10 libros de literatura infantil y juvenil para leer en el verano

Fantasmas, árboles de todo tipo, ranas, patos, tortugas, preguntas, destinos, vida cotidiana, el nombre propio, la creación y mucho más en esta selección de títulos para compartir con niños y niñas

De lecturas, escrituras y tiempo para leer: 10 libros para construir refugios

La lectura es un espacio ganado, un lugar para encontrarnos con cuentos y poemas, con historietas y novelas. Estamos a pocos días de que empiece el verano, los días se empiezan a alargar, y hay más tiempo para compartir libros y lecturas.

En su libro Una lectora de provincia (Buenos Aires: Ampersand, 2023), María Teresa Andruetto dice: “Leer o escuchar lo que otro nos lee es, como dice Esther Cross, algo que nos pasa y también algo que hacemos con un poco de tiempo y de silencio, para poner lo que pensamos y creemos por un momento patas arriba, para marcar y recibir una marca, para guardarlo en la memoria como se guardan las escenas con personas queridas. Escuchar algo que intuíamos o sabíamos y habíamos olvidado: huellas de pájaro, pisadas en la arena, mensajes de los dioses... Una palabra que nos saque del palabrerío, algo que dejamos que suceda y también algo que hacemos porque así lo hemos decidido.”

Esta idea es la que me gustaría proponer con esta selección de libros para las infancias. Que a quienes lean y compartan estos libros, les pasen cosas. Libros para construir espacios queridos (en soledad o en compañía), que nos despierten, que nos inviten a disfrutar, a pensar, a preguntarnos, a seguir buscando otros libros.

Para empezar, uno de fantasmas

Hay un fantasma en esta casa, escrito e ilustrado por Oliver Jeffers. Traducido por Susana Figueroa León, México: FCE, 2022

Nos da la bienvenida al libro una niña, la protagonista de la historia y como lectores somos testigos y hasta por momento cómplices. Hay que vivir en una casa embrujada. La niña de esta historia vive en una, pero jamás en su vida vio un fantasma. Nos lleva por la casa, nos invita a pasar, entre las hojas opacas y las traslúcidas vamos viendo a la niña, la casa y a los fantasmas. Las hojas traslúcidas son un tema aparte. Una maravilla que nos va develando los fantasmas de esta historia. Porque no es uno, son muchos. Desde la ilustración, algo para prestar especial atención es al trabajo con la luz y la oscuridad, que recorre todo el libro.

Empezamos leyendo una dedicatoria: “Para Suzanne, que me ayuda a encontrar todo y siempre está buscando fantasmas”. Además, agradece especialmente a varias personas, entre ellas a Neil Gaiman, gran escritor. Si no lo conocen les recomiendo especialmente: Instrucciones. Todo lo que necesitas saber en tu viaje (Océano, 2009).

Celebro la concepción de infancia que tiene este libro. En la página de legales da cuenta de cómo se hizo el libro, y es muy lindo: cuenta que “el arte para este libro se hizo con intentos, errores y curiosidad; años de coleccionar viejos libros de consulta arquitectónica, de catálogos de muebles e innumerables horas buscando en ellos diferentes detalles específicos; algunas habilidades de ingeniería y edición para hacer encajar la historia y que fluyera en torno a las hojas traslúcidas en el libro; algo de la magia digital en la composición; y entonces, después de todo eso, con una poco de pintura y creencia en los fantasmas.”

Genial la idea del trabajo con error. Como dice Guridi (Abitar el herror, GG, 2019) “Saber aprovechar tus ventajas es fácil, lo difícil es saber aprovechar tus desventajas, tus taras. Para ello hay que sacarle partido al error en la fase de creación”.

Un libro imperdible… a los que nos tiene acostumbrado Oliver Jeffers… con varias capas de lectura.

“Hola.

Pasa, por favor.

¡Te doy la bienvenida!

No he tenido visitas desde hace tiempo.

Tal vez

puedas ayudarme.”

Y por otro lado… “El plano del salón principal, que brindaba un amplio espacio para circular, probablemente alcanzó su máximo potencial en los magníficos pasillos de esta extraordinaria casa construida en 1760″.

Aparece la intimidad de esta casa, lo que no sabemos. La protagonista nos invita y quienes leemos, vemos a los fantasmas en la casa, que también nos es presentada en algunas páginas, con una descripción profesional de los distintos espacios. Las hojas de calco juegan también con lo fantasmal. La foto, el dibujo, la interpelación permanente al lector, la ironía y el humor. Fantasmas que toman el té, que juegan a las escondidas, de los que como ya dije, somos un poco cómplices, como en esas películas que vemos que alguien está detrás del protagonista, pero no podemos hacer nada para avisar.

Recomendadísimo para todas las edades.

Dos de andar por la ciudad y el mundo

El señor Waldemar. Escrito por Horacio Cavallo. Ilustrado por María José de Tellería. Libros Silvestres: Rosario, 2023 (Colección Ñu)

Una historia dividida en 4 episodios. Pura ternura, aventura y amor. Los capítulos de esta historia son: La gorra y el gato, La mariposa y el sombrero, El gato y la leche y La pelota y la bicicleta. Un gato, un señor, una mariposa, un sombrero. ¿Qué historias nos contarán?

El Sr. Waldemar anda por la vida buscando, encontrando, aferrado a las cosas que quiere, como su gorra. ¿Puede la ciudad y sus calles y plazas, y personas y objetos, y animales y alimentos ofrecernos un día extraordinario?

Una cosa lleva a otra y Waldemar, que es dibujante y siempre anda buscando qué dibujar por la ciudad, encuentra, recuerda y busca. Los vínculos, la escucha, los afectos. Cavallo y Tellería nos convidan belleza en palabras e imágenes. Este señor que está solo. Y la memoria cuando se va. Y las búsquedas. Este señor está perdido y anda encontrando.

Otro de los protagonistas de esta historia es el viento. Nadie sabe todo lo que puede pasar cuando sopla un viento fuerte. Las ilustraciones invitan a seguir mirando todos los objetos que aparecen en este paseo.

“Ahora está sentado en un banco de plaza. Piensa en su hijo, que vive en una ciudad de otro continente y que una o dos veces al año viene a visitarlo en un barco que navega debajo de las nubes. En su última visita le trajo una gorra verde. Adora esa gorra. Tanto la quiere que más de una vez se olvidó de quitársela para acostarse a dormir…”

Una para contar a la hora de la siesta o a la noche antes de dormir. Y también para aquellos valientes que se aventuran a leer solos.

Cuatro calles y un problema. Escrito por Graciela Montes. Ilustrado por Flor Rodríguez Actis. Buenos Aires: Santillana, 2023

Panchito es un niño que tiene que volver a su casa. ¿Pueden cuatro cuadras ser un mundo? Si, pueden. Graciela Montes hace magia en sus historias y lo hace poniendo en foco y creando con la vida cotidiana, como dijo en la charla del Filbita 2023: “La vida regular, la vida de todos los días” y este cuento trae mucho de eso. Todo lo que ¿puede pasar? y podemos vivir e imaginar en la vida cotidiana. Cada cuadra trae una aventura nueva que lo va acercando. Casi que es un cuento que además de contar la historia particular de Panchito en su caminata, habla también del tiempo en la infancia… como un tiempo en paralelo, que va a otro ritmo, aunque se le estuviera haciendo muy tarde.

“Cuatro calles no son tantas calles”, pensó Panchito mientras caminaba de a ratos y, de a ratos, corría.

Pero en cuatro calles pueden suceder muchas cosas.

Cuando estaba a punto de llegar a la primera calle, Panchito tuvo la ocurrencia de mirar hacia arriba, y vio una nube, una nube de nada, una nube poca cosa, blanca, redonda y tan solitaria en el cielo.

—Una nube es una nube y nada más—dijo Panchito sin detenerse ni un momento.

Pero no todas las nubes son iguales, y esta empezó a crecer y a crecer.”

Así entre calle y calle, Panchito da vueltas y conoce desde China hasta el centro de la tierra, y mucho más. Flor Rodríguez Actis nos va a invitando a cada lugar, creando climas entre formas y colores.

El viento, un gato, una nube, el agua… todas aventuras que se van acumulando. ¿Son más largos los recorridos cuando algo nos preocupa, cuando tenemos ansiedad por llegar, cuando conocemos el camino, cuando tal vez no tenemos ganas de llegar muy rápido…?

Una historia para compartir con chicos y chicas con ganas de divertirse y caminar mucho. La editorial lo recomienda a partir de los 6 años.

Dos de arboles:

La higuera, escrito por Juana de Ibarbourou, ilustrado por Diego de Arena. Pez Menta/Claraboya ediciones: Buenos Aires, 2022

Dedicado a la madre, que “con su paciencia, esfuerzo y amor incondicional me ha motivado en todo momento.”

“Porque es áspera y fea,

porque todas sus ramas son grises,

yo le tengo piedad a la higuera.”

El libro nos trae un poema que muchas recordamos de memoria… Un rescate editorial de la gran Juana de Ibarbourou(1892/1979). ¿Alguien se acuerda de haber leído Chico Carlo?

La propuesta logra hacerlo conversar con el presente, la mirada de los otros y el peso que tiene sobre nuestra propia mirada, sobre nuestra interioridad, sobre nuestros cuerpos, sobre los estereotipos de belleza.

Diego de Arena propone desde la ilustración y el resultado conmueve, emociona, dan ganas de leerla una y otra vez, y además, de volver a decirla de memoria.

El libro fue incluido en la lista de “Los mejores libros para niños y jóvenes 2023″ del Banco del Libro, resultando ganador en la categoría Poesía.

“Si ella escucha,

si comprende el idioma en que hablo

¡qué dulzura tan honda

hará nido en su alma

sensible de árbol!”

La higuera es el primer título de la colección Cordillera, que se propone renovar “la voz de grandes autoras y autores de América, junto al cuidado trabajo de distintos ilustradores del continente.”

Esta coedición entre Pez Menta (Argentina) y Claraboya (Chile) genera un movimiento muy potente. Una pequeña historia: A mi me gustó tanto que luego de un taller en el que lo compartí con chicos y chicas de 12 años, se lo leí a una compañera por whatsapp, Y entonces se generó una cadena de varios eslabones de promoción de la lectura… mi compañera se lo regaló con sus hermanos a su mamá para el día de la madre, y ella, su madre, me lo mandó leído a mí una mañana de este octubre que pasó… ¿no es una vuelta hermosa?

Al final del libro, nos encontramos con una biografía de la autora. Hermoso este dato en un libro álbum. Juana Fernández Morales nació en Melo (Uruguay) el 8 de marzo de 1892. Desde sus libros, se opuso al patriarcado. Su vida estuvo llena de sufrimiento escondido tras las puertas de su casa. La palabra fue su refugio y a la vez su antídoto.

Su contribución al movimiento feminista, fuera de los discursos hegemónicos y las normas.

En 1938, dio una conferencia que se tituló Casi en pantuflas en la Universidad de Montevideo en la que Gabriela Mistral y Alfonsina Storni le mostraron su admiración. En esa conferencia “rompió con la idea romántica que trataban de imponer sus contemporáneos hombres, al contar que el acto de creación poética ocurría en soledad, en un ambiente cotidiano.”

El poema es revolucionario y da mucha alegría que esté circulando nuevamente.

Recomendadísimo para cualquier edad. La editorial lo propone a partir de los 6 años.

Mono: mi árbol, mi casa, escrito e ilustrado por Canizales. Buenos Aires: Pequeño editor, 2023

Seguimos con los árboles y sumamos a los animales, ya que son la casa de un montón de especies que viven en la tierra. Con esa idea aparecen los títulos de Mi árbol, mi casa. En esta ocasión vamos a conocer a Mono.

“A Mono le encanta estar en la copa del árbol.

¿Qué estará mirando ahora?”

Como siempre, la colección Los duraznos piensa en los primeros lectores, y en esta serie, la idea es que las personas más pequeñas encuentren lectura, juego, placer, aprendizaje e historias. Son libros cuadrados, de 15 por 15 cm, cartoné, resistentes para ser manipulados y explorados con ganas y sorpresa. Los troqueles van anticipando lo que viene en la página siguiente, además de habilitar distintas posibilidades lúdicas. La edición es excelente, pensada y cuidada por Raquel Franco, directora de la editorial.

En tiempos donde el planeta hierve (literalmente) nada mejor que empezar a conocerlo lo antes que podamos.

Muy recomendado para leer y jugar con las personas más pequeñas de la casa. Y si se quedan con ganas de más, pueden disfrutar también de Hormiga: mi árbol, mi casa (Pequeño editor, 2023)

Además de Mono, dos más de animales

El pato al que no le gustaba el agua. Escrito e ilustrado por Steve Small. Traducción de Cristina Paolini. Buenos Aires: Catapulta, 2023

“Había un pato al que no le gustaba el agua. A Pato no le gustaba nadar en el agua ni chapotear.

Y a Pato no le gustaba que lloviera.

Ni siquiera que lloviera solo un poquitito.”

El primer libro en el que Steve Small, ilustrador de Me quedo contigo y Me quedo con ustedes, se aventura también en la escritura.

Este Pato ama leer, tomar algo rico y quedarse en casa pensando que tenía allí todo lo que necesitaba, aunque en realidad, podríamos decir que tenía todo lo que “pensaba” que necesitaba. Hasta que conoce a Rana, a la que le encantaba el agua. Una historia simple y tierna, que nada tiene que ver con el gusto o no por bañarse.

Steve Small es diseñador e ilustrador y director de animaciones, pero también están los libros, que en sus palabras: “No se mueven ni emiten ningún sonido, pero siguen siendo una de las mejores formas de introducir de contrabando una historia en nuestra imaginación. Siempre me han enganchado los libros y me encanta la química de la narración sencilla que se produce en los libros ilustrados.”

Recomendado para compartir con niños y niñas, desde muy pequeños. La editorial lo recomienda a partir de los 5 años.

La tortuga, una canción de Pim Pau, ilustrado por Paloma Valdivia. Unacapiruá ediciones. Buenos Aires, 2023. (Colección Pipoca)

Poesía en imágenes y palabras y melodía… Gracias por estos libros para las personas más pequeñas de la casa, que invitan a manipular, a pasar las páginas, a llevarlos andando de un lado a otro y por supuesto, a leerlos juntos y también en soledad. Un libro para contar a upa, o tirados en la siesta. Un libro cartoné, de formato pequeño, con las puntas redondeadas. Una invitación a la escucha y habitar espacios de ternura. Una canción de cuna que se puede leer, tocar y escuchar leyendo el QR de la contratapa.

“Duerme sobre el caparazón

la lechuza hecha de algodón.”

Las ilustraciones de la ilustradora chilena Paloma Valdivia son hermosas y muy expresivas, llenas de texturas y un trabajo delicado con la palet de color elegida. Cuenta en una entrevista que suele realizar los originales de los libros a mano, con lápices y tinta, y que luego los trabaja en la computadora.

La edición estuvo cuidada por Cintia Roberts y Ana Sagripanti.

Muy recomendado para compartir con las personas más pequeñas de la casa, desde la panza.

Uno con una pregunta que nunca pasa de moda

Cuando sea grande. Escrito e ilustrado por Yael Frankel. General Pueyrredón: Lecturita, 2023

El libro empieza con una dedicatoria: “Para todos los que tienen muchas opciones en el cajón de las respuestas”. Y yo pienso en una separación mínima: Para que todos tengan muchas opciones en el cajón de las respuestas y las preguntas.

En la contratapa el libro propone: Una simple pregunta puede abrir un mundo. Y es así. El libro inspira desde el comienzo con una pregunta que más de uno recordará haber contestado y hecho: ¿Qué querés ser cuando seas grande?

La niña de esta historia dice “cazadora de mariposas” como primera respuesta, pero sigue pensando:

“—¡Arquitecta de burbujas!

Enseguida me arrepentí:

—Voy a ser experta en aviones de papel.”

La lista sigue: condimentadora, ilustradora, entrenadora, entre muchas otras opciones.

Hay muchas cosas en este cuento, de apariencia tan sencilla, que me parecen geniales: una maestra que propone, escucha, una habilitación para soñar, pensar y arrepentirse. La posibilidad de escribir historias a partir de las preguntas que nos conmueven.

El texto y las imágenes abren posibilidades, y todo sucede en un aula, a partir de una pregunta.

En Instagram la autora escribió: “A ver si dejamos que los nenes sigan queriendo crecer… y ser grandes…”

La línea fina negra sobre fondo blanco, con detalles exquisitos de trama y mínimo color: rojo, azul nos va llevando y nos hace detener en cada doble página.

Un libro inspirador para compartir con chicos y chicas, jóvenes, adultos y adultas. Un libro recomendadísimo para disfrutar en familia.

Dos a las que llamamos por el nombre:

Margarita. Escrito e ilustrado por Penélope Chauvié. Buenos Aires: Muchas nueces, 2023

Margarita es un libro silencioso, que, sin embargo, hace mucho ruido, aunque sea de la colección Poco ruido.

Cuenta una historia o varias, y está dedicado “a todas las Margaritas”.

La historia empieza en una cocina, parece un desayuno. Y Margarita sirve café para toda la familia.

Margarita lleva a los chicos a la escuela, lava la ropa, la cuelga, limpia, teje, organiza cumpleaños con globos, tortas, muffins, gatos… y mucho más… hasta que se cansa.

Y ahí… deja abierto el juego para seguir armando la historia. E incluso brinda herramientas para hacerlo. Como los viejos libros con personajes de papel para recortar y jugar, y a la voz de ¡Plasticola, papel y tijera” nos invitan a hacer muchas cosas con Margarita. Incluso nos brindan distintas propuestas a través de un código QR.

Al final del libro la autora dice: “Margarita es un libro cocinado al fuego lento de estos momentos históricos en los que las personas que siempre nos encargamos de los cuidados nos animamos a luchar por nuestro derecho a tiempo de disfrute y ocio.(...) Este libro es un granito de arena en ese largo camino, porque invita a que desde la infancia comencemos a cuestionar(nos) las escenas de la vida cotidiana, pensando, discutiendo y jugando desde todas las lecturas, colectivos posibles para ir haciendo el mundo que queremos.”

Un libro sin texto que nos invita a pensar algunas representaciones y estereotipos familiares, y a ponerlos en conversación.

Aurora Busca Canciones, escrito e ilustrado por El esperpento (Mauricio Micheloud. Córdoba. Ediciones De La Terraza, 2023

“Aurora busca canciones donde escuchar flautas, guitarras, hipnóticos instrumentos juguetones.”

Y así sigue el abecedario… y la música.

Como dice en la página de la editorial: “un micro cuento sorpresa que invita a seguir la melodía del abecedario de principio a fin”.

Un libro chiquitito que es gigante. Es chiquito: 4 por 4 cm. ¿se imaginan todo lo que puede caber en un cajoncito de ese tamaño?

Cuando el libro se abre surge el movimiento y la historia. Y también es una cajita de música. Y una invitación al juego y la oralidad y la escritura. ¿Por qué? Porque Aurora Busca Canciones Donde Escuchar Flautas, y entonces podríamos seguir creando otras historias con el abecedario en la mira. Yo lo hice: Aurora Baila Con Dragones Escondidos, Fuertes, Gigantes… y podríamos seguir.

Un libro-abecedario en el que El esperpento (Mauricio Micheloud) se enredó diciendo: “Y así como un libro se abre, también se cierra para que en otro momento vuelva a empezar.” Y eso es exactamente lo que pasa con Aurora Busca Canciones: terminamos de leer y queremos jugar a pensar otras historias que se pueden jugar circulares en ronda, o en el auto en viajes largos.

El libro se distribuye bajo una Licencia Creative Commons que permite a otros copiar y redistribuir, remezclar, transformar y crear a partir de esta obra, siempre y cuando se atribuya el crédito de manera adecuada. Si quieren saber más sobre este tipo de licencias, les recomiendo visitar la página de la editorial.

Recomendadísimo para cualquier edad.

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Comencé esta serie de recomendaciones hablando de construir momentos y espacios queridos, que sean refugio y del verano como ese tiempo que nos da más tiempo, valga la redundancia, para leer, para jugar, para escribir, para volver a leer... Y siguiendo con las ideas de Andruetto en Una lectora de provincia (Ampersand, 2023): “Ya lo decía Yourcenar, que era sobria y vegetariana: la escritura es como un pan, un pegote que primero se nos queda en las manos y hay que amasar, sobar, ligar, dejar leudar, y solo después, cocer. Es lo mismo con un libro, salvo que, en un libro, el leudado puede llevar años.” Podemos pensar también la lectura con esta idea, sus huellas nunca se pueden ni medir ni pesar en el momento. Hay que dejarla leudar. Y tanto leer y escribir sobre pan, qué mejor que uno con manteca:

Cortar del pan una rodaja,

(del redondel casi blanco

caerán algunas migajas).

Luego raspar a cuchillo

el apagado amarillo

que es propio de la manteca,

para untar, muy lentamente,

la superficie inocente

que se va alumbrando en brillo.

Después probar en bocados

su paz de manjar sencillo.

Atravesar con los dientes

la espuma blanca de miga

y pensar en el verano,

el que mece las espigas.

Pan con manteca, de María Cristina Ramos (Rondas del agua, Nostra ediciones, 2009)