Entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre se podrá ver en el cine Gaumont la selección de la Semana de Cine del Festival de Cannes en Buenos Aires. Esta propuesta se presenta hace 15 años en la Ciudad por iniciativa del Festival, el INCAA y Ventana Sur —el mercado audiovisual más importante de Latinoamérica—.
El director artístico del Festival de Cannes y quien está a cargo de seleccionar las películas que se ven en el festival, Thierry Frémaux, viaja a Argentina cada año para presentar la Semana del Cine. En algunas ocasiones, lo acompaña alguien del equipo: en 2022, viajó con quien fue presidente del Jurado, el actor francés Vincent Lindon; pero no fue así este año en el que, como en muchos otros, viajó solo. Además de la apertura del Festival, en esta edición dará una masterclass gratuita el martes 28 de noviembre a las 18 h acerca del futuro del cine.
Uno de los 6 largometrajes que estrenará en la Semana del Cine es Anatomía de una caída. Se podrá ver el martes 28, a continuación de la masterclass, y el sábado 2 de diciembre a las 20 h. Dirigida por Justine Triet y protagonizada por la alemana Sandra Hüller, ganó la Palma de Oro, y es un drama sobre la defensa que una mujer debe desplegar tras la misteriosa muerte de su marido, que cae desde una ventana de la cabaña en los Alpes en la que viven.
La lección de piano de Jane Campion y la controvertida Titane de Julia Ducourneau son las únicas dos mujeres que habían obtenido el premio más importante del Festival antes que Anatomía de una caída. En las restantes 74 ediciones, los premios habían sido para directores hombres.
Sandra Hüller además protagoniza La zona de interés, que ganó el Grand Prix este año y forma parte también de las películas que podrán verse esta semana. El jurado que otorgó los premios estuvo presidido por Rubén Östlund, el director de El triángulo de la tristeza, The Square y Fuerza mayor, e integrado por, entre otros, el argentino Damián Szifron (Relatos salvajes, Los simuladores). Además, se estrenarán en el contexto del Festival las películas Perfect Days (Wim Wenders), Fallen Leaves (Aki Kaurismäki), Monster (Hirokazu Kore-Eda) y About Dry Glasses (Nuri Bilge Ceylan).
Para Thierry Frémaux es ya un hábito quedarse en el Hotel Madero, donde algunos días antes de los estrenos recibe a periodistas para conversar sobre la selección de cada año. Con cordialidad, en un español casi perfecto, dio una entrevista exclusiva con Infobae Cultura.
— ¿Cómo comenzó su relación con el cine?
— Creo que todos aman el cine. Sobre todo, en la infancia. Y creo que hay un momento de la adolescencia en el que algunos van a amarlo más. Algunos van a empezar a ir más al cine. Esos serán cinéfilos. Yo tenía la costumbre de ir al cine con mi familia, mi padre tenía un cineclub cuando era joven. Creo que es un mito que inventan algunos el de ver películas de Eisenstein, Bergman o Tarkovski a los 14 o 15 años. Pero a los 18 o 20 años, sí. Yo estaba en la universidad y sabía que mi vida iba a ir en la dirección del cine.
Siempre les digo a los jóvenes: “Si realmente aman el cine, el cine va a amarlos”. Me parece que mi vida es así. El cine me dio muchísima alegría y emoción. Con Bertrand Tavernier, mi mentor, escribimos un libro, L’amour du cinéma m’a permis de trouver une place dans l’existence: “el amor por el cine me permitió encontrar un lugar en la existencia”.
— ¿Cómo describiría la selección de películas que vamos a ver este año?
— En primer lugar, hay un aspecto más bien comercial, que es que hay algunas películas que pueden verse y otras que no, por estrategia de los distribuidores. Pero con respecto al contenido, la selección incluye 70 películas y la idea es que en esta edición se pueda ver lo que fue la competencia. En 6 películas se verá el cine mundial que recibimos en Cannes.
— ¿Ve alguna tendencia?
— La tendencia mayor de la selección de este año es que todas son películas de cine. De mise-en-scène, de historias, del arte del cine. Se ve la universalidad del cine, que todavía se mantiene. Las películas de Wim Wenders, Justine Triers, Aki Kaurismäki o Marco Bellocchio son películas del arte del cine, son películas de directores.
— ¿Cree que las plataformas representan una amenaza para el cine, o son independientes?
— En su historia, el cine siempre encontró diferentes amenazas: la televisión, el video y ahora las plataformas. Y siempre sobrevivió. Festivales como Cannes, como Venecia o como Mar del Plata demuestran que el cine todavía está vivo. Por supuesto, te acordarás cómo durante la pandemia se anunció la muerte del cine… por décima vez en la historia. Creo que el cine se mantiene como arte propio, y a la vez las plataformas son una revolución muy importante. Yo estoy suscrito en todo: Netflix, AppleTV, Disney+, Primevideo… Si cada una de las plataformas muestra cine, eso es bueno para el cine. Pero sí creo que hay que demostrarle a la gente, nosotros desde los festivales y ustedes desde la prensa, que no es lo mismo. No es lo mismo ir a ver una película en una sala, en un barrio que no conocés. Yo conocí París y Lyon, primero, yendo a clubes de judo, y, luego, yendo al cine. No voy a hacer la comparación que se hace fácilmente: una cosa es pedir un delivery y otra cosa es ir a un restaurant (risas).
— ¿Es una política no incluir películas de plataforma en la Competencia o fue solo por este año?
— Es una regla que tenemos. Cada película de la Competencia debe estrenarse en salas de cine en Francia. Las películas que producen las plataformas no van a las salas y, por eso, los invitamos a venir por fuera de la Competencia (donde participan cerca de 50 películas). Por ejemplo, Los asesinos de la luna de las flores, de Martin Scorcesse, estuvo en el Festival y fue producida por AppleTV.
— ¿Cuál es su opinión con respecto a las series? ¿Ve series?
— Es difícil para mí hablar de eso porque no, no veo casi series. Veo series documentales porque me interesan. La serie Tour de Francia en Netflix, por ejemplo, me gustó mucho. Pero me pierdo en el mar de nuevos actores, actrices y, a veces, directores que existen solamente en las plataformas. Mis hijos ven muchas series y siempre me recomiendan. A uno de mis hijos de 19 años y que estudia dibujo le gusta mucho el cine de plataformas. Pero un día, volvió a casa y me preguntó: “¿Me podrás decir otra vez quién es este Jean-Luc Godard?”. Eso me encantó… Porque si va a ver un montón de películas y series de su generación, también me parece importante que quiera conocer y saber quién fue Godard.
— ¿Ve alguna posibilidad de incluir series en el Festival?
— Lo hacemos en algunas pocas ocasiones, cuando son series dirigidas por autores. Fue el caso de David Lynch, Nicolas Winding Refn, Jane Campion, Marco Bellocchio. Cannes todavía es el punto central donde apuntan los directores, el público, la prensa. En 2017, cuando vi la tercera temporada de Twin Peaks, la serie de David Lynch, le dije: “no es una serie, es una película”. Hay que hacer, además, una diferencia entre las salas de cine de Francia, que son buenas, y las salas de otros países que no son buenas.
— ¿En qué sentido?
— En otros países hay menos salas, en Francia hay una cultura de cine muy fuerte. Aquí en Argentina también, y no es tan fácil de encontrar eso en todo el mundo.
— Imagino que deben tener dilemas y polémicas continuamente con personas como Johnny Depp, Roman Polanski o Woody Allen. ¿Cómo resuelven estos temas? ¿Dejan afuera del Festival a personas que están canceladas?
— Lo único que importa para nosotros es el cine. La gente dice que Cannes es un festival muy político. Yo digo que no, son los autores los que son políticos. Cada año la Selección es la cara de lo que es el cine mundial. Hace años hay problemas que atraviesan el cine, pero que están afuera de “lo que es el cine”. Por ejemplo, hace unos diez años fuimos atacados por la falta de mujeres en el Festival. Era cierto, pero no era nuestra culpa: era la situación del cine mundial, había poca participación de mujeres. Yo digo que en las escuelas de cine deben cuidar eso. En el jurado, tenemos paridad, y cada vez que podemos luchar por la paridad, lo hacemos.
— ¿De qué manera?
— Si tenemos una duda entre dos películas, por ejemplo, y la primera es de un director y la segunda de una directora, elegimos la de la directora; si tenemos una película de Francia y otra de un país no tan preponderante, elegimos la que no es de Francia. Queremos mostrar la diversidad de lo que es el cine. Y actualmente hay muchísimas más directoras en el cine mundial. Cada año, Cannes es un apoyo de todos los debates del mundo.
Mencionaste a Johnny Depp. Actuó en una película que dimos este año, de la directora Maïwenn [Jeanne du Barry]. Si no está prohibido, ¿por qué no lo invitaríamos? Después, cada uno puede decidir si ir a verla o no.
— ¿Y Polanski?
— Con Polanski no tenemos relación. Habría que ver qué dice mi amigo Alberto Barbera, que lo invitó al Festival de Venecia.
— ¿Hay algún director o película del cine argentino que le guste en especial?
— Mi gran amigo y mi entrada en la historia del cine argentino fue Pino Solanas. En mis primeros viajes aquí, vi La historia oficial, La Patagonia rebelde y El lado oscuro del corazón. Ahora tenemos una copia restaurada de Hombre de la esquina rosada, la única película escrita por Borges, que hemos mostrado en el Festival. Para mí, es signo de buena salud de un país ir a buscar el pasado y restaurar lo clásico. Y la historia del cine argentino está llena de prestigio. Además, a Damián Szifrón. Está lleno de alegría y como jurado fue muy sabio. Tenerlo fue una manera para mí de mantener la presencia de Argentina en el Festival de Cannes.
— ¿De qué va tratar su masterclass?
— Va a ser sobre el lugar del cine en nuestro mundo. El lugar del cine no es el mismo que hace diez o veinte años. Como historiador, me interesa mucho cómo podemos disfrutar el pasado hoy. En qué sentido el pasado puede ayudarnos para ir hacia el futuro.