Benito González, el pianista del estilo y la experiencia

El músico venezolano, uno de los más relevantes nombres del jazz latino, llega a Buenos Aires para presentarse en Bebop el próximo fin de semana. “Mi música se inclina hacia lo rítmico”, define

Benito González se presentará en Bebop Club en dobles funciones, el viernes 12 y sábado 13 de enero

Es probable que Horace McCoy Tyner, el pianista que fue parte esencial del más celebrado combo de John Coltrane, nunca supiera de qué manera su influencia cambió para siempre la vida del venezolano Benito González. Tan poco probable como que el propio Benito supiera, de antemano, que su devoción por el maestro lo llevaría algún día a compartir escenarios y grabaciones con músicos como Jackie McLean, Kenny Garret o Pharoah Sanders.

González llegó a Washington a principio de los 2000 por una inusual invitación del agregado cultural estadounidense en Caracas, entusiasmado por sus conciertos en trio. Y entonces lo que comenzó como una breve estadía terminó por transformarse en residencia permanente, cuando el pianista nacido en Maracaibo sintió que la escena jazzística de Nueva York era su lugar en el mundo.

Desde entonces Benito ha compartido escenario con figuras como Curtis Fuller, Roy Hargrove, Steve Turre, Hamiet Bluiett, Antonio Sanchez, Dave Liebman y Gary Bartz. Formó parte estable de los combos de Jackie McLean, Kenny Garret y Pharoah Sanders y grabó cinco discos a su nombre: Starting Point (2004), Circles (2010), Dream Rhapsody (2015), Passion Reverence Transcendence (2018), su anhelado tributo a McCoy Tyner y el reciente Sing to de Worlds (2021). Equipaje que ahora lo traerá nuevamente a Buenos Aires para cuatro presentaciones en el palermitano Bebop.

“Va a ser un show muy variado”, le dice a Infobae Cultura desde su casa en Brooklyn. “Vamos a hacer algunos clásicos de McCoy Tyner y sumaremos también algunos temas de mi último registro y otros nuevos, sobre los que estoy trabajando ahora”.

Benito Gonzalez Fly with the Wind en session TSFJAZZ !

¿Por qué decidís no concentrar la presentación en tu disco más reciente?

—Es que tengo cinco discos y hay gente que me conoce más por uno que por otro. Por ejemplo, en Europa tuvo muy buena aceptación el disco sobre McCoy. Entonces es imposible ir allí y no hacerlo. Por eso, como decía, procuro hacer un show variado, con composiciones de distintos discos y algunas nuevas.

En Sing to the world ocho de los diez temas son tuyos. ¿Al momento de componer ya pensabas en el grupo que lo grabó?

—Escribí la música específicamente para ese grupo, para estos músicos. Todos ellos ya me conocen. Jeff “Tain” Watss, Christian McBride, Nicholas Payton. Todos ellos han estado en tres de mis cinco discos. Por eso, sabía muy bien qué espacio iba a tener y que tipo de sonoridad me iban a entregar.

¿Y qué sucede cuando viajás y tocás esos temas con músicos locales, como va a suceder en Buenos Aires?

—Cuando viajo y toco con músicos locales elijo dos o tres temas del disco y lo hago de acuerdo con las necesidades del programa. Veo si necesitamos un tema más enérgico o más calmo y lo manejamos en ese sentido. Trabajo esos temas, y los readapto si es necesario. De todas maneras, en Buenos Aires va a estar Juan Chiavasa en la batería. Él es mi amigo, hemos tocado juntos y conoce muy bien lo que yo necesito.

Benito González promete temas de su maestro inspirador McCoy Tiner para sus shows en Buenos Aires

La batería tiene mucho protagonismo en este último trabajo tuyo…

—Sí, claro. Mi música siempre tiene una fuerte inclinación hacia lo rítmico. Me gusta trabajar con bateristas que tengan un sentido del ritmo bien sólido.

El plantel que integra Sing to the world es de primera línea. Músicos muy demandados y con una agenda cargada. ¿A pesar de eso, pudiste presentarlo con la formación original?

—Por suerte sí. El disco tuvo muy buena crítica y llegó a estar semanas entre los más escuchados en el chart de radio de los Estados Unidos. Eso favoreció para que pudiéramos hacer muchos shows. Luego toqué también con ellos por separado. Con Tain Watts, por ejemplo, hicimos algunas giras por Europa. Pero si, como dices, es difícil tenerlos a todos todo el tiempo. Pero se pueden hacer presentaciones si lo manejas con el debido tiempo.

Ya en tu primer disco en Estados Unidos, Starting Point (2004), grabaste con músicos importantes, como McBride, Antonio Sánchez, René McLean y Ron Blake. ¿Cómo los convocaste, teniendo en cuenta que eras casi un recién llegado?

—Me ayudó mucho Antonio Sánchez, el baterista mexicano que toca con Pat Metheny. Él fue muy importante en la producción y la organización de aquel disco. Pero te cuento, la idea original era tener a John Patitucci en el contrabajo. Pero hacía poco que yo había llegado desde Venezuela y no tenía una biografía importante. Por eso John no se mostró muy convencido y me pidió cuestiones que yo no pude cumplir.

The Benito Gonzalez Trio en Bird's Basement

¿Qué te pidió, puntualmente?

—Quería saber con quienes había tocado hasta ese momento. Quería que le mandara discos míos. Buscaba una información más trascendente que la que podía brindarle en aquel momento. Le hice llegar los datos que pedía, pero no los habrá considerado suficientes, porque llegó un momento en que no me respondieron más, ni él ni su representante. Con los años lo he vuelto a ver y me ha tratado con mucha gentileza. No sé si se acordará de aquel episodio o no. Igualmente no le guardo ningún enojo. Entiendo sus dudas y sus razones.

Finalmente alistaste a Christian McBride. ¿Lo conocías de antes?

—No, para nada. Cuando veo que Patitucci no podía ser, lo busqué a Antonio, que estaba tocando con Metheny cerca de Washington y le conté lo que me había sucedido. Esa noche en los camarines estaba Christian. Cuando me escuchó, se acercó y me dijo: “yo puedo tocar, si tú lo quieres”. Y así fue por suerte. Y estoy muy contento, porque tiene mucha conexión con los bateristas que me gustan.

Aquella actitud de Patitucci fue muy diferente a la de Jackie McLean, que te convocó a poco de radicarte en los Estados Unidos.

—Sí, claro. Jackie me llamó para una prueba y me pidió que aprenda un par de temas suyos, Little Melonae y Mr E. Pero yo los sabía de antemano, porque los tocábamos en el grupo de René, su hijo. Luego de eso me pidió que hiciera algún tema mío. Entonces hice Starting Point. Cuando estoy por la mitad veo de reojo que comienza a armar su saxo. Todo muy despacio. Pone la boquilla, la caña. Luego se lo cuelga y comienza a tocar de oído a la par mía. Hizo un solo lindísimo, improvisando sobre la forma. Fue su manera de decirme que le había gustado. Así ingresé a su banda y estuve cuatro años con él.

González nació en Maracaibo, Venezuela, y actualmente reside en Nueva York

Luego pasaste a la banda de Kenny Garret, con el que estuviste siete años y grabaste varios discos. ¿Cómo se dio esa oportunidad?

—Bueno, justamente conocí a Kenny por intermedio de Jackie McLean. Fue en el 2003, estábamos tocando en Nueva York y Kenny estuvo viendo cada uno de los shows que hicimos. Yo no me di cuenta quién era. Conocía su nombre, conocía su música, pero no lo tenía tan presente físicamente. Una de esas noches vino al camarín y Jackie me lo presentó. Hablamos un poco y me pidió el teléfono. Tres años después me llamó. Ese fue el comienzo de la aventura con Kenny. Siete años en los que tocamos por todo el mundo. Me fui en el 2013, pero hasta hoy me llama cada vez que me necesita y yo trato de estar, porque lo considero mi mentor. Gracias a él conocí a Pharoah Sanders, con el que estuve cuatro años.

Tenés un estilo definido, que se observa en las grabaciones a tu nombre. ¿Cómo se concilia la propia mirada, con la fuerte personalidad de un Kenny Garret o un Pharoah Sanders?

—Es una buena pregunta. Cuando uno está en un grupo de otro músico debe anexar su sonido al que propone la formación. Desde mis inicios en Venezuela yo tenía una idea sólida de los diferentes estilos del jazz. Con eso llegué a Estados Unidos y comencé a trabajar en Washington. Pero pronto me di cuenta que había un sonido más moderno. El combo de Jackie McLean lo tenía y me exigió tocar de otra manera. Luego con Kenny Garret el abordaje era más moderno aún, aunque en todos los casos se conservaba lo fundamental de la tradición. Así me fui abriendo a otros estilos. Siempre admiré a McCoy Tyner, y eso para mí fue como un as en la manga. Ese concepto me unió mucho a Kenny, porque él también admira a McCoy. Lo mismo que con Pharoah, que tocó con él en el grupo de Coltrane. Ellos tienen eso en común. Esa concepción. Y mi sonido en el piano fue muy afectado por esos trabajos. Yo creo que hoy mi estilo es lo que es, por mi experiencia con esos artistas.

*Benito González Quinteto en Bebop. Benito Gonzalez, piano; Mariano Loiácono, trompeta; Sebastián Loiácono, saxo tenor; Jerónimo Carmona, contrabajo; Juan Chiavasa, batería. Viernes 12 y sábado 13. Doble función. 20 y 22.45 h. Entradas desde 6.500$. Uriarte 1658. CABA. info@bebopclub.com.ar Tel.1125853515