Dos adaptaciones literarias sorprenden en el Festival de Cine de Mar del Plata

“Elena sabe” de Anahí Berneri y “El viento que arrasa” de Paula Hernández, traducen con solvencia y precisión el sentido de las elogiadas novelas escritas por Claudia Piñeiro y Selva Almada

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Elena busca al responsable de la repentina muerte de su hija Rita. (Netflix)

Sin lugar a dudas, la Argentina está llena de directoras talentosas que demuestran con cada película o cortometraje su capacidad de contar una historia, tanto sea ficción como documental, ganando pantallas y reconocimientos. Si bien la paridad tan anhelada está lejos de alcanzarse, eso no significa que ellas no sigan luchando por tener las mismas oportunidades que sus colegas varones.

Durante las primeras proyecciones de la 38° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se pudieron ver en salas llenas, dos claros ejemplos: tienen, además, la particularidad de que son adaptaciones de dos reconocidas novelas de autoras argentinas. El primer caso es el de Elena sabe, de Anahí Berneri, que se basa en la obra homónima de Claudia Piñeiro.

Elena, una mujer que padece un párkinson terminal, se embarca en la búsqueda del responsable de la repentina muerte de su hija Rita. Ante la falta de respuestas, asume el rol de investigadora. Para obtener ayuda de una antigua amiga de Rita, Elena emprende una investigación en solitario donde se enfrenta a dolorosos recuerdos que la conectan con la madre que solía ser. Su determinación por descubrir la verdad se convierte en una carrera contra el tiempo, ya que la enfermedad avanza implacablemente.

"Elena sabe" se estrenará en salas antes de llegar a Netflix
"Elena sabe" se estrenará en salas antes de llegar a Netflix

El relato explora la complicada relación entre una madre enferma y su única hija, quien ya no puede soportarla. La película se adentra en temas tabú, como el vínculo filial, la maternidad no deseada, la violencia de género y la falta de autonomía de muchas mujeres en la toma de decisiones sobre sus vidas y cuerpos. La trama aborda estos temas de manera provocadora y reflexiva. Está protagonizada por Mercedes Morán, Érica Rivas y sus respectivas hijas: Mey Scápola y Miranda de la Serna

Con guión de Anahí Berneri y de Gabriela Larralde, la filmación se llevó a cabo en Buenos Aires y en diversas locaciones de Mar Del Plata, Hurlingham y Lanús, entre otras localidades, ya que la directora quería lograr un espacio que tuviera características muy típicas del conurbano bonaerense, pero que no se pudiera identificar con un lugar específico.

Mercedes Morán y la directora Anahí Berneri durante la presentación de "Elena sabe" en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
Mercedes Morán y la directora Anahí Berneri durante la presentación de "Elena sabe" en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

“Me convocó Vanesa Ragone y enseguida lo primero que me sucedió es que lloré leyendo la novela. Me conmovió mucho. Fue un gran desafío realmente adaptar esta novela porque está estructurada como un viaje donde una madre repasa su vida como madre junto a su hija y cuenta de sus sospechas. Entonces, había que cambiar el tiempo del relato. No podía suceder todo en un viaje. Así que decidimos cambiar ese tiempo y el viaje se transformó en algo circular, un viaje muy al interior”, relató su directora sobre los primeros pasos de esta adaptación.

“Se trata de un personaje de una gran vulnerabilidad por su estado físico y al mismo tiempo de una entereza y una tosudez para seguir viviendo a pesar de todo. Fue difícil construirlo, pero fue una película donde se trabajó de una manera muy horizontal, donde todos los del equipo pudimos aportarle nuestra mirada a Anahí”, remarcó Mercedes Morán sobre su personaje que muestra a una mujer muy enferma con dificultad para moverse.

Trailer de "El viento que arrasa", de Paula Hernández

El viento que arrasa adapta la primera novela de Selva Almada según la mirada de Paula Hernández, directora de Los sonámbulos. Se centra en un pastor religioso y su hija enfrentados a una situación inesperada. Protagonizan Alfredo Castro, Sergi López, Almudena González y Joaquín Acebo.

Es una road movie en la que un padre pastor y su hija viajan para predicar la palabra de Dios. Pero un problema con su auto los llevará a conocer a un mecánico y a su hijo, quienes despertarán algunas inquietudes en todos los protagonistas. La película está centrada en la mirada de Leni, una adolescente que se está convirtiendo en muje, para quien este viaje será transformador. Aunque la película está rodada íntegramente en Uruguay, conserva los paisajes de litoral y ese calor agobiante que desprende la novela. Para la realizadora, las locaciones no son un mero paisaje, sino que se transforman en un personaje más que puede sentirse, palparse, hasta olerse. Como sucede en Elena sabe, las tormentas también tomarán protagonismo y cambiarán el rumbo de los personajes. Otra semejanza es la relación que tienen con el pasado: es algo que los atormenta, del que poco se habla y que cuando entra en alguna conversación, incomoda a los participantes.

La directora Paula Hernández junta a la protagonista de "El viento que arrasa" Almudena González, el actor Luis Ziembrowski, pareja de la directora y Clara, la hija de ambos que actuó en la película
La directora Paula Hernández junta a la protagonista de "El viento que arrasa" Almudena González, el actor Luis Ziembrowski, pareja de la directora y Clara, la hija de ambos que actuó en la película

Además de la relación padre-hija, El viento que arrasa narra el encuentro con dos personajes, el Gringo Brauer y al joven “Chango” Tapioca, quienes les ofrecen ayuda. A lo largo del día, Pearson intenta acercarse a Tapioca desde su perspectiva pastoral, a pesar de la resistencia del Gringo, quien no tiene creencias religiosas. Con el paso del tiempo, las relaciones entre los personajes se vuelven más tensas y peligrosas. Será una pelea constante entre dos visiones del mundo.

“El productor de la película fue quien me ofreció hacer el proyecto, ya que tenía los derechos del libro de Selva Almada y pensó que a mí me iba a interesar. Tuve mucha libertad, creo que en la película está la novela, pero también hay otras cosas que corresponden más a mi universo que al que planteó Selva. El material era hermoso, había cuatro personajes increíbles. Estaba contada en varios tiempos y decidí contarla desde el punto de vista de la hija y en solamente una línea temporal. Contar en ese viaje de crecimiento de ese personaje”, detalló Hernández.

“De una pensamos en Alfredo y en Sergi para los personajes de El Gringo y el pastor. Hubo muchos meses de entrenamiento con cada uno para trabajar cuestiones que tenían que ver con la sonoridad, cómo iban a hablar estos personajes y como todos venían de lugares diferentes, decidimos anclarlos en algún lugar sin definirlo ni precisarlo. La película está contada con esa ambigüedad temporal, de países y de idiomas”, contó la directora.

[Fotos: Crédito Prensa Festival de Cine de Mar del Plata]

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