Ya al entrar al supermercado ChangoMâs de Villa Nueva, Córdoba, junto a un carrito vacío y cerca de la góndola con ofertas de galletitas, se van descubriendo colores y formas nunca antes vistas en este sitio. Estamos frente a una reproducción de Día de elecciones en el Norte, un óleo que Alfredo Gramajo Gutiérrez pintó en 1940 y que integra el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).
Hay que acercar el celular al QR de la reproducción para descubrir más sobre la obra y su autor, a quien el poeta argentino Leopoldo Lugones denominó “el pintor nacional” ya que su producción respondía al ideal de un arte plenamente argentino durante las primeras décadas del siglo XX.
Todo es festejo entre las góndolas: hay baile folklórico, tango entre las heladeras con productos congelados y orgullosos empleados de la cadena que ofician de guías de las cinco reproducciones que los clientes pueden ver al hacer sus compras. Elías Vassarotto, carnicero de la sucursal, hace la visita guiada ante un paisaje exuberante, de ensueños, de Walter de Navazio. Una reproducción de otra obra del mismo autor se exhibe en el sector de productos para autos. Mañana de invierno, de Américo Panozzi, un paisaje nevado detenido en el tiempo se ubicó al lado de las heladeras, creando una obra inmersiva gélida. La pintura Los membrillos, de Augusto Schiavoni, inspiró, en el supermercado, una mesa con alimentos para degustar hechos con la fruta en el supermercado. Con entusiasmo, también se sumó a explicar otra de las imágenes la jefa de calidad alimentaria de la tienda.
Esta es una iniciativa a nivel federal impulsada por la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (Aamnba) junto al Grupo De Narváez (GDN): “Mâs arte en todas partes”, un programa de difusión de las obras del Museo Nacional de Bellas Artes en sucursales de estos supermercados en todo el país.
“La propuesta es reproducir obras con paisajes de distintos lugares de Argentina y mostrarlas en las sucursales de los supermercados de esta cadena”, señala Andrés Gribnicow, director ejecutivo de la Aamnba. Son 93 sucursales en todo el país, en algunos casos muy alejadas de las grandes ciudades.
En la primera edición de “Mâs arte en todas partes”, en la que participaron más de un millón de personas, se incluyeron reproducciones de obras de Víctor Cúnsolo, Prilidiano Pueyrredón, Augusto Ballerini, Atilio Terragni y Américo Panozzi en sucursales de Mendoza, Chaco, Jujuy, Chubut y la provincia de Buenos Aires. Esta segunda edición sumó a Catamarca, Río Negro, Corrientes, Córdoba y San Juan, con obras de Alfredo Gramajo Gutiérrez, Walter de Navazio, Américo Panozzi, y Augusto Schiavoni.
Además, el proyecto incluye un concurso de dibujos para niños inspirado en los colores de cada región y en las obras exhibidas, con un premio de una gift card de 70 mil pesos para el ganador y, para su escuela, una serie de catálogos de las exposiciones temporarias del museo.
La asociación estratégica es fructífera: se potencia la cercanía entre obras claves de nuestro patrimonio y personas que viven en sitios alejados. #MâsArteEnTodasPartes promueve el conocimiento del arte como así también la interacción entre el museo y su público, en ámbitos no convencionales.
La Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes capacitó a los trabajadores del supermercado para que den visitas guiadas a colegios, centros culturales, centros de jubilados y clientes. Participan desde repositores y cajeros hasta personal comercial. Tras la capacitación, que incluyó herramientas conceptuales y de interpretación personal, se lanzaron a la compleja tarea.
Al consultarle a Gribnicow cómo surgió la idea de este proyecto, responde: “Estuvo inspirado en dos experiencias: una, cuando el MoMA cerró para hacer una obra de ampliación, la última que hizo. Se mudó a Queens, la colección fue trasladada, y ellos en un gran acto de comunicación reprodujeron las obras más importantes a gran formato y unos performers las cruzaron con la mano por el puente de Queens de Nueva York. La foto aérea era todos los cuadros cruzando el puente. Y, en pandemia, la experiencia más reciente fue cuando el Museo del Prado hizo una campaña en vía pública, en las paradas de los colectivos con reproducciones de obras, y con el QR con información de la obra y del artista. El museo salió a la calle: había grandes marquesinas que ellos habían armado en Madrid con las obras. Es importante generar nuevos públicos y, además, no perder el contacto con el público. El gran desafío de los museos en pandemia fue no perder lo que tenemos, que la gente no se olvide de nosotros.”
El proyecto, que tiene un potente objetivo democratizador y federal, surgió en la pospandemia, cuando aún no se podía ingresar libremente a los museos. “Los supermercados eran uno de los pocos sitios de acceso libre”, recuerda Juan Pablo Quiroga, director de Relaciones Institucionales de GDN Argentina.
“Se genera mucha historia y comunidad y se desarrollan nuevos públicos, que conectan con el museo desde otra perspectiva: en lugar de conectar desde las redes o la web, conectan con las reproducciones físicas en los supermercados”, señala Gribnicow. Al llegar a la sucursal del supermercado, le recuerda a la gente un dato clave: “Si bien los originales de estas reproducciones se encuentran en un museo, en la ciudad de Buenos Aires, le pertenecen a todos los argentinos”.