“El arte es vida y vivir la vida como un arte es lo que tenemos que aprender todos, seas artista o no. Y el grabado es la disciplina más popular, es el arte para todos”, anunciaba Cristina Santander en su última entrevista televisiva. Sin imaginar su temprana partida, la artista ya había decidido donar su obra y su casa taller del barrio de Recoleta a la Universidad del Salvador. En un evento que contó con la presencia y disertación del rector de la universidad Dr. Carlos Salvadores de Arzuaga, el artista Patricio Sánchez Tasisto, la Presidenta de la Academia Nacional de Bellas Artes Matilde Marín, la artista Alicia Díaz Rinaldi y la Dra. María del Camen Magaz, se inauguró la Casa de arte Cristina Santander (Junin 1321, Caba), que se propone como un nuevo espacio de formación artística para la Ciudad de Buenos Aires.
El homenaje contó, además, con la presencia del Embajador de Georgia, Sr. Gvaram Khandamishvili, la Vicerrectora Académica Dra. Romina Cavalli, el decano de la Facultad de Medicina Dr. Daniel Martinez, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Dr. Héctor Dama, la investigadora y escritora Elena Oliveras, entre otros.
“Agradezco a Cristina Santander por habernos elegido como los destinatarios de su legado. El valor artístico y el significado de sus aportes en los años de su prolífica actividad, la llevaron a ocupar un lugar destacado en el panorama mundial del grabado. Asumimos el compromiso de cumplir con su deseo: lograr que su casa sea un lugar de formación de jóvenes creadores donde el arte se desarrolle en todas sus facetas. Tomamos la responsabilidad de honrar su memoria trabajando con la misma pasión y dedicación, con su espíritu de búsqueda permanente y manteniendo su presencia en este lugar: su lugar en el mundo”, afirmó Salvadores de Arzuaga, en diálogo con Infobae Cultura.
No es la primera vez que la Universidad del Salvador asume el compromiso de difundir y mantener viva la memoria de un artista. En sus antecedentes se pueden destacar los casos de Atahualpa Yupanqui y de Eduardo Bergara Leumann. En este último, con la apertura de la Botica del Ángel, un museo escenográfico que pone en valor la obra del artista y cuyo espacio fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. En el caso particular de la Casa de arte Cristina Santander, se trata además de una construcción histórica realizada en 1937 por Arturo Prins, un ingeniero civil que trabajó en arquitectura, nombrado Académico Nacional de Bellas Artes y que entre sus más de 200 obras, realizó la Facultad de Ingeniería, edificio histórico neogótico que ha quedo inconcluso.
Durante el evento y a través del recuerdo de sus allegados se realizó un emotivo homenaje al recorrido de la artista y de su trabajo incansable, hasta el último día de su vida. “Estamos aquí para celebrar la vida de Cristina como artista. Compartimos 53 años y no fueron suficientes. No la olvidaremos jamás porque algo olvidado puede ser siempre recordado. Quizás te perdamos porque algo perdido se define por su propia ausencia pero tu ausencia es una presencia cotidiana”, reflexionó Sánchez Tasisto.
Por su parte, Matilde Marin afirmó: “Cristina poseía un don particular en la destreza técnica y dominio en las diversas formas del grabado. Uno podía observar su obra y ver la historia del grabado en ella. Obtenía resultados singulares y creó un estilo propio”. Por su parte, la artista Alicia Díaz Santander, quien compartió su formación y vida personal con Santander, contó con mucha emoción: “Cristina había llegado al límite de lo experimental. Fue impermeable a las modas y siempre se ha comportado como una diva y como una guerrera”.
Para cerrar la presentación, María del Carmen Magaz, quien conoció a Santander hace más de veinte años y que actualmente se encuentra a cargo de la catalogación de las obras de la artista presentes en su casa, habló de la importancia de este nuevo espacio, de su legado y de la necesidad de mantener viva su memoria. “El año próximo haremos clínicas de grabado, seminarios, conferencias donde poder hacer foco en la trayectoria de Cristina y alguna muestra antológica de su obra. Cada sala de la casa tiene una decoración particular y ella sentía mucho orgullo, era su otro yo. La casa es una obra de arte en sí misma”, contó en diálogo con Infobae Cultura.
Cristina Santander nació en 1942, Buenos Aires, Argentina. Hija de un famoso músico de jazz, se educó en un ambiente creativo y cosmopolita que la llevó a sentir muy pronto la vocación artística. Con solo 13 años ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Manuel Belgrano”. Completó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” y la Escuela Superior “Ernesto de la Cárcova”. Allí estudió con Aída Carballo. También fueron sus maestros Ideal Sánchez y Fernando López Anaya. Fue profesora de Dibujo y Grabado en la Facultad de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” y titular de la cátedra de Pintura de la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”. Ha expuesto en Argentina, Bolivia, Brasil, Corea, Costa de Marfil, Ecuador, EEUU, España, Francia, Italia, Japón, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Suecia, Suiza, Uruguay y Venezuela.