En una ceremonia cargada de emoción y celebración, se entregó el Premio Futurock Novela 2023. El evento, conducido por Eugenia Zicavo y Juan Francisco Gentile, tuvo como plato fuerte la revelación del ganador de esta cuarta edición, que no fue otro que Juan Federico von Zeschau con su novela Chimangos.
El camino hacia este galardón comenzó hace dos meses, cuando se dio el pistoletazo de salida a la cuarta edición del Premio Futurock Novela. Una convocatoria que recibió un impresionante total de 380 obras inéditas provenientes de todas las regiones de Argentina y Uruguay. Cada una de estas obras fue escudriñada con minuciosidad por un prejurado conformado por destacadas personalidades del ámbito literario y editorial, quienes, tras arduas deliberaciones, seleccionaron a los cinco finalistas.
Finalmente, el jurado final, compuesto por Sergio Olguín, Hinde Pomeraniec y Agustina Bazterrica, llegó a un veredicto unánime: Chimangos era la obra que se erigía como ganadora indiscutible. Esta novela, presentada bajo el seudónimo “Canibal” y escrita por Juan Federico Von Zeschau, no solo cautivó a los jurados, sino que también se alzó con el premio de un millón de pesos en efectivo y la promesa de ser publicada por Ediciones Futurock en el próximo mes de diciembre.
Los finalistas fueron:
Los amantes nunca se oyen a sí mismos, presentada bajo el seudónimo “Chaterley”, obra de José Niemetz.
Inriville, presentada como “Basilia”, fruto del ingenio literario de Martín Di Lisio.
Sacro, tras el seudónimo “Jazmín Dorado”, obra de María Belén de Franceschi.
Anatema, bajo el seudónimo “Pablo López Golgi”, la obra de Pablo Germán Ali también destacó.
Este premio, que ha ganado notoriedad en los últimos años, ha visto brillar a autores de la talla de Mariana Enriquez, Gabriela Cabezon Camara, Juan Diego Incardona, Claudia Piñeiro, Sergio Bizzio, Fabián Casas, Martin Kohan, Luis Chitarroni y Maria Moreno en ediciones anteriores.
Ahora, el foco se centra en Chimangos, la novela ganadora que ha dejado una fuerte impresión en los jurados y la comunidad literaria en general. La historia nos sumerge en la vida de un protagonista atormentado, heredero de una inmobiliaria de sus padres, quien se sumerge en negocios turbios para vengar la muerte de su madre en prisión y el suicidio de su prófugo padre. La trama se desarrolla con maestría, con escenas y diálogos impactantes, respaldados por una coestelar inolvidable: Yeni, la Pájara Loca. Todos los personajes están meticulosamente esculpidos, llenos de contradicciones y las cuestiones de clase están hábilmente entrelazadas.
El propio Federico von Zeschau compartió su experiencia en la creación de esta novela monumental, destacando el arduo trabajo de siete años y las innumerables revisiones que dieron forma a esta obra de arte literaria. Su inspiración inicial surgió en plena época del macrismo, un momento de agitación política que le permitió explorar la corrupción tanto en el ámbito público como en el privado, a través del oscuro mundo de un empresario inmobiliario corrupto.
Hinde Pomeraniec, una de las juradas, resaltó la capacidad de la novela para presentar una trama sin juicios morales, así como la riqueza en su construcción literaria. El jurado también destacó el manejo magistral de la trama, la caracterización de los personajes y la intriga que atrapa al lector de principio a fin.
Sergio Olguín, por su parte, elogió la creación de un protagonista complejo y querible, así como la habilidad del autor para evitar los lugares comunes del género. Destacó la velocidad vertiginosa de la narrativa que, a pesar de su longitud, atrapa al lector desde el primer momento.
Agustina Bazterrica culminó los elogios a Chimangos al describirlo como una novela maravillosa, cercana a la perfección. Destacó la profundidad de los personajes, el ritmo trepidante y la capacidad de la obra para resonar en la mente del lector mucho después de haberla terminado.