Adrián Iaies estrena formato instrumental: “Es sano guardarse margen para la sorpresa”

El pianista de jazz debuta con el saxofonista Pablo Ledesma, este sábado en un club de Palermo. “Tocar con un músico que viene de un lugar diferente, te ayude a sacar algo nuevo de vos”, afirma

Guardar
Adrián Iaies se presenta junto
Adrián Iaies se presenta junto a su trío y Pablo Ledesma el sábado 17 en Prez Jazz & Music Club

Con una treintena de discos a su nombre, Adrián Iaies es uno de los músicos más prolíficos y experimentados de la escena del jazz local. Por más de una década fue el director artístico del Festival de Jazz de Buenos Aires; al tiempo que impulsaba su propio sello discográfico, lideraba incontables formaciones o encabezaba proyectos singulares, como el homenaje a los 50 años del Artaud spinetteano en el Teatro Colón.

En cada una de estas propuestas se entregó con la misma pasión y entusiasmo con que cada fin de semana sigue el devenir de su amado Estudiantes de La Plata. Pasión y entusiasmo que renueva ante cada nuevo desafío. Como si fuera el primero. Como si fuera el principio y nada de lo anterior existiera.

Ahora la novedad atesora coincidencias. De esas que obran como excusas, pero no lo son. Iaies tiene ya su propio estudio de grabación, lugar que anticipa de encuentro y camaradería, mientras disfruta de la solidez de su trío con Carto Brandán y Santiago Lamisovski. Todo lo que actuó como impulso para su postergado encuentro con Pablo Ledesma, el talentoso saxofonista líder de la libre improvisación en Argentina. Una sociedad que sorprendió a propios y extraños y que tendrá su presentación oficial este sábado en Prez Jazz & Music Club de Recoleta. “Ya estuvimos ensayando y es tremendo como suena. Parece que tocáramos juntos desde hace 20 años”, dice Iaies. Y el entusiasmo toma nuevo impulso.

El saxofonista Pablo Ledesma se
El saxofonista Pablo Ledesma se suma al trío de Adrián Iaies

—¿Cómo surgió la idea de sumar a Pablo Ledesma a tu grupo?

—Hace muchos años me crucé con Pablo en el Festival que yo dirigía. Creo que fue cuando tocó con Agustí Fernández. Recuerdo que charlamos algo durante la prueba de sonido y así, como al pasar, nos dijimos que estaría bueno hacer algo juntos alguna vez. Pasó un tiempo de aquello y un día Pablo me escribe muy predispuesto, preguntándome si no quería que finalmente hiciéramos algo. Realmente yo tenía ganas, pero justo en ese momento estaba complicado con temas personales y además había comenzado a reformar el estudio en mí casa y no tenía un lugar físico para encontrarme.

—¿Y cómo hacías para componer o para ensayar tus proyectos?

—Estaba medio nómade. Probaba en distintos lugares. Ya no trabajaba en la Usina del Arte y entonces no tenía un lugar fijo donde ensayar como quería. Todo siguió así hasta que me decidí por armar el estudio en casa. Tenía mi propio piano, que es muy bueno, y me seducía la idea de poder grabar aquí. La obra me llevó tres meses y quedó genial. El ingeniero que me armó todo fue Marcelo Iacovino, el mismo que hizo Dr. F, el estudio de Florencio Justo.

—¿Durante ese lapso seguías pensando en esta posibilidad con Ledesma?

—Si. Pablo me escribió un par de veces para vernos, pero yo no podía, estaba metido en todo ese lio. No solo no tenía un lugar, sino que además había desarmado el piano para poder hacer todas las reformas. Y justo, cuando finalmente tuve el estudio, fue que surgió la fecha en Prez con dos sets con mi trio en la misma noche. Entonces pensé que en el segundo estaría bueno tener un invitado. Era una buena posibilidad para concretar el proyecto pendiente con Pablo. Tanto a Carto como a Santiago les encantó la propuesta y allí vamos. Con el trio en el primer set y con el cuarteto en el segundo.

Adrián Iaies posa satisfecho en
Adrián Iaies posa satisfecho en su flamante estudio hogareño

—¿Habrá una música distinta para cada formación?

—Si claro. La música del cuarteto va a ser toda nueva. Incluso varios de esos temas fueron escritos a partir de que Pablo me confirmó que iba a estar. Los escribí pensando en que los va a tocar él. Ya estuvimos ensayando y es tremendo como suena. Parece que tocáramos juntos desde hace 20 años…

—Casi no hay registros tuyos con saxofonistas…

—Esa es otra cosa que estaba pensando días pasados. Hace muchos, muchísimos años, que no toco con un saxofonista. Porque cuando no tocaba solo o con el trío, lo hacía en cuarteto con Mariano Loiácono en trompeta o en quinteto, con Mariano y Rodrigo Agudelo en guitarra.

—Creo que la última vez fue con Ricardo Cavalli en los shows del disco triple, UnoDosTres, solo y bien acompañado, de principios del 2000.

—Es verdad. Estoy casi seguro que aquella fue la última vez. Bueno… Ricardo, otro músico tremendo y excelente persona con la que es un placer tocar y seguramente volveré a hacerlo en algún momento. Sucede que el saxo es otro timbre y de alguna manera yo me resistía a integrarlo. Siempre tenía otro sonido en la cabeza. Pero esta vez me tentó mucho la idea de trabajar con Pablo.

—Lo que aquí llama la atención no es la presencia de un saxofonista en general, si no la Ledesma en particular. Un músico de propuestas muy diferentes a las tuyas.

—Los dos somos músicos de jazz, pero está claro que Pablo viene de otra tradición. Él se ha desarrollado en la libre improvisación, que no es ciertamente lo mío. Pero también pienso que si juntas dos, tres o cuatro músicos que se respetan y tienen algo para decir, más allá de sus coincidencias; seguro vas a encontrar un punto de encuentro. Necesariamente va a haber una zona de interés musical común. Por lo pronto te diría que nos gustan los mismos músicos, como Thelonious Monk, Herbie Nichols o Misha Mengelberg. A propósito de eso, no sé si recordás, pero en el 2013 yo traje al Festival a la ICP Orchestra (Instant Composers Pool). Lamentablemente Misha no pudo venir con ellos aquel año, porque ya estaba muy enfermo, pero fue un golazo. Abrimos el Festival con la ICP y estaba todo lleno. Es un tipo de música que siempre me interesó.

"Si juntas que se respetan
"Si juntas que se respetan y tienen algo para decir, más allá de sus coincidencias; seguro vas a encontrar un punto de encuentro", dice Iaies

—Más allá de eso, no hay tantos encuentros entre músicos con estéticas a priori muy distanciadas.

—No creas. Yo he visto a algunos de mis músicos favoritos en situaciones muy diferentes. Bill Evans decia que le encantaba tocar con Philly Joe Jones y uno, de primera, diría que esa yunta era rara. Uno de mis discos preferidos es Out of the Afternoon del cuarteto de Roy Haynes, donde está Roland Kirk en saxos junto a Tommy Flanagan en piano. ¿A quién se le ocurrió que podían tocar juntos Flanagan y Kirk? Pero lo hicieron. Fijate Jeff “Tain” Watts. Ha tocado cosas muy tradicionales con Wynton Marsalis y al mismo tiempo va y toca free jazz en el Vision Festival. El guitarrista Julian Lage toca blues con su trio y despuès sale haciendo un duo con Kris Davis. Hay mil ejemplos.

Me parece que es muy sano guardarse un margen para la sorpresa. Quizás lo que suceda no es lo que esperaba uno o el otro, pero puede llegar a ser algo superador. Algo novedoso. Y se supone que uno tiene la ilusiòn que tocar con un músico que viene de un lugar un poco diferente te ayude a sacar de vos algo tambièn nuevo. Y, finalmente, siempre es negocio tocar con músicos que tocan mejor que vos. Y con Pablo es claramente el caso.

—Más allá de los méritos artísticos ¿qué peso tiene lo personal en un encuentro como este?

—Mucho. Pablo es un tipo humilde, educado, de bajo perfil. Con una actitud un poco rocker que no me la imaginé y que me encanta. Y luego…hay un músico tremendo, que ha tocado con un montón de gente, con mucha experiencia internacional. Pero también tiene experiencia docente. Y eso es algo que no hay que minimizar. Un docente es alguien que está acostumbrado a explicar cómo hace lo que hace. Y esto te obliga a profundizar, a analizar y a revalidar ideas que dabas por buenas. La docencia no es solo un trabajo, sino que es algo que también potencia el lado artístico.

"Es muy sano guardarse un
"Es muy sano guardarse un margen para la sorpresa", afirma Adrián Iaies

—Tus formaciones suelen tener identidad propia. No es lo mismo el trío con Carto y Santiago, que el que armaste con Diana Arias o Facundo Guevara, o el que tenías con Mariano y Juan Bayón. ¿Por dónde crees que va a ir ahora este cuarteto?

—En cuanto al tema de la identidad, siempre me pareció bien que un grupo tuviera un sonido específico. Es como hablar de una cosa por vez. Algo así como: ´hoy hablemos de esto. Si querés mañana hablamos de otra cosa, pero hoy de esto´. Eso, por un lado. Por el otro tené en cuenta que hay un montón de música mía que no se conoce. Entonces si sólo se piensa en lo que hice con esos tríos o lo que Pablo hizo con sus grupos, vas a concluir que somos el día y la noche. Pero se desconoce toda una parte autoral mía que me acerca más a Pablo.

—¿La idea es seguir con esta formación? ¿Hay algún proyecto en este sentido?

—Veremos. Hay que ver a donde nos lleva Yo mantengo mi trio a muerte, porque para mí un pianista de jazz es alguien que tiene un trio. Pero también me ilusiono con la posibilidad de seguir tocando con Pablo en cuarteto o también en dúo. Todo esto forma parte de una idea, de un deseo, que es el de tocar con más gente. Algo que ahora si puedo hacer, porque tengo un lugar en casa donde recibir a los músicos, donde ensayar o grabar. Y eso ya te mueve la aguja.

[Fotos: Maximiliano Luna]

Guardar