Eva Halac remezcla a Tolstoi, entre la comedia y el feminismo

“Ana Karenina en Halloween” propone una nueva perspectiva del clásico de la literatura universal. “Imaginé una pareja joven con la sensación de que la vida que soñaron era otra cosa”, dice la directora

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"Ana Karenina en Halloween", de Eva Halac

El viernes 2 de febrero se repondrá Ana Karenina en Halloween, escrita y dirigida por Eva Halac, luego de su estreno en octubre de 2023 en el teatro Picadero. La producción se traslada al Camarín de las Musas para ofrecer un programa de doble función, los viernes y sábados de febrero a las 20.

La propuesta de Halac es una suerte de reinterpretación cómica de la obra de León Tolstoi, y cuenta con las actuaciones de Flor Torrente y Federico Salles, quienes dan vida al matrimonio de una actriz y un diputado que comparten un loft en el barrio de Colegiales. La trama se sumerge en la pregunta que plantea Tolstoi sobre la compatibilidad, o no, entre las ambiciones personales y la formación de una familia, y explora las complejidades que surgen con la llegada de un hijo.

Para Inés y Lorenzo, surgen las reflexiones sobre decisiones de vida, sacrificios y desigualdad entre mujeres y hombres al asumir roles de crianza. El conflicto se desata tras una fiesta de disfraces de Halloween adonde la pareja es invitada. Aparecen los reclamos y la dualidad que se evidencia entre la vida antes y después de la llegada de un hijo.

En su obra, Eva Halac revela las tensiones modernas entre la libertad y la responsabilidad
En su obra, Eva Halac revela las tensiones modernas entre la libertad y la responsabilidad

Eva Halac comparte, en una entrevista con Infobae Cultura, que su inspiración bebió de las aguas de experiencias personales y relatos de mujeres que le confiaron sus historias.

—¿Por qué Ana Karenina? Si bien podría preguntarse “por qué no”, ¿verdad?

—Se suele recordar Ana Karenina como la historia de la mujer que deja al marido (un funcionario político con quien tiene un hijo) para irse con su amante y todas sus consecuencias. Pero más que la historia de los amantes, siempre me interesó la de ella con el marido. Las percepciones tan distintas que cada uno tiene en ese matrimonio. Y la desesperación de ella, la sensación de que se está perdiendo de una vida más verdadera. Lo que más me interesó no es el tema de la infidelidad, y creo que tampoco es lo que le interesó a Tolstoi. En la novela, Ana Karenina siente que vive una vida indigna. Que la vida verdadera la tiene al alcance de la mano, pero para ello tendría que cruzar un abismo. En esta obra, imaginé quiénes serían esa pareja hoy. Una pareja joven, de profesionales, con amor, y sin embargo con la sensación, la sospecha, de que la vida con la que se soñaba era otra cosa.

Flor Torrente y Federico Salles protagonizan "Ana Karenina en Halloween"
Flor Torrente y Federico Salles protagonizan "Ana Karenina en Halloween"

—Y a partir de esa búsqueda, ¿por qué ese salto a un loft en Colegiales? ¿Cuál fue la pregunta inicial o la motivación?

—Como te decía, me imaginé a una pareja de jóvenes profesionales, de Buenos Aires, del circuito social de la cultura y la política. En la obra, él es un diputado y ella es una actriz. Los vi llegando de una fiesta a su casa, saludando a la niñera, una chica joven con la que la actriz tiene una buena relación. No vivían en un barrio cerrado ni en Puerto Madero. Vivían en Colegiales, y en un loft, que se me aparecía como un espacio contemporáneo, pero a la vez medio gótico, que jugaba con la idea de que estén disfrazados, que todo pase en la noche de Halloween.

—¿Cómo fue el trabajo de trasposición/ adaptación, teniendo en cuenta que hablamos de Tolstoi?

La obra no es una adaptación de Ana Karenina. Es una obra sobre una pareja actual, para la que me inspiré en una escena de la novela de Tolstoi. Es una escena del comienzo, cuando Ana y su marido, el funcionario, regresan de una fiesta en la que ella se quedó toda la noche hablando con otro. En mi obra, la pareja vuelve de una fiesta de Halloween: una celebración que él, el diputado, siente como una tontería de otro país; una fiesta en la que además él se sintió incómodo porque eran todos actores, amigos de su mujer, y él no conocía a nadie. Ella, en cambio, no quería volver porque allí volvió a vivir por unas horas esa vida que tenía hasta dos años atrás, antes del impasse que significó tener un bebé.

En aquel momento, cuando supo que estaba embarazada y decidió tenerlo, tuvo que cancelar un contrato para una serie internacional donde ella iba a interpretar, justamente, a Ana Karenina. Desde entonces no volvieron a ofrecerle un papel importante. En estos años, en cambio, la carrera de él como político avanzó muchos casilleros. Esa diferencia que significó para cada uno el tener un hijo nunca se habló en la pareja. Hasta esta noche, en que vuelven de una fiesta a la que ella fue disfrazada, precisamente, de Ana Karenina.

Me inspiré en algunos interrogantes de Tolstoi en la novela. Sobre los límites de una vida libre, sobre todo de las mujeres, con la responsabilidad de los hijos, la familia.

Eva Halac reinterpreta el texto original de Tolstoi con una pareja joven y profesional
Eva Halac reinterpreta el texto original de Tolstoi con una pareja joven y profesional

—Ya que mencionás a las mujeres, la maternidad, y a la luz de los movimientos feministas actuales, ¿cómo se ve hoy Ana Karenina?

—En la novela de Tolstoi el tema de la maternidad es fundamental, y las mujeres lo viven y lo piensan de distintas formas. En la clase social de Ana Karenina no trabajaban, era parte del contrato, y Tolstoi muestra mujeres que parecen más cómodas con ese rol y otras que no, como Ana, que se desespera. En mi obra, hay una pareja actual, atravesada por el feminismo. Pero a la hora de tener un hijo ella interrumpe su carrera y él no. Toda la epopeya del embarazo, el parto, la crianza, la arroja de un tirón siglos atrás. La vuelve dependiente, vulnerable allí donde no lo era, como a Superman la kriptonita. Lo vive como una renuncia, un sacrificio que él no realizó y que tiene consecuencias. Y la responsabilidad para siempre sobre ese nuevo ser, que supone una despedida de una forma de vivir y sentir la vida. Emocionalmente es un golpe, y casi no se menciona. Siento que hoy hay una mayor necesidad de hablar de esto, de expresar lo que ocurre.

—¿Qué paralelismos pretendés mostrar más allá del ”disfraz de Ana” que usa Inés? ¿Hay un significado detrás del hecho de “Halloween” más allá de la excusa para la fiesta de disfraces?

—Más allá de la actual fiesta de moda, Halloween es una celebración antigua. Simboliza el encuentro entre dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Encontré ahí una metáfora de lo perdido. En la obra, la pareja vuelve de una fiesta de Halloween en la que ella se reencontró con la vida que tenía antes de ser madre. De alguna manera, lo perdido cobra vida para ella esa noche. También hay algo de eso que me resultó cómico y a la vez dramático, porque ese encuentro con una imagen nuestra del pasado suele estar atravesado por una fantasía: una idealización de lo que podría haber sido la vida en otras circunstancias.

* Ana Karenina en Halloween reestrena el 2 de febrero a las 20 en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, C. A. B. A.), y tendrá ocho únicas funciones, los viernes y sábados de febrero.

[Fotos: Guillermo Monteleone]

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