Brenda Howlin disecciona los pro y los contra de la maternidad, en tono de filosa comedia

La dramaturga y guionista se aventura en el teatro con “Entre tus siestas”, en donde explora de manera realista y humorística el embarazo, parto y posparto, un parteaguas en la vida de una mujer

Brenda Howlin se sumerge con humor y realismo en el viaje del embarazo al posparto en "Entre tus siestas"

Las hemos visto en el cine y en la tevé, pero no tanto en el escenario: mujeres en plan de parir, sufriendo contracciones, pidiendo ayuda, volando al hospital, pujando a más no poder y luego mirando embelesadas al bebé, ese cuerpito que fabricaron dentro de su propio cuerpo durante nueve infinitos meses…

La dramaturga y guionista Brenda Howlin se lanza teatralmente con mucho arrojo, apenas con el filtro del género comedia –en el que se ha especializado–, con sublimado verismo en escenas propias de la culminación del primer embarazo de una pareja. Impaciencia e incertidumbre, dolor y amor, miedo y entusiasmo… Y ya de regreso en casa, más allá del enamoramiento del bebé, deseos compartidos de una reparadora siesta muy larga.

“Nada nuevo bajo el sol y la luna”, dirán ustedes. Porque efectivamente se trata de circunstancias que tantas madres, tantos padres –ahora ellos más participativos– conocen por propia experiencia: aunque la estrecha mentalidad de antaño haya ido cambiando en décadas recientes y la medicina haya avanzado (amén de exagerar con cesáreas innecesarias), hay cosas que por el momento no han cambiado. Es decir, el cuerpo de la mujer que se transforma, las contracciones punzantes que se aceleran cuando el parto está cerca, el nacimiento como hecho físico y emocional incomparable. Y, por fin, la vuelta al hogar con esa nueva personita tan difícil de descifrar (¿por qué llora ahora esta criatura?) y más frágil que el cristal, que alterará en extremo la vida diaria de madre y padre.

En 2018 Howlin fue guionista y actuó en "No sé cómo volver", una serie que también se centra en la maternidad

Brenda Howlin llega en condiciones más que propicias para plasmar estas vivencias en una pieza que ya se está presentado en funciones de preestreno durante noviembre y diciembre, para reponer en 2024: en 2018 fue guionista y actuó en una serie de 8 capítulos de 20 minutos, No sé cómo volver, donde, a través de varios personajes bien distintos en situación de puerperio, se desarrolla toda una problemática referida a la depresión posparto, la violencia obstétrica, el recurso del aborto, la adopción, el retorno a trabajo (fuera de casa). Con sobresalientes actuaciones de Maitina De Marco, Laura Paredes, Elisa Carricajo, Verónica Gerez, Marina Glezer y la propia Howlin, más la presencia siempre irresistible de Willy Prociuk. Esta producción se puede ver en Cine.ar Play.

Por otra parte, en 2020, colaboró en el guion y a la vez se interpretó a sí misma en el documental Años cortos, días eternos, dirigido –al igual que la serie antes citada– por Silvina Estévez. Este film sigue a varias madres recientes a través de cuatro años.

Entre tus siestas es la cuarta obra que estrena Howlin, exitosa autora de Shamrock –4 temporadas en C.A.B.A., una en Mar del Plata–, la hilarante comedia en verso libre sobre la inmigración que llegó a la Argentina a comienzos del siglo XX.

Hernán Paulos.

Autoayuda, literatura, historieta

Ahora que los libros sobre embarazo, parto y maternidad de todo tipo y pelaje se multiplican por doquier bajo la forma de autoayuda, ficción, ensayo, incluso en la historieta (aquí vale mencionar a la genial pionera Claire Brétecher y su desopilante Les mères, de 1982), corresponde nombrar a una precursora en esto de tomar la palabra sobre su personal proceso de gestación, parto y primer año de vida. Se trata de la feminista histórica de la segunda ola, profesora universitaria y responsable de una veintena de ensayos Phyllis Chesler, que dio a conocer en 1979 su Diario de una maternidad.

Un trabajo adelantado a su tiempo, de loable calidad literaria, editado en España por Martínez Roca y distribuido en librerías argentinas. Este texto, que tuvo varias reediciones, no ha perdido vigencia, tanto que volvió a publicarse hace pocos años en Nueva York, con prólogo de Ariel Chesler, aquel bebé que naciera en 1979 y que ahora es abogado y escribe sobre paternidad, feminismo, la crianza de hijos de padres LGBT, en Time y otras publicaciones. Cuando salió la primera edición del Diario…, opinó Gloria Steinen: “Las ideas iconoclastas de Phyllis podrían salvar la cordura de muchas mujeres, madres o no. E involucrar a los hombres en una experiencia humana tan importante”. Justo es señalar que, consultada, Brenda Howlin declara no conocer este libro y se sorprende gratamente por algunas coincidencias.

Por su lado, más cerca en el tiempo, en 2002 la prestigiosa escritora francesa Marie Darrieussecq publicó Le Bébé (traducido al español por Anagrama), monólogo interior de una mujer que paralelamente se ocupa de su niño de meses y atiende su trabajo, ya con reflexiones serias, ya con delirante humor. Este texto fue adaptado al teatro en 2004 y se representó con críticas favorables en París.

Marie Darrieussecq publicó "Le Bébé", que también luego se representó en teatro, con críticas favorables en París

Entre otras obras que han aludido al nacimiento, cabe mentar el gran suceso internacional de Monólogos de la vagina, de Eve Ensler –localmente dos temporadas en Paseo La Plaza a partir de 2001–, que fueron interpretados por muy diversas actrices. Y en Londres, en la actualidad y en esta senda de sincerarse y asumirse sin remilgos, la actriz queer Eloina Haines –que ya ha hecho obras sobre menstruación, vello corporal y temas afines– sale desnuda a escena, apenas con un acordeón y una ramita de perejil (amén de dos bifes de carne cruda), en el espectáculo High Steaks. Esta vez se desmadra acerca de los labios vaginales, las cirugías para mejorarlos en boga, etcétera. Aunque algún que otro espectador (varón) ha sufrido vahídos, Eloina comenta en The Guardian –periódico que la aplaude- que lo suyo es desterrar vergüenzas injustificadas…–

Ansiedad, angustia y diversión

Una mujer con panza reventona a punto de parir y un hombre, que obviamente es su marido, están mirando una serie que él explica pronunciando exageradamente nombres y palabras en inglés. La mujer, que no puede concentrarse, sobreactúa los típicos consejitos que han recibido (“aprovechen ahora, que después…”). Ella trata de tejer, expresa temores fatídicos, de queja de dolores. Él le suelta tan fresco: “Mirá que no estoy para parir hoy”. Al ratito, están saliendo para la clínica, el bolso con el taper lleno de nueces y en la radio la canción publicitaria Marolio, qué óleo, acompañada de las risas del público que –salvo breves apartes de la mujer hacia la platea, en tren de fluir mental– no dejará de sonreír o desternillarse durante el transcurrir de la obra Entre tus siestas.

Porque a todo el mundo, por experiencia propia y/o ajena, le resuenan los dichos, las peripecias de esta pieza que condensa brillantemente esa etapa que va de las últimas horas del embarazo al primer año de vida de un bebé. Con gracia constante, con hondura, con ligereza, con franqueza y con riqueza de recursos en el texto y en la puesta en escena, este espectáculo brinda un decantado trabajo de equipo, seis de cuyos principales integrantes, por si hiciera falta la experiencia en carne propia en la vida real, tiene chicos y chicas de corta edad. Empezando por el alma mater –productora, codirectora, dramaturga– Brenda Howlin.

La obra "Entre tus siestas" ilustra cómo el teatro se suma a la narrativa de la experiencia maternal, entre risas, lágrimas y reflexiones

Pocos objetos escenográficos más funcionales que ese sofá de dos plazas que se puede convertir en bañadera (cumpliendo un antojo de la embarazada) o en cama matrimonial, puesto vertical durante un apagón, donde la pareja duerme inquieta con bebé, va cambiando de posición en instantáneas que provee la muy expresiva y matizada puesta de luces. Un verdadero hallazgo de Marcos Murano ese mueble. Empero, hay otro elemento que aparece de pronto y sorprende, casi shockea en un primer momento: un inodoro dentro del ángulo que forman dos paredes, a la derecha del escenario, sobre el que está sentadita la mujer en puerperio atendiendo un zoom laboral (la adaptación de un relato de Samanta Schweblin), usando el sacaleche y luego tapándolo, para proseguir con la reunión; de refilón, le deja un mensaje a su marido, hace pis y un rápido gesto de limpiarse (probablemente algún espectador, alguna espectadora se pregunte si vio lo que vio…). Y a continuación sucede algo todavía más arriesgado, que no se revelará aquí.

En el rubro vestuario hay que destacar la forma imaginativa y estética con que Den Gómez resuelve el “desembarazo” de la mujer, por un lado. Y por otro, la plasticidad con que el largo y sedoso chal rojo se convierte en elegante vestido sobre la piel de Débora Zanolli, maravillosa, entrenadísima, muy jugada actriz que rinde a pleno lo que le piden el texto y la puesta en una labor emocionante y divertida por partes iguales (estuvo con De la Guarda y ahora se la puede apreciar también en Lo que el río hace). Secundada con excelencia por Martín Tecchi (La ponedora), un actor talentoso que encuentra aquí merecida oportunidad de lucirse. Y de caerse redondo sobre el piso, siguiendo las marcas de la codirectora y coreógrafa Flor Micha, cuando vuelve del trabajo agotado por falta de sueño; también muy tierno cuando conversa sus cuitas “de hombre a hombre” con el niñito dormido en el moisés.

Brenda Howlin demuestra su destreza en plasmar la vida cotidiana con humor, franqueza y una puesta en escena envolvente

Con la libertad que es su marca en el orillo, Howlin se permite citar en un diálogo a la mismísima Emilia Attías en la revista Hola, también la frase de “una obra de Los Macocos que dirigió Enrique Federman”. Y hace que la futura parturienta se identifique con “Like a Rolling Stone”, de Bob Dylan (“soy una auténtica piedra rodante cuesta abajo”). Humana y celosa –”las puérperas son inimputables”, se disculpa– se lanza a revisar el teléfono de su marido que sigue mirando la serie Barry. Ahora es cuando el fluir mental se vuelve canción (Zanolli puede entonar con vehemencia: “Soy un tambo, una vaca lechera”).

Tres directores –Howlin, Micha y Santiago Swi– se complementaron y potenciaron felizmente, con el respaldo del impecable diseño de sonido y la favorable música de Juan Barone –la canción original es de Alan Brancberg–, la escenografía y el vestuario arriba elogiados. Todos suman para este cruce afortunado de comedia, danza teatro y un toque de musical.

* Entre tus siestas se presenta tiene funciones el sábado 25 a las 20.30; domingo 26 a las 20; sábado 2/12 a las 21 y domingo 10 a las 20.30 hs. en La Carpintería (Jean Jaurès 858, CABA).

[Fotos. Hernán Paulos]

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