La llegada del nuevo año 2024 no sólo marca el inicio de nuevas expectativas y la controversial liberación de los derechos del ratón más famoso de la historia, Mickey, sino que también abre las puertas a un tesoro literario más extenso que abarca la obra de autores fallecidos en 1943, entre ellos Dylan Thomas y Eugene O’Neill que ingresan a partir de ahora al dominio público en varios países.
Los libros que pasan ahora a dominio público abarcan múltiples jurisdicciones y dan cuenta de la diversidad en la duración de los plazos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la duración típica de los derechos de autor es de 70 años, pero para obras publicadas entre 1926 y 1963 es posible extender esta condición hasta los 95 años después de la publicación, independientemente de la muerte de los autores. Esto incluye para este año la extinción de dominio de renombrados escritores como Eugene O’Neill, Ivan Bunin, Dylan Thomas y Rachilde, entre otros, que ahora se vuelven accesibles para el público.
En las miles de obras que ahora están al alcance de todos, se destacan creaciones inolvidables de D.H. Lawrence, como El amante de Lady Chatterley; Bertolt Brecht con su magistral La ópera de tres centavos (en alemán original, Die Dreigroschenoper); y Virginia Woolf, cuya obra maestra Orlando se suma a este vasto tesoro literario.
Erich Maria Remarque, conocido por Sin novedad en el frente (en alemán original, Im Westen nichts Neues), el sociólogo, historiador y activista negro W.E.B. Du Bois, con la cautivadora Princesa oscura, y Claude McKay, autor de Hogar en Harlem, también son parte de esta liberación literaria que trasciende fronteras.
La imaginación infantil encuentra su espacio con Alan Alexander Milne y las ilustraciones de E. H. Shepard en las aventuras de su entrañable oso Winnie-the-Pooh y J. M. Barrie, con Peter Pan; o el niño que no quería crecer (que no se “publicó” con fines de derechos de autor hasta 1928), se une a esta celebración literaria.
Obras que dejaron una marca imborrable incluyen El pozo de la soledad de Radclyffe Hall, Declinación y caída, de Evelyn Waugh, y el misterio intrincado de Agatha Christie en El misterio del tren azul. Wanda Gág, con Millones de gatos (el libro de imágenes estadounidense más antiguo aún en impresión), y la poesía evocadora de Robert Frost en West-Running Brook son tesoros adicionales que se abren al público.
Ben Hecht y Charles MacArthur, con su obra teatral La primera plana, completan esta selección diversa y fascinante. Estas son solo algunas de las miles de obras que ahora forman parte del dominio público en 2024, que invitan a lectores de todo el mundo a sumergirse en un océano literario sin restricciones.
A nivel internacional, la variabilidad en los plazos de derechos de autor refleja la riqueza cultural en diferentes partes del mundo. Países como Argentina, Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Chile, Costa Rica, Dinamarca, Ecuador, Francia, Irlanda, Italia, Nicaragua, Paraguay, Perú, Portugal y el Reino Unido comparten un plazo de 70 años post mortem auctoris (p.m.a.) Mientras tanto, España, antes de 1879 y después de 1994, sigue la misma regla, pero entre 1987 y 1994 extiende los derechos a 80 años. India y Venezuela adoptan un período de 60 años. México, después de 1928, establece 100 años. Colombia y España (entre 1879 y 1987) se alinean en 80 años, mientras que Guatemala, Honduras y México (antes de 1928) ofrecen una protección de hasta 75 años, y Canadá, China, República Dominicana, El Salvador, Panamá y Uruguay limitan los derechos a 50 años.
Este año, la liberación de derechos no solo destaca autores conocidos, sino que también introduce al público a nombres menos reconocidos que contribuyeron significativamente a la literatura de sus respectivos países. La diversidad de géneros y estilos presentes en estas obras ofrece a los lectores de todo el mundo una amplia variedad de opciones para explorar, desde teatro y poesía hasta novelas y ensayos.
Además, no es solo la BNE la que ofrece acceso a estas obras. Plataformas reconocidas como Internet Archive, Project Gutenberg, OpenLibrary y dominiopublico.es también facilitan la exploración del patrimonio literario sin costo alguno. En este año en particular, la riqueza cultural se revela en su máxima expresión a través de estas fuentes que enriquecen la experiencia de la lectura.
En el listado de 2024 que brinda la Biblioteca Nacional de España figuran 137 nombres, entre los que se encuentran escritores, periodistas, artistas, músicos, académicos, político. La mayoría son españoles, pero también hay autores de Puerto Rico, Cuba o Filipinas.
Entre los autores más conocidos figuran Carlos Arniches (Alicante, 11 de octubre de 1866-Madrid, 16 de abril de 1943) comediógrafo español de la generación del 98. En la lista digitalizada figuran 209 obras suyas. El traductor Alfonso Nadal (Barbastro,1886-Barcelona 1943) popularizó entre el gran público la novela policiaca, de intriga y de aventuras. Entre las 28 obras digitalizadas se encuentran sus traducciones de Dostoievsky, Jack London o los cuentos de Hans Christian Andersen.
Francisco Rodríguez Marín (Osuna 1855-Madrid, 1943) fue abogado, periodista, escritor, lexicógrafo, folclorista, poeta y etnólogo.
De las 86 obras ya disponibles en la Biblioteca Digital Hispánica se destaca por su interés el epistolario, con breves notas de Rodríguez Marín, entre este y Menéndez Pelayo (1891 1912). Antonio Zozaya (Madrid 1859- México 1943) fue traductor, escritor, periodista y jurista discípulo de Giner de los Ríos, Salmerón y Gumersindo de Azcárate. Fundó la Biblioteca Económica Filosófica, que intentaba poner la gran cultura al alcance de las clases menos favorecidas.
En el listado figuran varias mujeres que destacaron en sus campos artísticos, como Eulalia Abaitua Allende-Salazar (Bilbao, 1853- 1943), pionera de la fotografía vasca, que plasmó las costumbres y vida cotidiana de su época. Carme Karr (Barcelona 1865-1943) fue una periodista, escritora, musicóloga y publicista española.
También puede escucharse a través de dos grabaciones la voz de María Gay (Barcelona 1879-1943), nombre artístico de la mezzosoprano María Lourdes Pichot i Gironès. Curioso es el caso de la autora teatral María de la Paz Valero Martín de Mazas y de su marido, Mariano de Mazas Mardomingo, que firmaban sus obras con el seudónimo de Alejandro Behr.
Existen diversas fuentes de dominio público en todo el mundo que brindan acceso gratuito a un amplio repertorio literario. Entre ellas, además de la Biblioteca Digital Hispánica que ofrece una selección destacada de obras digitales, está el Internet Archive, Project Gutenberg, OpenLibrary y Dominio Público.
Estas plataformas proporcionan una variedad de opciones para aquellos que buscan disfrutar de la lectura sin incurrir en costos. Explorar el dominio público no solo brinda acceso a un tesoro literario sin restricciones, sino que también contribuye significativamente a la difusión y preservación del patrimonio cultural.
Fuente: Télam S. E.