De la clásica a la queer, bienvenidos a una sorprendente historia familiar de ópera

La Gala por la Paz “Ópera con Todos”, impulsada por la soprano Graciela de Gyldenfeldt y la participación de sus sobrinas Ferni y Luchi, propone una mirada original, diversa y diferente al canto lírico

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Graciela de Gyldenfeldt, junto a sus sobrinas Ferni y Luchi, protagonistas del espectáculo "Ópera con todos"
Graciela de Gyldenfeldt, junto a sus sobrinas Ferni y Luchi, protagonistas del espectáculo "Ópera con todos"

El Ópera Festival Buenos Aires cerrará su Temporada 2023, este viernes 15 de diciembre en el Teatro Avenida, con la Gala por la Paz Ópera con Todos, que a la participación de varias de las mejores voces argentinas de la lírica sumará la presencia de Luchi y Ferni, creadoras del espectáculo disidente “Ópera Queer” y sobrinas de la soprano Graciela de Gyldenfeldt, impulsora de la convocatoria.

“Es un cierre que nosotros pensamos dedicarlo a la paz en el mundo, porque creemos que es un momento muy importante dejar acentos musicales en el aire para para unirnos en un mensaje pacífico”, señala De Gyldenfeldt, quien tras una extensa y exitosa trayectoria europea, en 2015 regresó a la Argentina para impulsar el OFEBA, un proyecto cultural sin fines de lucro de alcance internacional y de carácter social.

El objetivo del Festival, según la propia cantante, es la realización de óperas y conciertos del repertorio lírico-académico con el más alto nivel, convocando artistas de trayectoria mundial junto a talentosos artistas jóvenes del ámbito local. Una iniciativa que durante este año aportó a la cartelera porteña las puestas de Hänsel und Gretel, Cavalleria Rusticana y una Turandot que coronó la temporada con localidades agotadas.

Y la previa de semejante celebración, que además servirá para festejar los 40 años de democracia ininterrumpida que supimos conseguir, se presenta como una inmejorable oportunidad para reunir a tía y sobrinas, exponentes de dos abordajes divergentes de un género inoxidable, que confluyen en una manera coincidente de entender al arte como un espacio de libertad, creación y evolución permanente.

"Ópera con todos" se presenta este viernes 15 de diciembre en el Teatro Avenida
"Ópera con todos" se presenta este viernes 15 de diciembre en el Teatro Avenida

Del folclore a la ópera y de la ópera al folclore

“En la Argentina muchas familias tienen un desarrollo multicultural. Nuestra familia, que era una familia de sanjuaninos mezclados con santiagueños más porteños eran amantes de la música del arte y de la cultura”, cuenta Graciela, en un intento de buscar en sus orígenes la explicación de su presente.

Heredera de una multiplicidad de tradiciones con raíces en Dinamarca, Alemania, España e Italia, la cantante forjó sus gustos escuchando los tangos que cantaba su padre y el cancionero folclórico que resonaba en las reuniones familiares, donde el arte y la música eran dos puntos de encuentro ineludibles.

De paso, cuenta que su padre, trabajador de correo, pudo haber sido un gran cantante, pero que privilegió la preservación de su familia a salir de gira cada dos semanas. Y en ese marco recuerda que cantaba canciones de Antonio Prieto, algunos boleros, hasta que su hermano mayor Oscar, ahora sentado frente a ella en una mesa del bar 36 Billares, le regaló un disco de María Callas.

Entrevista con Graciela, Ferni y Luchi de Gyldenfeldt

“Cuando la escuché quedé maravillada con ese dramatismo vocal, con esa pasión con la que cantaba. Al día siguiente ya estaba cantando un sol sobreagudo. ¡Jaja! Ahí me dice fanática de la ópera”, sintetiza la artista, que a los 15 empezó a tomar clases con su maestra, que a los 18 hizo el primer intento de ingreso al Instituto del Teatro Colón, adonde accedió al año siguiente, y que cinco años más tarde estaba viajando a audicionar a los Estados Unidos a instancias de Plácido Domingo.

Unidos a la distancia

“Hice un proceso como acelerado. Además, pensé que en la ópera se reúnen todas las artes: la literatura, la filosofía, el canto, la actuación…”, explica De Gyldenfeldt, que a partir de entonces trazó un itinerario soñado por cualquier cantante, al ser dirigida por grandes batutas como Herbert von Karajan y Ricardo Mutti y cantar en los más importantes escenarios europeos roles protagónicos de un repertorio inagotable.

“Tosca”, “Madame Butterfly”, “Manon Lescaut”, “Suor Angelica”, “Otello”, “Simon Bocanegra”, “La Traviata”, “Katja Kabanova, “La mujer sin sombra”, “La ciudad muerta” son algunos de los innumerables títulos que la tuvieron como protagonista, mientras en la Argentina llegaban al mundo Ferni y Luchi, sus sobrinas gemelas con las que compartirá el escenario del Avenida el próximo viernes 15. “Todo un acontecimiento”, recuerda.

A su lado, ahora mismo, Ferni, conocida también como La Ferni, también cantante y responsable de que el Pre-Cosquín, instancia previa al Festival Nacional del Folclore de Cosquín, haya dejado en el pasado la clasificación binaria de sus participantes, la mira con lágrimas que recorren sus mejillas barbadas, mientras intenta controlar su emoción, a la hora de sumar su experiencia a la charla.

“Muchas veces somos nosotras mismas las que hemos reconstruido y construimos el relato de nuestra infancia y adolescencia, totalmente enriquecida de lo cultural. Pero me emociona tener acá a algunos de esos protagonistas que nos han dado las herramientas para amar la cultura. Es muy emocionante”, insiste.

El festival se destaca por su nivel artístico internacional y su enfoque social y cultural
El festival se destaca por su nivel artístico internacional y su enfoque social y cultural

La libertad

—Uno podría pensar que cuando hablas de “herramientas para amar la cultura” te referís a cuestiones técnicas o intelectuales. Pero todo indica que la más importante que recibieron, desde chicas, fue la libertad.

—Eso es lo lindo. Las cosas de la vida tienen que ver con lo familiar, con la herencia de esas herramientas culturales que son para mí fuertemente enriquecedoras y fortalecedoras para una persona, para su alma, para su espíritu. Y para los sentimientos de libertad, capaz. Es hermoso saber que en ese bagaje, en esa miscelánea de sonidos y de culturas que traía la tía, que traía papá, esa misma esencia también se nos transmitió.

De eso mismo nos fuimos alimentando. Entramos en una familia donde eso mismo se cultivó y se enalteció en un punto. Porque Graciela ya era una cantante profesional. Ella no tuvo una tía cantante lírica profesional, pero la nuestra sí lo fue. Una cantante que cantaba por el mundo y que cuando llegaba generaba todo un evento.

La Gala "Ópera con todos" representa un encuentro entre enfoques divergentes del canto lírico
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—¿Sienten que ascendente las marcó?

—Sí, eso nos heredó. Pero también esa miscelánea cultural de nuestra casa, las tertulias, que seguían ocurriendo con un padre que anfitrionaba (SIC). Por eso es muy lindo contar lo que siempre contamos, pero con ellos aquí, que cuentan esa misma herencia cultural.

Lo que decía las tertulias, donde de repente sonaba una canzoneta italiana y otro tío, Jorge, que cantaba con Luis Aguilé, cantaba algo de zarzuela; y de repente papá que de la nada recitaba un poema… Siempre en un ambiente donde también el sentido político estaba presente.

Todo esto fue nuestra herencia, con los cuadros y las pinturas de papá como escenografía. Llegamos a esta familia donde lo que no faltaba era cultura y donde había un deseo fuerte de nuestro padre de enseñarnos toda la música. De ir a ver a la tata Rinaldi, al Teatro Colón, a ver comedia musical, zarzuela, al Argentino de La Plata.

Frente a La Ferni, su hermana Luchi advierte también que es la primera vez que son parte de una entrevista compartida con su tía y su padre, a la sazón también profesor de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras y de Filosofía en el Colegio Nacional Buenos Aires, y después de señalar que la primera lágrima en salir había sido suya, retoma el hilo de la charla.

"Ópera con todos" revela la influencia multicultural en la familia Gyldenfeldt
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“Me atrevo a decir que así como papá le presentó María Callas a Graciela, también en un momento papá nos presentó a Graciela como artista y como cantante. No solamente como tía. Nos compartía su CDs y sus discos y nos aprendimos la discografía de Grace. Yo la militaba en foros de ópera internacional. Escribía: “La mejor Elena de Troya es…”. (Risas)

“Nos podría haber picado el bichito de la música en otro aspecto, pero a los 15, más o menos, después de una instancia de rebeldía, la ópera nos atrapó. Teníamos esa sensación de sentirla lejos cada vez que íbamos el teatro, porque imagínate que siendo infancias, las veíamos desde el gallinero o en palcos altos, pero de, a la vez, volver a casa y encontrarla en un tertulia o en alguna visita de Grace, que venía y nos cantaba algo”, explica Luchi, enfundada en un vestido oscuro que remata con una pashmina roja.

Enseguida, completa: “Algo de esa distancia que parece cultural con la ópera en casa no existía. Y así como estaba en casa empezó a estar en el conservatorio y en el estudio también; después nos enteramos que el Cuchi Leguizamón le hacía escuchar al Dúo Salteño las óperas de Wagner para estudiar los arreglos. Entonces, así de distante como era, así de cercano se volvió para quienes necesitábamos investigar, con esa sensación de que la música te pide cada vez más para saciar esa necesidad.”

"Ópera queer es la rebeldía", dice Ferni de Gyldenfeldt
"Ópera queer es la rebeldía", dice Ferni de Gyldenfeldt

La rebeldía más allá de la rebeldía

—¿Por dónde va la rebeldía en un hogar en el que la rebeldía es la norma?

Ferni: —Creo que nuestra rebeldía está en “Ópera Queer”. Para mí, Ópera Queer es la rebeldía. Porque, imaginate, una familia en la que la cultura es una especie de religión, donde nos juntábamos un domingo y de repente estábamos los cuatro escuchando “esa” versión de un título. Dónde iba a pasar entonces la rebeldía si no diciendo: “Bueno, con la ópera vamos a hacer esto.”

(Glosario: Ópera Queer es una propuesta musical teatral disidente que viene a preguntarse qué pasa en este tiempo con la herencia cultural musical de los últimos 200 años. Las gemelas no binarias Ferni y Luchi De Gyldenfelt se montan para prestar sus voces a una amplia variedad de arias y dúos de cámara, ópera, zarzuelas y música popular de todos los tiempos. Fin del glosario)

Entonces, la rebeldía adoptó una forma creativa. Hay un libro muy interesante de un sociólogo actual que se llama “La rebeldía se volvió de derecha”. Fijate qué interesante. Ahí se analiza este movimiento de la juventud hoy en día, donde ya hay cosas muchas cosas dadas en cuestiones de Derechos Humanos, en materia de libertades, y donde justamente el rebelarse se vuelve hacia algo más destructivo que constructivo.

Todo es en un momento de la vida. Nos rebelamos, y es sano rebelarse. Es sano cuando está en juego o en riesgo la propia libertad. Y luego, en familias como la nuestra, muy culturales y también muy amorosas, donde el abrazo y el amor siempre estuvieron muy presente, fue interesante desde un lugar creativo.

La Gala por la Paz busca fusionar la ópera con la música popular, promoviendo la inclusión musical
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—En algún punto, si la rebeldía es Ópera Queer, los agarró ya grandes.

Ferni: —¡Tardó en llegar! Lo cierto es que papá nos llevaba a ver ópera y no nos gustaba, hasta que a los 17 o 16 arrancamos. Y empezamos al punto de que toda la plata la gastábamos en DVD de ópera. Queríamos saber todas las versiones, poder escuchar arias… En un momento lo incorporamos, lo digerimos y lo que salió como resultado en “Ópera Queer” es sólo una faceta, porque luego Luchi se dedicó de lleno al mundo de la ópera, que incluye no solamente el espectáculo que hicimos sino su camino como solista a las audiciones que ahora está por hacer en el Colón.

—¿Cómo tomaste la decisión de Ferni y Luchi de hacer “Ópera Queer”, siendo vos parte del universo más formal del género?

Graciela: —Es un espacio al que tardé en llegar, pero por mis ocupaciones no porque no hubiera querido. Y cuando llegué me hicieron una bienvenida que no te podes imaginar. Lo que sucede es que en el caso de ellas está muy bien lograda la idea. Es cierto que la vieja Europa tiene algunos procesos ya realizados o empezados, pero no llegan a tener el nivel creativo de esta idea.

Allá yo había vivido algunas cosas así claro, y pensaba: “Mirá qué idea tiene la directora.” Y yo formaba parte de eso con lo mío, porque no iba a cantar un aria de tenor. Así que ya conocía un poco eso. Pero de repente, lo primero que les dije fue que era un perfecto “kleinkunst”, que sería una forma artística pequeña para un grupo pequeño de gente perfectamente presentado. Pero ya entonces superaba esa idea, porque era sencillamente ópera.

Luchi: —Creo que lo que le gustó a Grace fue la idea de respeto con la cual abordamos “Ópera Queer”, que no era una parodia, sino que era ópera con una carga de rebeldía creativa hacia esa herencia nuestra.

Vos pensá que también como Graciela, arrancamos muy chiquitas con piano y con guitarra, a los 18 o a los 17 en el conservatorio y a los 20 o 21 en la universidad. Entonces cuando llegan nuestros 26 o 27 años armamos este espectáculo que ya va a tener siete u ocho.

Y llegó habiéndonos formado mucho en la lírica, como una herramienta casi emancipadora de difusión y de divulgación de la ópera. Fue llevarla a centros culturales, fue enamorar a público cantando ópera. Eso fue algo de lo más revolucionario de “Ópera Queer”.

El evento celebra la diversidad artística en un evento emblemático del Ópera Festival Buenos Aires
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Un logro que sigue pendiente

—¿Cómo se hace para que un espectáculo siga siendo disidente, a medida que lo que lo fue en un momento va siendo aceptado a punto de dejar de serlo?

Ferni: —¡Qué lindo! Ojalá fuese así. Si se lograse completamente, estaríamos hablando de una conquista social interesante. Lamentablemente no ocurre. Pero lo cierto es que es importante seguir haciéndolo porque hay gente que llega por primera vez y sigue diciéndonos de las cosas más emocionantes, al terminar un show.

Nuestras identidades no son un detalle meno, y esto lo fuimos sabiendo. “Ópera Queen” significó para nosotros también un empezar a jugar con cosas que desde muy chiquitas también habíamos deseado. Empezar a pintarnos las uñas, a mostrarnos como nosotras somos. Estos juegos también fueron algo muy profundo que nos ocurrió como hermanas…

—Todos los géneros están de alguna manera colonizados por estereotipos; también la ópera y el folclore. ¿Algunos de los dos géneros es más fácil de abordar desde una identidad diversa?

Luchi: —Los dos géneros son complejos y difíciles. Son complicados. Pero pareciera ser que en la coyuntura actual, el folclore entendido como una música popular con fuerte enraizamiento en la cultura argentina encuentra, quizás, un poquito más inmediatamente el reconocimiento.

Siempre lo que fue distinto fue importante. Mira a Mercedes Sosa: es una coya marrona, gorda, mujer… Y de eso el pueblo no se olvida fácil, porque fue la voz de Latinoamérica. Y tampoco la dejaban subir en Cosquín.

Y ahora me pasa como fan también de la Ferni, que el otro día hizo un show maravilloso en Pista Urbana, lleno de personas que no la conocían, pero que se ponen de pie y la aplauden, quizás porque hay menos prejuicio. En cambio con “Ópera Queer”, si fuese sólo una parodia quizá sería mejor visto.

La trayectoria artística y la historia familiar de Graciela de Gyldenfeldt es heredera de una diversidad cultural con influencias de Dinamarca, Alemania, España e Italia
La trayectoria artística y la historia familiar de Graciela de Gyldenfeldt es heredera de una diversidad cultural con influencias de Dinamarca, Alemania, España e Italia

—Es más difícil que sea aceptado cuando el “disidente” juega de igual a igual.

Luchi: —Pareciera que sí. Al comienzo, quizá jugábamos más a resaltar ciertos estereotipos musicales de la lírica como cantar de alguna manera determinada, pero nunca se convirtió del todo en una parodia. Y pareciera que es un poquito más complejo a nivel institucional también, si se quiere, y a nivel formal, ocupar esos espacios en el mundo de la ópera.

Por eso también está bueno decir que es es un orgullo que en estos días María Castillo de Lima, que es la primera soprano trans, haya cantado un rol protagónico de “La Ciudad Ausente”, de Gerardo Gandini, hace unos días en el Teatro Colón. Eso es un evento icónico, no solo a nivel nacional, sino a nivel internacional. Esperemos que continúe en esa línea también la dirección artística del Teatro Colón.

Porque cuando nosotros nos paramos en este lugar ni un paso atrás y, como decimos en las calles, al calabozo no volvemos nunca más, nos referimos no solamente acostumbrarnos sino de verdad a intentar seguir ocupando a lugares públicos y lugares también privados, como vamos a estar ahí paradas en el Teatro Avenida cantando invitadas por nuestra tía.

El evento, impulsado por Graciela de Gyldenfeldt para celebrar los 40 años de Democracia, contará con la participación de destacadas voces líricas argentinas y las creadoras de "Ópera Queer", Ferni y Luchi
El evento, impulsado por Graciela de Gyldenfeldt para celebrar los 40 años de Democracia, contará con la participación de destacadas voces líricas argentinas y las creadoras de "Ópera Queer", Ferni y Luchi

Sin problemas con la identidad

—¿Con una trayectoria extensa y exitosa como la tuya, se evalúa en cuánto puede sumar y en cuánto restar convocar voces disidentes en un ámbito que a priori resulta tradicional, como el Avenida?

Luchi: —Yo siempre valoré de Graciela su fuerte sentido de justicia, que transmite con mucha vehemencia. Eso a mí siempre me fascinó. Claramente, es una mujer poderosa, y también muy justa. Cuando canté este año la bruja de “Hänsel und Gretel”, audicioné para hacerlo. Siempre hay un marco de respeto también por el arte.

Graciela: —Yo soy una persona un poquito tozuda, en el sentido de buscar la justicia que acaba de decir mi sobrino. Sobrino, sobrina… A veces le digo sobrinos pero saben que lo hago con mucho amor; pero porque sale así como sale, aunque no tenga nada que ver con la realidad de lo que cada uno siente.

Cuando yo estudiaba secundario, como nuestros padres nos dejaban elegir, yo decidí ir a una escuela secundaria vespertina, lo cual era un poquito riesgoso para una chica que era casi una nena: una escuela vespertina, en Caseros… Y allí asistían chicos que trabajaban, muchos de ellos eran con otra elección sexual. Por ende, a veces se sentaba mi compañera al lado, se sacaba su maquillaje y lo ponía al lado de mi carpeta.

Nunca tuve ningún problema con ningún tipo de identidad y ningún ser humano y, por el contrario, admiraba la capacidad de estos chicos/chicas y me parecía horroroso cuando me enteraba a través de la ópera de los casos del siglo pasado de asesinato, de tortura, de suicidio o de lo que fuese por causa de una identidad distinta.

Esto empieza por ahí: ese es mi ser interno. El otro, que es el artístico es justamente ver el talento de cada uno. Y así como otros han percibido que yo he tenido talento y lo agradezco muchísimo, porque a lo mejor uno desde adentro no lo vea así, y me han apuntalado para seguir con muchas cosas de la carrera yo los he visto a ellos dos, me ha conmovido mucho lo que han hecho.

* La Gala por la Paz ÓPERA CON TODOS se presenta el 15 de diciembre a las 20 hs. en el Teatro Avenida (Av. de Mayo 1222, C.A.B.A). Con Graciela de Gyldenfeldt, Leonardo López Linares como invitado especial y un seleccionado de voces de la lírica argentina integrado por Natacha Nocetti, Hernán Quinteros, Fermín Prieto, Gabriel García, Virginia Lía, más la participación de los creadores del espectáculo disidente “Ópera Queer”, Ferni y Luchi de Gyldenfeldt, con dirección orquestal de Ramiro Soto Monllor y dirección coral de Damián Roger.

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