Hayao Miyazaki ha sorprendido al mundo con su regreso a la pantalla grande tras una pausa de una década y ahora estrena en América latina su última joya cinematográfica: El niño y la garza. Este retorno del artista visual japonés, reconocido por bellas películas como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro y La Princesa Mononoke entre otras, avivó la curiosidad de sus seguidores, quienes se preguntan si esta será su última obra o si nos aguarda más magia en el futuro.
Hace una década, el maestro del anime había anunciado su retiro del cine con El viento que se levanta (2013) como su película final. Sin embargo, retomó lentamente su trabajo en una nueva creación, un proceso laborioso que implica miles de dibujos hechos a mano para cada película. La mística que rodea el trabajo de Miyazaki se vio reflejada en el lanzamiento poco convencional de su última película, El niño y la garza, estrenada en Japón sin las promociones habituales. El propio Miyazaki realizó chistes sobre su incapacidad para retirarse por completo, reconociendo la ironía de sus regresos después de anunciar su retiro debido a su edad.
El niño y la garza, a pesar de su sabiduría y reflexión, conserva la imaginación desbordante característica de Miyazaki, siendo una odisea tan vibrante como El viaje de Chihiro. La película presenta a Mahito, guiado por un sendero hacia un reino encantado a través de una torre, invitando a una fantasía colorida y llena de metáforas sobre la naturaleza, el dolor y la curación.
El film puede parecer complejo, pero los sellos distintivos de Miyazaki están presentes, con una atmósfera aviar llena de pájaros, hogares ardientes y una reflexión sobre la transición y la herencia. Para Miyazaki, cuyo propósito es “llenar el vacío en el corazón o la vida cotidiana”, El niño y la garza es un llamado a dejar ir, a construir nuestra propia torre y seguir adelante.
A sus 83 años, Miyazaki no se detiene. Apenas concluida la producción de El niño y la garza, el director ya está inmerso en un nuevo proyecto, desafiando la noción de retiro que había planteado anteriormente. Según el Studio Ghibli, Miyazaki está absorto en su próxima animación, entregado por completo a su trabajo creativo: Está pensando en su próximo proyecto todos los días y afirman que lo único que le deleita es el trabajo. Acerca de este nuevo proyecto, se mantiene el habitual discreción, guardando celosamente detalles sobre la trama o su desarrollo.
El niño y la garza ha cautivado tanto al público como a la crítica especializada, tejiendo una historia que sigue a Mahito, un niño que inicia una nueva vida en el campo, donde descubre una garza que lo conduce a un viaje más allá de lo ordinario, enfrentando la maldad que amenaza un reino de fantasía. Esta película, una aventura íntima impregnada de fantasía, aborda los golpes de la vida y la manera en que enfrentamos la pérdida de seres queridos.
En esta conmovedora narrativa, seguimos a Mahito quien, tras perder a su madre en un bombardeo durante los albores de la Segunda Guerra Mundial, se muda al campo junto a su padre y su nueva madrastra, Natsuko, hermana de su difunta madre. La historia se desarrolla alrededor de la relación de Mahito con una misteriosa garza gris que lo lleva a explorar una antigua torre en el bosque, un lugar donde se entrelazan el tiempo, el espacio, la vida y la muerte.
Miyazaki presenta distintos tipos de duelo a través de los personajes de Mahito y Natsuko, ilustrando cómo enfrentan sus pérdidas dependiendo de sus edades y experiencias. Mahito, un personaje atormentado, y Natsuko, que intenta mantener una postura positiva, se ven obligados a confrontar sus emociones reprimidas. Ambos encuentran en la fantasía una vía para lidiar con su dolor, primero a través de encuentros con la garza y luego en un mundo mágico. La garza y Lady Himi actúan como intermediarios de estas emociones enterradas, ayudando a los protagonistas a liberarse del dolor y encontrar una razón para seguir adelante. Cada fotograma es una obra de arte, con fondos exquisitos y una arquitectura detallada que fácilmente podrían adornar galerías de arte.
El niño y la garza es una muestra del incomparable poder creativo de Miyazaki para construir universos complejos, poblados de personajes y criaturas fascinantes. Si bien la película se siente como una extensión de sus trabajos anteriores, sus temas recurrentes y su estética inconfundible, esta obra es posiblemente su película más abstracta.
Quién es Hayao Miyazaki
Hayao Miyazaki, nacido el 5 de enero de 1941 en Tokyo, Japón, es un ícono indiscutible en la industria cinematográfica, reconocido por su extraordinario talento y su habilidad para tejer mundos mágicos en la pantalla grande. Con una carrera que abarca más de seis décadas, Miyazaki se erige como uno de los cineastas de animación más influyentes y visionarios de todos los tiempos.
Desde sus inicios, Miyazaki demostró un talento excepcional para la animación. Tras graduarse de la Universidad Gakushuin de Tokio en 1963, comenzó a trabajar en el estudio Toei Animation, donde sus habilidades lo destacaron como un animador excepcional. Su capacidad atrajo la atención de prominentes figuras en la industria, llevándo a dirigir series como Rupan sansei (Lupin III, 1971) y Mirai shônen Konan (Conan The Boy in Future, 1978).
En 1985, fundó junto a Isao Takahata el Studio Ghibli, un epicentro de la animación japonesa y hogar de muchas de las obras maestras de Miyazaki. Nausicaä del Valle del Viento (1984) marcó el inicio de este viaje mágico, sentando las bases para las futuras producciones del estudio. Una de sus películas más influyentes, El Viaje de Chihiro (2001), ganó el Oscar a la Mejor Película de Animación. Esta cautivante historia de una joven inmersa en un mundo de dioses y espíritus se convirtió en un símbolo del reconocimiento mundial a la maestría de Miyazaki en la animación.
El enfoque artesanal de Miyazaki en la animación, gran parte realizada a mano, es una marca distintiva de su trabajo. Su dedicación a los detalles y la búsqueda de la perfección han dado vida a algunas de las películas más bellas y cautivadoras del cine animado. Cada fotograma es una obra maestra, llena de sensibilidad y creatividad.
A lo largo de su carrera, Miyazaki ha explorado diversos géneros y temas, desde épicos como La Princesa Mononoke (1997) hasta conmovedoras como El viento se levanta (2013), El increíble castillo vagabundo (2004) o Ponyo y el secreto de la sirenita (2008). Su obra ha tocado los corazones de audiencias de todas las edades alrededor del mundo.
A pesar de anunciar su retiro en múltiples ocasiones, Miyazaki ha regresado a la dirección de películas, reflejando su pasión y amor por la animación. Su legado como maestro de la animación japonesa es innegable, con un impacto que perdurará por generaciones, trascendiendo la industria del cine para convertirse en un tesoro cultural y artístico inolvidable.
* El niño y la garza, de Hayao Miyazaki, se estrena en salas de América latina este jueves 11 de enero
[Crédito fotos: Studio Ghibli]