Lorena Vega y cómo hacer un tipo de teatro “que te tira del pelo y te arrastra por el piso”

La actriz y dramaturga, una referencia de la escena porteña contemporánea, repuso “Precoz” y acaba de estrenar “Testosterona”, dos destacadas obras del verano. “Trabajo con una entrega total”, confiesa

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Lorena Vega dirige las obras "Precoz" y "Testosterona" en la cartelera teatral porteña de verano (Foto: Matías Arbotto)
Lorena Vega dirige las obras "Precoz" y "Testosterona" en la cartelera teatral porteña de verano (Foto: Matías Arbotto)

Precoz es una obra que te tira del pelo y te arrastra por el piso”, dice Lorena Vega a modo de resumen de la obra que dirige desde el 2021 y protagonizan Valeria Lois y Tomás Wicz. Este año, en su tercer reestreno, se mudan al Teatro Picadero, en donde tanto Vega como Lois actuaron La vida extraordinaria, de Mariano Tenconi Blanco.

Precoz, novela de Ariana Harwicz, relata la vida de una madre y su hijo. Es, como tantas de las historias de Harwicz, una narrativa del borde, de maternidades poco maternales y de un lenguaje ajenizado. A la adaptación de Vega se suma a la de Matate, amor, dirigida por Marilú Marini y protagonizada por Érica Rivas, y a la de La débil mental, dirigida tanto por Paula Herrera Nóbile como por Carmen Baliero.

Además de la reposición de Precoz, Vega dirige Testosterona, protagonizada por el periodista y escritor Cristian Alarcón. La obra experimenta el desconcierto de un niño inyectado con esa hormona, la desobediencia de un cuerpo que crece, migra y quiere probarlo todo.

En esta entrevista para Infobae Cultura, conversamos con Vega respecto de la situación actual de la cultura y el teatro, su recorrido artístico y la íntima relación que tiene con la escritura.

Lorena Vega dirige al periodista y escritor Cristián Alarcón en "Testosterona"
Lorena Vega dirige al periodista y escritor Cristián Alarcón en "Testosterona"

—Es imposible pensar una entrevista sin pasar primero por algo del contexto cultural actual: el potencial cierre del Instituto Nacional del Teatro y del Fondo Nacional de las Artes, el desfinanciamiento del INCAA, y demás. ¿Cómo estás con eso?

—Preocupada. Estoy en conexión con toda la gente del área pensando acciones, hablando del tema. A la vez, seguimos adelante con nuestro trabajo, que estaba encaminado. Tenemos que seguir trabajando para poder sostenernos, y al mismo tiempo movilizarnos y tomar decisiones respecto de lo que está pasando. Vamos a defender nuestra fuente de trabajo, como cada sector trabajador la defiende. Por supuesto, es una defensa colectiva, de todas las áreas, de todos los espacios de trabajo que están en peligro.

Hay un montón de colegas que trabajamos en Instituciones universitarias y vemos afectados nuestro sueldo. Veo el contexto actual con absoluta preocupación, con indignación, con pena; siendo consciente del costo que tiene esto a largo plazo. Pero con la convicción de que hay que hacer cosas. Me parece que lo que se está proponiendo desde el actual gobierno es un cambio de sistemas sin discusión y sin consenso, y eso no es democrático. Que hayan ganado las elecciones no avala que puedan destruir todo lo que se consensuó a lo largo de todos los años de democracia.

"Precoz", con Tomás Wicz y Valeria Lois, se presenta todos los jueves en el Teatro Picadero (Foto: gentileza Varas Otero)
"Precoz", con Tomás Wicz y Valeria Lois, se presenta todos los jueves en el Teatro Picadero (Foto: gentileza Varas Otero)

—¿Esta situación obliga a volver a explicar el valor de la cultura?

—Sí, es volver sobre lo obvio, aunque no descarto que haya gente que no está vinculada con el sector y desconozca algunas cuestiones. Me parece una buena oportunidad para desandar cosas instaladas, como que el arte, o todo el trabajo del campo artístico, es un trabajo de vagos. Todo lo contrario. Es una buena oportunidad para explicar el nivel de trabajo que tenemos, que es veinticuatro horas; el tipo de trabajo que hacemos, el nivel de entrega que hay en términos físicos, en términos intelectuales, en términos de tiempo; muchas veces postergando a nuestras familias por estar horas y horas dentro de nuestros espacios de trabajo.

Incluso se desconoce el nivel de impacto que tiene lo que hacemos, en donde se genera un efecto multiplicador de otros oficios asociados que se ponen en acción a partir de lo que generamos. Es una cadena de trabajo que está bueno que sea explicada, porque gente que quizás no consume teatro, cine o música en vivo, no entiende la cantidad de trabajo que hay detrás. Incluso quienes van al teatro, y ven una sala linda o un espectáculo bueno, a veces no se detienen a pensar que para que todo eso funcione hay que estar ahí todo el día, toda la noche, atajando un montón de cuestiones. Hay mucho trabajo atrás de cada obra, de cada sala. Esta es una buena oportunidad para explicarlo y de desandar viejos esquemas o frases sobre el trabajo artístico.

Lorena Vega (derecha), junto a Laura Paredes, en "Las cautivas", de Mariano Tenconi Blanco
Lorena Vega (derecha), junto a Laura Paredes, en "Las cautivas", de Mariano Tenconi Blanco

—Vos además formas parte del mundo artístico desde distintas aristas: dirigís, actuás, escribís, leés, das clase. ¿Cómo se fueron formando todas esas Lorenas?

—Mi manera de trabajar fue siempre así. Trabajo con una entrega total, de todo mi tiempo, mi cabeza, mi disposición y mi cuerpo. Desde muy chica di clases, la actividad docente fue central en mi desarrollo profesional, y eso me hizo tener disciplina. Hay que cumplir con días, horarios, y conducir equipos de mucha gente. Cuando terminaba el año de entrenamiento actoral, hacíamos muestras con todos los grupos. Ahora que pienso retrospectivamente, miro hacia atrás y pienso que esa cantidad de años haciendo montajes dentro de procesos pedagógicos, me dio mucho entrenamiento en el oficio del armado para que un material sea visto. Y ahí me parece que se entrenó mucho la dirección.

Después, bueno, voy pivoteando entre un área y la otra, entre escribir o dirigir o y una cosa me va ayudando a la otra. En un momento estaba haciendo varias obras en simultáneo, en distinta escala de salas, ¿viste? O sea, Yo, Encarnación Ezcurra en el Teatro del Pueblo. Después me iba corriendo y hacía Parias en la sala Casacuberta. Fue como un capital alucinante. Y ese entrenamiento ecualizó mucho a la actriz, en relación a lo gestual, a lo vocal, a todo lo expresivo, y si tenés que actuar para un tiro largo o para una cosa más íntima. Cada cosa que hago la experimento como un entrenamiento, como nutrición, como una novedad, como un capital que voy ganando para cada vez afinar más.

—Es afinar el ojo, ¿no? Como con tu relación con la escritura: es diferente escribir un texto desde cero como hiciste con Imprenteros, o reescribir uno que ya estaba escrito pero desde el cuerpo, como el caso de Precoz.

—Son distintas textualidades escénicas. Imprenteros lo escribí probando primero con el cuerpo. No había escritura previa, sino que aparecían los momentos, las escenas. Tenía bastante trabajo de mesa, pero más esquemático, aparecían fotos o videos y armaba la escaleta para unir esos materiales. Concretamente, una vez que tuve un primer boceto de Imprenteros, vino Viviana Vázquez a ver un ensayo. Lo vio y me dijo: “No está tu mamá en la obra, está solo en el video de la fiesta de quince. Vos tenés que escribir escenas de tu mamá. Escribirlas y yo las actúo”. Escribí una, ella entró a ensayar, y no pudo estrenar. La que estrenó fue Vanesa Maja, que cuando vino a un ensayo, me dijo que faltaban más escenas, que no podía estar en una sola. Entonces escribí dos más.

Lorena junto sus hermanos César y Federico, autores de "Imprenteros" (Foto: César Capasso)
Lorena junto sus hermanos César y Federico, autores de "Imprenteros" (Foto: César Capasso)

—¡Escribías a demanda!

—¡Me puedo considerar una escritora contratada! En el caso de Precoz, hicimos la adaptación con Juan Ignacio Fernández. Él venía a los ensayos, tomaba nota, lo íbamos charlando juntos y él después traía una versión. Después, se iba modificando el texto según algo que hacían los actores; pero siempre tratando de conservar el estilo que proponía la autora, de no traicionar la voz original de la novela, que creo que es algo que logramos. Es uno de los orgullos que tengo en relación a Precoz: haber podido hacer una adaptación que le es fiel a la voz de la novela y que a la vez tiene su singularidad como obra de teatro. A eso se le suma trabajar a partir de la dramaturgia de exquisitos escritores, como por ejemplo Mariano Tenconi Blanco, con quien ya hice tres obras. Estoy muy metida en su prosa, él tiene un estilo que lo identifica. Siempre están la literatura y el cine, aunque vaya variando la época o los temas de obra en obra. Es otra textualidad más.

—Y podemos pensar en otra capa más, que es la del tiempo. Precoz lleva ya cuatro temporadas. ¿Cómo fue variando?

—Hubo una primera etapa de gestación de la obra, con Julieta Díaz y Tomás Wicz. Una segunda etapa de renovación, que es la que llevan adelante Valeria Lois y Tomás. Es re interesante lo que cuenta él en relación a lo que le ha pasado con una madre y le pasa con la otra. El texto es el mismo. La gente que ha visto la obra en los dos casos dice que es distinta, algo que a mí me sorprende un montón y me encanta escuchar, porque todo es igual y sin embargo la obra es distinta. La obra de Ariana Harwicz tiene mucha impronta, y la maternidad es un tema central en su trilogía. No es el único, por supuesto, pero tiene un lugar privilegiado.

Lorena Vega junto a Tomás Wicz y Julieta Díaz, para la primera versión de "Precoz"
Lorena Vega junto a Tomás Wicz y Julieta Díaz, para la primera versión de "Precoz"

Sin embargo, para mí, Precoz tiene algo que es muy fuerte en la obra y que no tiene que ver con el tema que se toca, sino con el procedimiento de actuación. El drama se plantea desde lo formal. La obra es drama todo el tiempo. No es todo el tiempo para sufrir, tiene momentos de guiño, de risa, de quiebre, de liviandad, de soltura. Hay un juego actoral de mantener la pelota en el aire de un modo mágico, es un procedimiento que depuramos mucho. Hay un trabajo de la expresividad más vinculado con la música que con la palabra. El sentido está puesto en lo rítmico, no en lo argumental. Para mí, ver la obra es subirse a una montaña rusa que no se detiene, y te tiene todo el tiempo con vértigo hasta que termina.

—Con la lectura pasa algo parecido, es una novela para leer de una sentada.

—Acuerdo. Para mí eso se conserva de la novela, eso es algo que alimentó la apuesta de lo que quisimos hacer con la obra. Es un vector del evento que sucede cuando vas a ver precoz. Yo estoy enamorada de Precoz, siendo que hicimos una pieza, algo muy difícil de hacer. Nos llevó muchísimo trabajo. Es cautivante. Siento que es una obra que te tira del pelo y te arrastra por el piso. La escenografía la hizo Rodríguez Gonzáles Garillo, con la idea de tener una sensación de debajo de autopista o de lateral de ruta. Es una road movie rota. En el Picadero es complejo lograr eso, porque es una sala muy confortable, butacas reclinables. Pudimos lograrlo rompiendo el espacio, abrirlo, que se vea el detrás del escenario, los trastos, los focos de luz.

"Con Valeria Lois vamos a fondo", define Lorena Vega (Foto: Matías Arbotto)
"Con Valeria Lois vamos a fondo", define Lorena Vega (Foto: Matías Arbotto)

—¿Y trabajar con Valeria, después de tantos años? ¿Cómo fue encarar este trabajo?

—Yo no quería abandonar Precoz. Le dije a Valeria que quería que sea ella, pero estábamos haciendo muchas cosas juntas, quizás era mucho, quizás nos cansábamos. Y Vale, que es hiper talentosa y también muy inteligente, me dice: “No vamos a tener más problemas de los que ya tuvimos. Vamos a hacer lo que haya que hacer para estar bien”. Y fue así, nos cuidamos un montón. Cuando actuamos nos sentimos del mismo pueblo. Cada una tiene su singularidad, sus métodos y procedimientos, pero hay un lugar en donde la actuación es todo o nada, es de vida o muerte. Nosotras vamos a fondo, nos entendemos ahí. Ella comprende mucho lo que le pido y lo recibe súper bien. Le pido algo y ella da dos veces eso. Fue muy placentero el tiempo de ensayo, nos sigue interesando desandar e investigar la actuación. Estuvo bueno animarnos a una experiencia en donde cambiamos el rol. Nuestro encuentro nació haciendo una obra, Capítulo Quince, en la que nos autodirigíamos. Es como haber vuelto al origen.

—Es muy llamativo además lo que se logra con Tomás, que tiene un personaje que no habla en la novela.

—Es un gran hallazgo de la adaptación haber encontrado la voz de ese hijo, y es un gran hallazgo de Tomás haber encontrado la voz de ese hijo. A mí él me parece un actor brillante, a una escala superlativa y muy perturbadora. Es conmocionante lo que hace. Es una persona sumamente inteligente, sobre todo en términos emocionales. Cuando arrancamos y tomamos contacto con la novela, encontrábamos espacios vacíos, lugares donde nos perdíamos, y él entendió la novela de una. Siempre le aportó el hilo conductor al proyecto. Una persona muy sólida, con una experiencia impresionante para ser el más chico del grupo. Hace cosas muy difíciles y las hace como si fueran fáciles, y son muy complejas. Es alguien central que realmente fue clave para que se haya sostenido el proyecto.

* Precoz se pone en escena los jueves a las 21 hs. en el Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857). Testosterona se presenta los jueves a las 20.30 hs en el Teatro Astros (Av. Corrientes 746).

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