La película que representa a Chile en los Óscar se presenta en el Festival de Mar del Plata

“Los colonos” de Felipe Gálvez, sobre el exterminio de un pueblo originario de la Patagonia, participa de la competencia latinoamericana. “Está hecha a partir de una página borrada de la historia oficial”, dice el realizador

Trailer de "Los colonos", de Felipe Gálvez

En los albores del siglo XX, en el desolado desierto patagónico de Chile, el acaudalado terrateniente español José Menéndez urde una expedición brutal. Con el propósito de asegurar las tierras que el Estado le ha asignado, Menéndez contrata a tres hombres dispuestos a aniquilar a cualquier población originaria que se les cruce en el camino hacia el Océano Atlántico. Este oscuro episodio, el genocidio de los indios selk’nam, permanece como un capítulo olvidado en la historia chilena.

Felipe Gálvez, cineasta, escritor y montajista chileno radicado en París, emprende un revisionismo histórico a través de su ópera prima, Los Colonos. Esta película no sólo arroja luz sobre un pasado ensombrecido, sino que también resuena con las tensiones contemporáneas en Chile. Gálvez confronta al público con los conflictos actuales del país a través de la cruda realidad de tiempos pasados.

La película relata cómo Menéndez, un hombre de gran poder interpretado magistralmente por Alfredo Castro, encarga a tres hombres abrir una ruta para sus ovejas a través de la Patagonia. Sin vacilar, estos colonos exterminan a los indígenas selk’nam, llevando a la extinción de esta población. Este acto sangriento, que tuvo lugar en el Chile del siglo XX, es un evento real que marcó la historia del país.

La realización de Los Colonos fue una empresa titánica que demandó más de una década de trabajo y la colaboración de productores de múltiples países. Rodada en los impresionantes y desolados parajes de Tierra del Fuego, el equipo enfrentó un clima voluble que cambia cada treinta minutos. Sin embargo, la dureza del proyecto no mermó la convicción de Gálvez de que estaban creando algo de importancia trascendental.

"Los colonos" muestra de la violencia sufrida por parte de los pueblos originarios de Chile

El film destapa una parte de la historia chilena que ha permanecido en la penumbra durante décadas. La matanza de indígenas y la posterior extinción de los selk’nam es un acontecimiento que ha emergido recientemente en la conciencia colectiva. El Senado chileno ha reconocido finalmente este genocidio contra las poblaciones indígenas, ilustrando la triste realidad de un capítulo sombrío en la historia del país.

A través de Los Colonos, Gálvez desafía a su audiencia a cuestionar cómo se forjan las identidades nacionales y cómo se repite el horror de la conquista en diferentes contextos históricos. La película ofrece una perspectiva única, mostrando a los chilenos como colonizadores en su propia tierra.

Al fusionar hechos reales con elementos de ficción, Gálvez crea un relato que, si bien basado en la historia, se adentra en terrenos de reflexión y reinterpretación. La película se nutre de novelas, leyendas y pinturas, y no se limita únicamente a los acontecimientos en cuestión. Los Colonos es una llamada a la consciencia sobre cómo la ficción y el cine pueden alterar y hasta reescribir la historia.

Felipe Gálvez no solo resucita un episodio olvidado de la historia chilena, sino que también ofrece al público una oportunidad para comprender y reflexionar sobre los oscuros capítulos de su pasado. Además, el hecho que la película es la representante de Chile para la consideración de los premios Oscar, se vislumbra una posibilidad de que esta obra contribuya a abrir un diálogo necesario sobre la historia silenciada del país.

Lo acontecido en "Los colonos" no es algo exclusivo de Chile, sino que existen historias similares en gran parte de América Latina y del resto del mundo

Infobae Cultura conversó con el director chileno Felipe Gálvez, quien está presentando por primera vez su película en la Argentina en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, donde participa en la Competencia Latinoamericana de Largometrajes.

—¿Cuándo surge el germen de esta historia?

—Encontré una noticia en un portal que hablaba sobre este genocidio del pueblo selk’nam, que es muy conocido. No es parte de nuestra historia oficial, no lo estudiábamos en el colegio. Me llamó la atención y empecé a investigarla. Chile no tiene una historia tan clara con respecto a cómo fue su proceso de colonización o de matanza de los indígenas. No tiene la “Campaña al Desierto argentina”. Hay mucha ambigüedad. Me gusta decir que la película está hecha a partir de una página borrada de la historia oficial. La investigación que realicé trata de eso, qué es lo que se borró, por qué, quién lo hizo, cuáles eran sus intenciones y quiénes se beneficiaron. Yo soy montajista, me gusta pensar que la película está hecha a partir de escenas borradas de otras películas, de descartes de otros westerns y fueron censuradas.

Yo soy cineasta, no soy historiador, no vengo de las ciencias sociales, entonces mi aproximación al tema es mediante el cine. Hay una capa de personajes que es real: José Menéndez y el Chancho Colorado existieron y hay otra capa que es pura ficción, que no está atada a la realidad. Lo que me parece interesante de eso es que hay personajes como MacLennan o el Chancho Colorado, que parecen personajes de una ficción, pero son reales, y el de Vicuña parece real y es de la ficción. Es curioso como estamos acostumbrados a ciertas imágenes más que a otras. El Chancho Colorado incluso tiene nombres de ríos y calles en Tierra del Fuego fue el capataz de José Menéndez y nos parece un personaje casi sacado de una historieta, y un personaje de un político o un cineasta que llega a Punta Arenas a hacer una negociación nos parece sumamente conocido, real y no lo es, simplemente está inspirado muchos personajes, pero no es un personaje real de la historia.

"Los colonos" es la primera película del realizador chileno Felipe Gálvez (EFE/Juan Herrero)

—¿Cómo pensás que será recibida en Chile?

—Todavía no se estrenó en Chile. Se mostró en el Festival de Valdivia, lamentablemente no pude presentarla allí. Se estrenará en 2024, pero creo que hasta ahora hubo muy buenas reacciones. Hay muchas ganas de ver la película, hay interés y ojalá ese interés se mantenga. Va a ser el final del recorrido, que ha sido largo. Estoy ansioso de que se vea en mi país. Pero también la quiero que sea en un momento que pueda tener impacto, para que la vea la mayor cantidad de gente posible.

—¿Qué te sucede con los personajes que son reacios a revisar la historia?

—Para mí, todo ese discurso fascista de no volver al pasado es lo que me motiva a hacer la película. En Chile estamos viviendo en el aniversario de los 50 años del golpe de Estado y todavía no está escrita la historia oficial sobre la dictadura. No hay un común acuerdo. El 40% de los chilenos defiende la figura de Pinochet. A mí me pareció interesante ir un momento más atrás. Si voy 120 años atrás y muestro esta historia desde el punto de vista de quien ejerce la violencia. Entiendo que va a haber gente en Chile y en Argentina que va a defender a José Menéndez. De hecho, trabajé mucho para que José Menéndez, su hija y su clase social estén bien representados.

Decidí hacer una película, no desde el punto de vista de las víctimas, sino del punto de vista de quien ejerce la violencia. Ese ejercicio de cambiar un poco el ángulo permite ver hasta dónde podés defender eso. Se generan conversaciones y seguramente va a ser muy cuestionada también. Si bien habla del pasado, hace mucho eco con cosas del presente. Siento que el final de la película es una escena que puede estar pasando en cualquier comisaría del mundo. Es de una violencia súper cotidiana, que puede estar pasando en cualquier lugar del mundo en este momento.

El elenco está compuesto por Mark Stanley, Camilo Arancibia, Benjamín Westfall, Alfredo Castro, Mishell Guaña y Agustín Rittano

—¿Qué pasa con esas comunidades en la actualidad chilena?

—En Argentina es un pueblo que existe y es reconocido. En Chile los selk’nam no eran reconocidos, se les había declarado extinto y hace un mes y medio el Estado chileno reconoció que hizo un genocidio al pueblo selk’nam y hace tres semanas reconoció que hay descendientes vivos de este pueblo y lo declaró un pueblo vivo. En los últimos diez años, su imagen se transformó en una especie de souvenir del país, es decir, cuando vas al aeropuerto en Chile podés ver su imagen en cojines, imanes, hasta en chocolate. Es muy raro como un pueblo pasa a ser un souvenir, una imagen de merchandising de un país, sin primero hacer la crítica o escribir la historia sobre qué pasó con ese pueblo. Hacer este western Patagónico es también dejar en evidencia que ese género cinematográfico era de propaganda, de entretenimiento y de uso político, que permitía que los países americanos se vieran como civilizados, que promovieran a un héroe masculino, un cowboy que mataba indígenas y todos fuimos un poco formados con esas imágenes.

—¿Cómo fue tomar este género y reconvertirlo para contar otro tipo de historias?

—La intención fue reconstruirlo. Los colonos se mete dentro del género, ocupar todas las herramientas del mismo: su música, su paisaje para deconstruirlo y cambiar la lógica de la historia que cuenta. Mostrar lo épico, lo propagandístico, el desarrollo, la grandilocuencia, la búsqueda por la entretención, la música, jugar con toda esa artificialidad. Lo que traté de hacer en Los colonos es que estén esas escenas, que no están en otras películas, mostrando toda esa violencia y centrarnos en los momentos de las matanzas, del racismo, de las violaciones y de quienes están detrás de estos personajes, quiénes son las personas que están detrás de estos vaqueros supuestos héroes. Estamos acostumbrados a esperar un héroe y en Los colonos no hay. Es una película que carece de heroísmo.

—¿Cómo fue la filmación en Tierra del Fuego?

—Hay que pensar que es una ópera prima de un montajista. Lo primero que hice fue un guión muy ambicioso que generó muchas dudas, acerca de si se podía o no, ya que era una película muy costosa que se filmaba Tierra del Fuego, en el fin del mundo, con caballos, etc. Cuando la empecé a escribir fui un poco naíf, con mucha libertad, escribía todo lo que me imaginaba y la verdad no tenía tanta conciencia en donde me estaba metiendo, y de la dimensión que iba a tomar la película. Después lo entendí, obviamente. Costó mucho poder financiarla, pero también fue bueno el proceso de espera, porque creo que si yo la hubiera filmado rápido, si la hubiese filmado durante los primeros tres años, no hubiera sido lo que es.

La película fue encontrando muchas más capas y fueron apareciendo muchas ideas en ese proceso. Filmar en Tierra del Fuego fue muy difícil, además nunca había estado en un set. La única vez que había estado fue haciendo mis cortometrajes que habían sido filmaciones de un solo día. Fue una experiencia radical de alguna manera llegar a este rodaje en una isla con 100 personas, enfrentarme al clima. Fue una aventura también hacer la película y siento que había un gran compromiso de todo el equipo porque había un entendimiento de que era una historia importante y linda de contar.

* Los colonos se presenta en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata el sábado 4 a las 13:30 y a las 22:30 horas en el Paseo Aldrey (Sala Aldrey 5) y el domingo 5 a las 22:50 horas en el Paseo Aldrey (Sala Aldrey 2). La película tendrá su estreno en cines a principios de 2024 y estará disponible en streaming más adelante en MUBI.

[Fotos: Gentileza prensa MUBI]