El fenómeno Milei, la angustia y “un canto a la solidaridad”: retrato de una incierta campaña electoral

César González recorrió con su cámara los barrios pobres del país y el resultado es “Al borde”, una película sobre el “otro lado” de la elección general del pasado 22 de octubre. Infobae Cultura habló con el director y con Federico Vázquez, productor del proyecto a través de Futuröck

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Trailer de "Al borde", de Cesar Gonzalez y Futurock

¿Javier Milei? “Un crack total”, dice un chico, un niño, que recién sale de la escuela. “¿Te gustan sus ideas?”, le pregunta César González a otro chico, más grande, un pibe, en plena peatonal. “¡La libertad, más vale!”, responde. En otra escena, un carnicero, mientras filetea, ruega que “venga alguien que levante el país”. La película se llama Al borde y se estrenó esta semana en más de 400 lugares de todo el país: escuelas, centros culturales, librerías. Fueron dos meses de rodaje: desde las PASO hasta la votación del 22 de octubre. Una película urgente, y no por eso menos profunda, menos compleja. González, el director, lleva la cámara de acá para allá, a lugares como Mar del Plata, Tucumán, Neuquén, Buenos Aires, dibujando postales de la clase trabajadora argentina. Son preguntas simples que se abren al magma de la reflexión: ¿votaste?, ¿qué sentiste?, ¿se puede decir a quién?, ¿qué imaginás si gana Milei?, ¿te gustan sus ideas?, ¿y si gana Massa?, ¿cómo estás hoy?

“No salí a buscar nada en concreto, sino que, justamente, necesitaba encontrar que aparezca en la reflexión del pueblo argentino su versión más popular, de una forma espontánea, de la forma más transparente posible”, le dice el cineasta de 34 años a Infobae Cultura desde un colectivo rumbo a Rosario. Al borde es su novena película. Las últimas son Castillo y Sol, de 2020, Diciembre (codirigido con Alejandro Bercovich) y Reloj, soledad, de 2021. Tiene, además, ocho cortometrajes. También varios libros, entre ellos La venganza del cordero atado —su primer poemario, el inicio del seudónimo Camilo Blajaquis—, El fetichismo de la marginalidad —ensayos con ideas filosas, incómodas— y el último, publicado el mes pasado, El niño resentido, una autobiografía novelada donde cuenta su infancia, la vida en la villa Carlos Gardel, el ingreso al delito. Ahí se pregunta: “¿Por qué algunos tuvieron todo y yo no tuve nada? ¿Quién explicaba las razones de esa desigualdad obscena?”

Con todo ese equipaje detrás —que incluye balazos, cárcel y el descubrimiento de la filosofía y el cine como maquinarias críticas—, César González comenzó a involucrarse en el viejo y querido arte social. “Es poeta, es cineasta, es un artista y es un intelectual en el sentido estricto. A veces se le dice intelectual a cualquiera. Y César es alguien que produce obras, que produce conocimiento, y desde un lugar que es bastante original, porque estamos acostumbrados a intelectuales y cineastas que vienen de los sectores medios, medios altos o altos”, le dice Federico Vázquez, productor ejecutivo de Al borde y director de Futurock, a Infobae Cultura. “Si bien la película tiene una idea muy clara y un posicionamiento político, porque plantea la pregunta de si Milei es un peligro para la democracia; no es algo panfletario ni tampoco condescendiente, sino que realmente muestra, o intenta reflejar, el estado de la sociedad argentina y qué está discutiendo”, agrega.

Póster promocional de "Al borde", la nueva película de César González
Póster promocional de "Al borde", la nueva película de César González

Un canto a la solidaridad

La primera definición que hace, ahora, César González, de su nueva película es esta: “Un canto a la solidaridad de una gran parte de nuestro pueblo”. Lo ve en “la presencia en los merenderos y comedores de esas miles de mujeres que ponen el cuerpo, que dedican su tiempo a los otros, a las otras, a poner un plato de comida en las mesas más olvidadas, en los pueblos más olvidados, en los lugares más recónditos de nuestra patria”. Y agrega: “En tiempos donde se hace tanto hincapié en el individualismo, que somos nuestros propios jefes, que todo depende de tu esfuerzo personal, esta película demuestra que esas son las verdaderas falacias ad hominem, como tanto le gusta decir a Milei. Ningún individuo, por más capaz e inteligente que sea, por más de que tenga mucho talento, es una fracción. ¿Donde va a desarrollar sus aptitudes si no hay una sociedad desarrollada? Para mí, una de las fortalezas de la película es mostrar la solidaridad que hay en nuestro pueblo”.

“Es una película cruda”, dice Vázquez. “Hay un montón de gente en situación de pobreza, de necesidad, gente que vota Milei y otros que votan a Massa. Y es un país que está en una crisis grande, evidente. Nosotros queríamos mostrar eso, salir de los lugares comunes y hacer un aporte. Decir: esta es la Argentina que tenemos, este es el pueblo que tenemos y esto es lo que está debatiendo. Nosotros confiábamos en César, pero la verdad es que me sorprendió que en dos meses, con estos pocos recursos, haya logrado producir algo que yo al menos no lo vi en informes periodísticos o en otras producciones audiovisuales”, agrega. El objetivo de esta “película fue hecha en tiempo récord”, dice el cineasta, era “mimetizarse con el tiempo actual que está transcurriendo en la Argentina: que la cámara se mimetice con la urgencia, con la incertidumbre, con el miedo, con la esperanza. Y además, creo que no te dice cómo pensar, sino que simplemente te invita a pensar”.

Angustia vs. esperanza, la batalla final

El telón de fondo de la película, la historia menos visible, la más metafórica, es un una batalla épica y final entre la angustia y la esperanza. Por momentos, sobre todo al principio, prima una; por momentos, sobre el final, prima la otra. Lo que se mantiene, pese a ese péndulo emocional, es la incertidumbre, porque nadie sabe bien qué va a pasar en el balotaje, sin embargo todos están preparados: para festejar, para entristecerse, para seguir batallando: todos están preparados. “Somos humildes pero somos inteligentes”, dice alguien, de pronto. Minutos después, una mujer convoca a “poner combativo al amor”. Las ideas brotan, florecen. Siempre estuvieron ahí. Nada nace solo. “La esperanza es un bien tangible, un bien empírico, siempre y cuando uno ponga el cuerpo y se interese en su sociedad”, dice González ahora, recostada en la butaca de un micro de larga distancia. Y agrega que “no es ninguna locura tener esperanza”.

César González define esta película como "un canto a la solidaridad de una gran parte de nuestro pueblo”
César González define esta película como "un canto a la solidaridad de una gran parte de nuestro pueblo”

“No por ponerme chauvinista ni nacionalista fervoroso, pero creo que los argentinos no nos merecemos que nos gobierne un individuo como Milei o como su candidata a vicepresidenta, que es, no solo negacionista, sino una especie de groupie de los genocidas, porque representa fuerzas muy oscuras que, de instalarse en el Gobierno, derrumbarían todo lo que culturalmente y cívicamente tiene de interesante nuestro país y por lo que somos reconocidos en el mundo”, afirma González. Por su parte, Vázquez dice: “¿Viste que cuando le ponés el micrófono a la gente, cuando le das la oportunidad de expresarse y no andás buscando el título, ni buscando que trastabille, ni hacerlos quedar como idiotas, tiene cosas para decir? No encontramos a nadie que dijera ‘me quiero ir de Argentina’. Todos hablan bien de su barrio, de su provincia. Yo creo que la esperanza también es decir: yo puedo tener mucho, poco o casi nada, pero no quiero que me lo saquen”.

Vemos murales de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo vandalizados. Vemos afiches diversos, enormes, algunos rotos, otros relucientes. Vemos planos constantes a estatuas y monumentos que, en un juego de planos con esos mismos afiches, se construye la imagen de una ciudad, de un país, de la Historia, así, con mayúsculas, mirando la campaña electoral, observando los desmanes, los delirios, las propuestas, las caricaturas, las movilizaciones de apoyo, las marchas en contra, pañuelos provida, banderas amarillas de “Don’t trade on me”, disfraces de leones, pósters de Perón y Eva, de Néstor y Cristina. ¿Cómo recordaremos esta eterna e incierta campaña electoral? ¿Cómo la recordará la Historia? “¿A qué le atribuye la victoria?”, pregunta González a una mujer que celebra el triunfo de Massa y su ingreso al balotaje con Milei. “A la conciencia de clase —responde la mujer con una gran sonrisa—, a la justicia social que nos merecemos todos los argentinos”.

Celebración en el centro de campaña de Unión por la Patria, la noche del 22 de octubre
Celebración en el centro de campaña de Unión por la Patria, la noche del 22 de octubre

Los pobres más allá de la pobreza

El domingo 20 de agosto, González fue entrevistado en Futurock, en el programa ¿Cómo la ves? Ante las preguntas de Gabriel Sued, Florencia Barragán y Leandro Renou, habló del problema de la representación popular en el arte y de sus ganas de filmar lo que estaba pensando en los barrios más pobres con el fenómeno Milei. Vázquez lo escuchó y le pidió juntarse a tomar un café. Le dijo que la Comunidad Futurock podía financiar esa película, que era cuestión de pedirle a los oyentes la cooperación y comenzar cuando antes. Con el resultado de las elecciones primarias en la mano —Javier Milei, un outsider total, había obtenido el 29.86% de los votos y encabezaba el camino a la presidencia—, salió a hacer entrevistas. “No tenemos una espalda financiera enorme. Convocamos a la gente y dio resultado. Desde Futurock siempre buscamos involucrar a la audiencia. No tenemos una audiencia pasiva ni queremos tenerla”, cuenta Vázquez.

“Me dieron libertad total para hacer la película que yo quisiera”, dice González. “Si bien la película no es neutral, tampoco es condescendiente. Lo que necesitaba era demostrar que los pobres no estamos solamente para responder sobre la pobreza. Cuando llega una cámara los pobres estamos reducidos solamente a hablar de dos o tres situaciones. Acá los que están fuera de campo son la clase media, la clase política y las clases dominantes: un concepto del cine muy interesante. Acá pongo a los sectores populares en un lugar diferente: sí, que hablen de la pobreza, pero que tengan tiempo para reflexionar. ¿Viste que el periodismo te pregunta respondiéndote? Te preguntan: ‘che, qué triste la pobreza, ¿no?’ Esas preguntas que se responden casi solas. Yo fui a cada uno de los entrevistados y entrevistadas con el máximo de los respetos, de igual a igual, que es lo que no suele suceder cuando los sectores populares aparecen en la pantalla”.

Federico Vázquez, director de Futurock, es el productor ejecutivo de la película "Al borde"
Federico Vázquez, director de Futurock, es el productor ejecutivo de la película "Al borde"

El mito del plan social

Con sobrada holgura la película derriba mitos. Uno a uno. Y lo hace con una herramienta viejísima, aunque tal vez no tan usado, no tan explotada: escuchar atentamente a los entrevistados. Quizás el mayor mito, tótem del antiperonismo, sean los planes sociales, algo que viene encadenado con una vuelta de tuerca derechista sobre la lucha de clases: la poca cultura del trabajo que poseen, dicen, oh paradoja, los trabajadores. “Es increíble que una sociedad hipertecnológica rija su sentido común sobre mitologías, sobre cosas que no son reales, que son figuras mitológicas, fantásticas, que no tienen ningún sustento empírico. Los planes sociales es una verdad que se instaló en la sociedad argentina, pero en realidad es un mito: el que cobra un plan social de arriba debe ser el porcentaje más ínfimo. No niego que exista porque seguramente va a haber investigaciones que me contradicen, pero no podemos generalizar por dos, tres, diez casos”, dice González.

“Uno tiene que empezar por la tendencia —continúa—, no por lo extraordinario de la estadística, no por lo mínimo. Son cosas que te enseñan en la escuela. Se cree que hay una porción del país que no trabaja y expropia el resultado del trabajo de otro. Es como un marxismo psicodélico capitalista: la expropiación de la fuerza del trabajo es uno de las grandes maravillas que trajo Marx a la historia del pensamiento moderno. La plusvalía. Y es usada por los sectores que hoy en día odian y dicen ‘todo socialismo’, ‘todo marxismo’, y creen que esa apropiación la cometen estos sectores que cobran un plan social de 60 lucas al mes, con lo que no vive nadie. En la película lo muestro: te levantan un barrio donde era un baldío. Hay gente que está convencida que es como el salario universal lo que está existiendo hoy en día, algo que probaron algunos países nórdicos, el salario básico universal, que el Estado te da plata sin pedirte nada a cambio, eso no existe en Argentina”.

Entonces enumera: el Potenciar Trabajo, “tiene un montón de requisitos”; el Progresar, “una beca irrisoria para que los jóvenes más humildes puedan por lo menos cubrir la SUBE para ir a estudiar; la Asignación Universal por Hijo, “bueno... quién está en contra de que un niño pueda tener una alimentación sólida y sostenida durante su infancia directamente a mí me parece un monstruo, pero un monstruo perverso, no un monstruo artístico”. “La gente no sabe ni siquiera qué son los planes sociales. En esta película quedó mucho material afuera, pero la verdad que tenía entrevistas donde le preguntaba a gente que dice ‘basta de planes, basta de planes’ ¿cuáles son los planes?, ¿cuánto cobran?, ¿cómo funciona?, y nadie lo sabía. Una sociedad tan moderna que tiene la capacidad de comprobar los hechos por internet, comprobarlo con sus propios ojos, prefiere aferrarse a esta mitología que es bastante horrible”.

"Al borde" se estrenó el miércoles pasado en más de 400 lugares de todo el país (Fotos: X Futurock)
"Al borde" se estrenó el miércoles pasado en más de 400 lugares de todo el país (Fotos: X Futurock)

En la misma línea, Federico Vázquez subraya un detalle: “¿Viste que la gente está trabajando mientras habla? Queríamos sacar los mitos de que los pobres están ahí esperando un plan. Vos ves a la gente trabajando en sus cooperativas, armando sus casas, atendiendo los comedores, vendiendo el diario, chicos yendo a la escuela. La sociedad argentina está haciendo cosas, no hay nadie que esté, piense lo que piense, panza para arriba. Es una sociedad en crisis, con un montón de problemas, pero al mismo tiempo se levanta y va a buscar el mango, y en ese escenario es que piensa la política. Me parece que ahí que se forma una cosa muy compleja, muy real, muy profunda. Creo que va a ser un reflejo de este contexto y en unos años nos va a servir para pensar una época”. González agrega que “es un discurso que permeó en el lado peronista y en algunos sectores progresistas cuando dicen que tienen que dar explicaciones de cómo vamos a convertir los planes en trabajo”.

Todavía hay una Argentina

Hay algo único en el cine. Algo que no está en otros dispositivos, en otras disciplinas, en otras porciones de ese sol gigante que llamamos comunicación. Algo relativo a la forma, a la pausa, pero también al contenido y ¿por qué no? a la verdad: la posibilidad de escuchar, de ver, de dejarse llevar. “Un viaje por fuera del tiempo”, como dice Ignacio Molina. “Muchos de los que saben de esto dicen que el éxito que tuvo Milei como candidato se explica, en una parte muy importante, por las redes sociales: los videos de 30 segundos, el impacto, la frase”, dice Vázquez. “Es también el mundo en el que estamos viviendo hoy. Más allá de lo que pienses, eso impide un momento más reflexivo y se vuelve todo una especie de reacción emocional. El cine es un testimonio. Eso implicó que César tuviera que pasarse muchos días y muchas horas hablando con las personas, pero todas esas reflexiones se condensaron en una hora y media”.

Según el director de Futurock y conductor del programa Un mundo de sensaciones, “para entender a la sociedad hay que tomarse un tiempo, hay que producir cosas que tengan un espesor, sacar conclusiones. Porque hay contradicciones muy fuertes: algunos dicen que hay mucha hambre, otros dicen que no, unos dicen que están mejor, otros dicen que nunca estuvieron tan mal. Todo eso tiene una complejidad que aparece si te tomás un tiempo mayor al de las redes”. El estreno que propusieron, dice, fue una forma de ir a contramano: “La obvia era que la subamos a nuestro canal de YouTube y cada uno la viera como quiera, pero no queríamos seguir reproduciendo que lo importante es cuántas views y likes tenga. Queríamos mostrar que la Argentina todavía es un tejido social con organizaciones comunitarias, culturales, sociales. Hoy, que parece que las redes nos invadieron completamente la cabeza, quisimos mostrar que hay una Argentina más allá de eso”.

[Fotos: Télam / Florencia Downes; gentileza prensa Futurock]

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