El mes de julio transitaba sus últimos días y el frío se hacía sentir con fuerza en aquella noche del 2012 en Buenos Aires. Dentro de la galería Apolo, en plena avenida Corrientes, un grupo de amigos, habitués de Minton´s, la emblemática disquería especializada en jazz que regentea Guillermo Hernández; se aprestaba a compartir guiso de lentejas y vino, en una mesa improvisada sobre la entrada del local.
Pero esta vez el ritual de cada viernes se vio invadido por una visita que pocos esperaban. Por el amplio pasillo de la galería entraba George Garzone, el saxofonista norteamericano maestro de generaciones; que en su primera visita a la Argentina había sido seducido tanto por la conocida variedad discográfica de Minton´s, como por la promesa de un buen plato que apaciguara la crudeza del invierno porteño.
Garzone regresó varias veces en los años siguientes para tocar en el país. En cada una de esas visitas incluyó su paso por la disquería porteña y la charla con sus nuevos amigos. Ritual que ahora volverá seguramente a repetirse, cuando el saxofonista arribe una vez más a Buenos Aires para dos funciones dobles, este viernes y sábado, en el Bebop Club, junto a los All Stars, un seleccionado de los mejores músicos locales.
Y es que a los 73 años, este saxofonista de origen italiano, nacido en Boston, educador reconocido, líder de sus propias bandas, con más de 20 discos a su nombre y artífice de un nuevo modo de improvisación en el jazz; no rechaza los nuevos desafíos. “En este momento de mi vida estoy intentando experimentar todos los estilos y contextos, sin omitir ninguno de ellos”, le dice convencido a Infobae Cultura.
—El crítico argentino Carlos Sampayo sostiene que en su estilo confluyen con firmeza y equilibrio Stan Getz y John Coltrane, las dos líneas rectoras del saxo tenor en el jazz moderno. ¿Qué piensa al respecto?
—Considero que mi estilo es una mezcla de varias cosas. Es free, pero también es mainstream. Puede tener algo de rytthm and blues, tal vez de funk. Todo al mismo tiempo. Todo junto. Tuve la suerte de tocar con gente muy importante, muy valiosa, como el querido Michael Brecker. Todos ellos me influyeron, tanto como los que nombras y me ayudaron a construir mi propia forma de tocar.
—En una escena de formaciones tan efímeras, ¿cómo pudo mantener vigente durante décadas el trio The Fringe?
—Porque desde el inicio y hasta ahora, en los 50 años que lleva The Fringe, no experimentamos ninguna otra situación tan fuerte y sólida musicalmente como cuando tocamos juntos los tres. Cuando toco con The Fringe no hay papeles, no hay lectura, ni siquiera siento que haya notas. Simplemente, es pura improvisación, puro disfrute. En 2013 salió 40 Years on The Fringe, el disco que hicimos con John Lockwood y Bob Gullotti y que en aquel momento marcaba el tiempo que estuvimos juntos. Desde entonces han pasado diez años más y seguimos en escena.
—En su discografía destacan los discos en vivo. ¿Tiene algo especial para usted la grabación en directo en comparación con la de estudio?
—Esto está relacionado con lo que te decía antes. Las grabaciones en vivo son más naturales cuando estás en un contexto de improvisación libre. Tener pÚblico delante de uno, cuando estas tocando, ayuda y enriquece para mantener un sonido natural.
—Usted creo el enfoque cromático triádico, un nuevo método de improvisación. ¿Qué lo impulsó a buscar un nuevo camino, allí donde podría suponerse que estaba todo dicho?
—Siento que fue el estudio detallado de la música de John Coltrane primero y ser parte de la orquesta de George Russell después, lo que me ha ayudado a desarrollar el Triadic Chromatic Approach, un concepto, que con el tiempo pasaría a ser propio y a conformar mi identidad musical.
—En su época de docente pasaron por su clase Joshua Redman, Branford Marsalis o Donny McCaslin. ¿Qué siente hoy al verlos ocupando lugares de trascendencia en la escena internacional?
—Siento orgullo. Los músicos que mencionas estuvieron entre los mejores estudiantes que he tenido. Como también Mark Turner, Chris Cheek, y tantos otros. Pero déjame decirte que ya eran buenos cuando llegaron a mí. Entonces la tarea del maestro consiste en ayudarlos a que puedan desarrollarse y progresar a partir de esa base. Hoy los considero parte de la primera línea en la escena musical.
—Aquí ha tenido ocasión de tocar con muchos músicos locales. ¿Observa usted alguna característica especial en el músico de jazz argentino?
—Sí, claro. Me he dado cuenta que hay un talento natural en los músicos argentinos. Un talento que no he visto muchos lugares del mundo por donde he viajado. Siempre digo que tocar con gente diferente, de distintos lugares, ayuda a desarrollarse como músico y a tener una perspectiva más amplia. Eso es muy valioso. Por eso yo viajo mucho y tengo grupos con los que tocar en varias ciudades del mundo.
—¿Qué puede esperar el público este viernes y sábado, en su inminente visita a Buenos Aires?
—Una nueva y explosiva experiencia, que estoy desarrollando y que surge de mi concepto, el Triadic Chromatic Approach.
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George Garzone All Stars en Bebop Club
Viernes 8, sábado 9 de diciembre. 20 hs-22.45 hs.
George Garzone, saxo tenor / Mariano Loiácono, trompeta / Sebastián Loiácono, saxo tenor / Ernesto Jodos, piano / Mauricio Dawid, contrabajo / Fernando Martínez, batería (8/12) / Roberto Giaquinto, batería (9/12).
Uriarte 1658, C.A.B.A.