Hay dos tipos de cinéfilos en el mundo: los fans de Aki Kaurismäki y los futuros fans de Aki Kaurismäki.
Alma Pöysti y Jussi Vatanen, las estrellas finlandesas del romance tragicómico Hojas de otoño, iniciaron una gira relámpago por Estados Unidos en plena temporada de premios de Hollywood: en sólo unos días, asistieron a la entrega de los Globos de Oro –donde estuvieron nominados a mejor película y mejor actriz, recibieron la noticia de que la Sociedad Nacional de Críticos de Cine eligió la película de Kaurismäki como la mejor de habla no inglesa del año, hicieron un rápido desvío a San Francisco para asistir a una proyección y regresaron a Los Ángeles a tiempo para los Governors Awards.
Se les acaban los superlativos para describir la experiencia, dice Vatanen en una entrevista conjunta con Pöysti, pero ambos están de acuerdo en que ha sido “abrumadora”.
La película trata de dos personas solitarias de la clase trabajadora en Helsinki, Ansa y Holappa, que se conocen en un bar de karaoke e intentan iniciar un romance a pesar de las conexiones perdidas, los números de teléfono extraviados, la torpeza general, la soledad de la mediana edad y otros obstáculos similares al amor verdadero. Su encanto inexpresivo ha trascendido culturas y ha hecho que se preste más atención y se aprecie más a Kaurismäki después de 20 películas, aunque él mismo rehúye la prensa y los focos. Así pues, los actores son los emisarios de la película. Pero es todo lo contrario de una tarea: es un privilegio.
“Esta película aporta alegría, esperanza y consuelo a la gente”, afirma Vatanen. “Es estupendo ser embajador de ello”. Pöysti dijo que está casi celosa de la gente que está conociendo al director más famoso de Finlandia a través de Hojas de otoño.
“Tienen muchas cosas bonitas por descubrir”, afirma. “Su humor te llega tengas la edad que tengas, vengas de donde vengas, hables el idioma que hables. Y es un verdadero regalo poder hacerlo. El humor es una de las cosas más difíciles de traducir a diferentes culturas y Aki lo hace de forma única y magistral. Pero también su profundo humanismo está en la base de todo”.
Tanto Vatanen como Pöysti crecieron bajo la influencia de Kaurismäki, no sólo por sus películas, sino también por la cultura cinematográfica que ayudó a construir en Finlandia con festivales, teatros y “espacios para que la gente se reuniera en torno al cine”, cuenta Pöysti. Ninguno de los dos se perdió la oportunidad de participar en una de sus películas. “Es un verdadero maestro del cine finlandés”, afirma Vatanen. “Tener la oportunidad de trabajar con él es como un sueño que nunca tuve porque se siente muy lejano”.
Hojas de otoño es una película cinéfila hasta la médula, con referencias a Jim Jarmusch, David Lean y Charlie Chaplin. La cita cinematográfica de Ansa y Holappa es con Los muertos no mueren (Jarmusch, 2019) pero también hay carteles de cine en el fondo de muchas escenas, y la cosa tampoco paró cuando se apagaron las cámaras. “Era como un concurso de cine interminable en el set de filmación”, dice Vatanen. “No había ninguna posibilidad de ganarle a Aki en conocimientos cinematográficos”. Pöysti añade que los cineastas debatieron “apasionadamente” la elección de los carteles.
Han estado viajando con Fallen Leaves durante casi un año, desde su estreno en el Festival de Cannes, pasando por el Festival de Nueva York y sus estrenos en salas de todo el mundo. Y ahora, se encuentran en plena temporada de los Oscar. Hojas de otoño está en la lista de candidatos al mejor largometraje internacional en representación de Finlandia. Pero no quieren hablar de esa posibilidad todavía, antes de que se anuncien las nominaciones el martes 23 de enero.
“No queremos predecir nada”, dice Pöysti. Además, de todos modos es más divertido hablar de la película: la actriz confiesa que le gusta decir que es “más salada” que una “azucarada historia de amor”.
“Llevan vidas muy duras. Pero el humor es de alguna manera lo que les hace sobrellevar el día a día”, reflexiona. “Y no son profesionales de las citas en absoluto. Se comportan tal vez como se supone que se debe ser en una cita. Pero no creo que ninguno de los dos haya tenido una cita, quizás nunca”. Vatanen añade: “Es un poco como si hubieran leído un manual de citas, ya sabes, cómo invitarla a un café y luego al cine y tal vez una cena”.
No se preguntan sus nombres, por ejemplo, lo cual, según Vatanen, no es lo más descabellado viniendo de Finlandia. Los finlandeses, dijo, son “el grupo silencioso de los europeos”. “Casi también podría llamarse flirteo, pero no te dan toda la información de inmediato. Te la tienes que ganar de alguna manera”, cuenta Pöysti. “Y son extremadamente tímidos. Decir tu nombre puede resultar algo muy, muy vulnerable”.
Los protagonistas han disfrutado escuchando las reacciones ante Hojas de otoño en las proyecciones de todo el mundo y sabiendo que la gente sale de la película con un sentimiento de esperanza. “Me encanta el hecho de que sea sólo una pequeña historia de amor”, dice Vatanen. “No está recubierta de nada. Son emociones sencillas, simple humanidad y aún así, supongo que por eso, llega a la gente”.
Un día de su viaje también tuvieron unas horas preciosas de tiempo libre. Naturalmente, fueron al cine: una retrospectiva de El largo adiós, de Robert Altman, en el New Beverly Cinema de Los Ángeles. En el país de las estrellas de cine, esperaban pasar desapercibidos. Pero, para su sorpresa, había allí algunos cinéfilos que los reconocían y querían hablar de Kaurismäki y Hojas de otoño.
“Fue una locura”, dice Vatanen.
Fuente: AP