Cuatro décadas se cumplen este lunes del segundo peor accidente aéreo de aviación en España con 181 muertos, incluidos cuatro escritores que viajaban a un encuentro en Colombia.
Por este motivo se dice que la localidad española de Mejorada del Campo fue escenario el 27 de noviembre de 1983 de una tragedia que tuvo “a la cultura iberoamericana como víctima colateral”, dado que entre los muertos se contaron “diferentes personalidades de la cultura española y, sobre todo, iberoamericana”, señalaba un cable de la agencia DPA.
Cuatro escritores: el mexicano Jorge Ibargüengoitia, el peruano Manuel Scorza, la argentina nacionalizada colombiana Marta Traba y su marido, el uruguayo Ángel Rama, volaban camino de Bogotá para participar en el Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana -que tenía a Gabriel García Márquez como padrino- cuando el Boeing 747 de Avianca se estrelló en Mejorada del Campo mientras se aproximaba al aeropuerto de Barajas para hacer una escala en su ruta desde París.
En el aparato, que había despegado inicialmente de Frankfurt, viajaba también la pianista barcelonesa Rosa Sabater, que al igual que el resto de figuras culturales presentes encontraron la muerte en Mejorada junto con otras 176 personas.
Este siniestro aéreo fue el segundo peor de la historia de España tras el de Los Rodeos (Tenerife) en 1977, que dejó 583 muertos, y el peor de la compañía Avianca y de una aeronave colombiana, con once únicos supervivientes. El vuelo JK5022 de Spanair que se estrelló en Barajas en su despegue hacia Gran Canaria en 2008 dejó 154 víctimas mortales y 18 heridos.
Su recuerdo nota el peso del paso del tiempo, especialmente en España, a pesar de lo cual sus nombres se resisten a caer en el olvido, auxiliados por editores o instituciones públicas. En el malogrado vuelo 11 de Avianca viajaba también el matrimonio formado por los críticos Marta Traba y Ángel Rama.
Hija de emigrantes gallegos, Marta Traba nació y creció en el contexto de la “década infame” y el peronismo argentinos, hecho que marcaría sensiblemente su infancia y adolescencia y forjaría el carácter de su juventud, asentada en un fuerte compromiso político, como subrayan desde la editorial Firmamento, responsable de la reedición en España del título de esta autora Las ceremonias del verano.
Tras instalarse en Colombia en 1954, la autora inició una intensa labor como agitadora de la vida cultural de la época hasta convertirse, en palabras de la Premio Cervantes 2013 mexicana Elena Poniatowska, en “una figura imprescindible en un país en el que mandaban los militares”.
Traba fundó el Museo de Arte Moderno de Bogotá, todavía en activo, y dejó un legado compuesto por más de 20 volúmenes de historia y crítica de arte, artículos, una colección de poemas, siete novelas y dos libros de cuentos.
Por su parte, la editora Katia Irina Ibarra, responsable del sello mexicano Editora Nómada, que en 2019 reeditó La transculturación narrativa en América Latina, de Ángel Rama, subraya que las figuras literarias fallecidas en este siniestro se encontraban en aquel momento “en la etapa más fértil de su producción intelectual y artística”, lo que aumentó el impacto que la noticia causó “en el campo literario y cultural latinoamericano”.
Con motivo de este 40 aniversario de la tragedia, el Ayuntamiento de Mejorada del Campo ha programado a lo largo de este año actos con el objetivo de homenajear a las 181 víctimas del aparato.