaba”, dijo Lecky, y parecía “muy comercializable”. Él e Inciardi acordaron fijar un precio que permitiera a los vendedores obtener al menos 700.000 dólares en una posible transacción privada, según un documento mostrado en el tribunal. Pero Lecky sabía que una cuestión clave sería la “procedencia”, término utilizado en el mundo de las subastas para referirse a la buena fe y el origen de un objeto. “El mercado es muy desconfiado”, explicó Lecky, ya que los compradores quieren evitar reclamos de propiedad contrapuestas.
Dijo que empezó a preocuparse cuando Inciardi le envió un correo electrónico diciendo que la procedencia era Sanders. “Que alguien trabaje en un libro me hizo pensar: ‘Ok, tienen acceso a los papeles’... Pero eso no significaba necesariamente que el archivo fuera de su propiedad de manera legítima”, declaró Lecky.
Tras una discusión en la que participaron Inciardi y un abogado de Christie’s, la casa de subastas decidió no intermediar en la venta. Los originales volvieron a Inciardi. “Mi opinión era que no disponíamos de suficiente información sobre la procedencia para poder comercializarlo con éxito”, declaró Lecky.
Más tarde, Sotheby’s sacó a subasta pública las letras de las canciones, lo que provocó las objeciones de Henley e impulsó la investigación que condujo al juicio en curso. La oficina del fiscal del distrito de Manhattan recogió las páginas de Sotheby’s, que no ha sido acusada de ningún delito y ha declinado hacer comentarios sobre el juicio.
Sanders sí trabajó con los Eagles en una biografía autorizada de la banda. En un correo electrónico de 2005 le dijo a Horowitz que Henley le daba “acceso total a sus cajas de cosas” en su casa del sur de California y que el asistente del músico le enviaba a Sanders todo lo que él quería, según la acusación.
Pero Henley se opuso después de que Kosinski, un comerciante de recuerdos de rock, pusiera cuatro hojas de borradores de Hotel California en su sitio web de subastas en 2012. El equipo legal del músico los denunció como robados y afirmó la propiedad de Henley.
No obstante, Henley compró esas páginas por 8.500 dólares, con la esperanza de “que era lo único que había y que se acabaría”, según testificó a principios de esta semana Irving Azoff, mánager de los Eagles durante muchos años. Mientras tanto, Horowitz e Inciardi comenzaron a discutir una serie de historias alternativas sobre cómo el escritor había conseguido los documentos, consultando en algunos momentos con Sanders, según los correos electrónicos relatados en la acusación.
Una versión, que Sanders aparentemente rechazó, le hacía tropezar con los documentos tirados en camarines, en un concierto de los Eagles, por ejemplo. Otra, abordada por Horowitz tras la muerte de Glenn Frey, cofundador de los Eagles, le nombraba como fuente.
Kosinski remitió un correo electrónico de Sanders con otra explicación -que no recordaba quién le había dado las letras de Hotel California durante la investigación del libro- al abogado de Henley en 2012, según la acusación. Más tarde, Kosinski pidió a Sotheby’s que no informara a los posibles compradores de los reclamos de Henley y dijo que el músico no tenía “ningún derecho” sobre los textos, según la acusación.
Fuente: AP
[Fotos: Mary Altaffer para AP]