La decisión de vender las entradas a Machu Picchu de manera virtual a través de una plataforma financiada con capitales privados que ya comercializa otros sitios de interés cultural o arqueológico genera por estos días debates y enfrentamientos entre el Ministerio de Cultura peruano -impulsor de la iniciativa- y distintos operadores turísticos y habitantes del pueblo que intuyen esta decisión como un primer paso para “privatizar” el sitio arqueológico.
El conflicto se inició cuando el Ministerio de Cultura informó que a partir del 20 de diciembre se iniciaría a través de la plataforma tuboleto.cultura.pe la ventas de pases al Santuario Histórico de Machu Picchu, que incluye la entrada a la ciudadela inca o llaqta y al Camino del Inca.
Operadores turísticos y habitantes del pueblo de Machu Picchu consideraron que esta medida constituye la antesala para “privatizar” el sitio arqueológico y llevaron adelante distintos reclamos que empujaron a la cartera cultural a posponer la puesta en marcha del plan hasta el 27 de diciembre con el argumento de cumplir con “un breve tiempo de reconocimiento y familiaridad con la nueva plataforma, en atención a la demanda del sector turístico formal”.
“La idea es mejorar la gestión cultural, la administración. De ninguna manera privatizar la administración ni la gestión de nuestro principal sitio turístico y cultural del país”, salió a aclarar la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, a medios locales.
Sin embargo, la polémica generó fisuras internas en el Ministerio que derivaron en la renuncia de la directora de Cultura de Cuzco, la arqueóloga Maritza Candia, quien sostuvo que se alejaba del cargo por su “total desacuerdo” con la “gestión altamente centralista” de Urteaga, según señaló en un carta enviada a la ministra y reproducida por medios peruanos.
Distintos gremios y organizaciones sumaron sus objeciones en los últimos días, entre ellos la Unidad de Gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu (UGM), cuyos voceros aseguran que se trata de un nuevo caso de monopolización del sector turístico que afectará a los intereses de la población y de los operadores locales. En paralelo, trabajadores de la Dirección Desconcertada de Cultura (DDC) de Cuzco se declararon en huelga y anunciaron “radicalizar” sus medidas de protesta en caso de que no se deje sin efecto el convenio con la empresa Joinnus.
En comunicación con el periódico El Comercio, Berner Caballero, presidente de la Cámara de Turismo de Cuzco, contó que el actual sistema virtual actual de compra de boletos “es un dolor de cabeza” y lo que existe actualmente es “un maltrato al turista que viene con las ganas de conocer Machu Picchu”. Aclaró que la actual web -operada por Dirección Desconcertada de Cultura de Cuzco- es “obsoleta”.
“Independientemente de cualquiera que sea la empresa, se trata de un servicio. No se está privatizando Machu Picchu. Están diciendo que estamos vendiéndola a un tercero. No es una privatización por una simple razón, porque no se va a perder la administración de la Llaqta. Ellos [Joinnus] están dando un servicio que se administrará por el Mincul”, explicó Caballero.
En paralelo, el Ministerio de Cultura salió a aclarar que 1.000 entradas seguirán siendo vendidas de manera directa en las ventanillas en el pueblo ubicado en las faldas de la montaña donde se encuentra el sitio arqueológico.
La plataforma elegida para canalizar la venta virtual opera dede octubre con otros espacios de interés arqueológico, como la Zona Arqueológica Monumental Kuélap o el Complejo Arqueológico y Museo de Sitio De Chan Chan.
Fuente: Télam S.E.