Reflexiones sobre una cuestión central para el financiamiento de la cultura

El libro “Mecenazgo. Hacia una ley nacional” ofrece un memoria de la gestión en el área de la Ciudad de Buenos Aires y también, detalla antecedentes y jurisprudencia para una norma necesaria

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Juan Manuel Beati, autor del
Juan Manuel Beati, autor del libro "Mecenazgo. Hacia una ley nacional" (EUDEBA)

Como la de muchos jóvenes, mi vocación inicial fue la de mejorar las condiciones de vida de las personas, especialmente de las más postergadas en el acceso a los bienes. Me impulsaba un poco la inconsciencia de las propias limitaciones y otro poco, el estar conmovido por el sufrimiento de los demás.

La perspectiva de un joven de clase media que tiene resueltos la mayoría de sus aspectos afectivos, lo lleva a pensar que las cuestiones más objetivas, las relativas al goce de las garantías constitucionales, son las únicas claves de la felicidad humana, por lo que la política y el derecho terminaron siendo las vías más directas hacia los ideales que me movilizaban y aún me motivan.

Así fue como terminé trabajando en el sector público, azarosamente en el área de cultura. Mi formación técnico-jurídica que, al cabo de unos años, se encontraba más pulida; hizo que se me encargara la redacción del decreto que vendría a reglamentar una nueva ley, una de la que había escuchado hablar y que recientemente se había sancionado en la legislatura porteña: la Ley de Mecenazgo.

Posteriormente, al llegar Hernán Lombardi al Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, me encomendó la formulación de los circuitos administrativos que, además de permitir el desarrollo del programa, sirvieron como base para el diseño de los sistemas informáticos que registran los proyectos culturales presentados, posibilitan el aporte de los contribuyentes a los proyectos aprobados y enlaza con las respectivas cuentas bancarias en las que se depositan los fondos.

Una conversación en la que el ministro Lombardi me manifestó su conformidad por la tarea realizada me puso al frente de área administrativa del programa, por lo que la lectura y conversación con el Consejo de Promoción Cultural, órgano encargado de la selección de proyectos, al cabo de unos años me generó un gran entrenamiento en la tarea de evaluar.

Hernán Lombardi apreció ese crecimiento y me sumó la tarea de formar parte del Consejo de Promoción Cultural, al cual llegué a presidir al cabo de unos años.

Y este es el comienzo del camino que desemboca en el libro Mecenazgo. Hacia una ley Nacional. Un capítulo fundamental de ese camino fue un trabajo que comenzó en el año 2016, cuando asumí la Dirección Nacional de Mecenazgo. En aquella oportunidad, el entonces Secretario de Cultura y Creatividad, Enrique Avogadro, quiso establecer una ley para todo el país. Conociendo nuestro trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, me encomendó el diseño de una ley y la colaboración con las provincias argentinas que se encontraran interesadas en sancionar sus propias leyes locales.

El libro es entonces una obra de memoria política de gestión al frente de la mencionada Dirección Nacional, en el que se describen los puntos más controversiales que se trataron y se tratan en el Congreso de la Nación respecto de esta temática.

También es un libro de derecho, en el que se analizan las distintas formas de mecenazgo que los variados modelos que esta práctica de financiamiento puede adoptar, tanto en sus aspectos relativos a la desgravación impositiva como en cuestiones de selección de proyectos culturales, incompatibilidades, tipos de aportantes y tipos de beneficiarios, entre otras características.

La obra cuenta con un análisis pormenorizado de las leyes de mecenazgo sancionadas en doce de las veinticuatro jurisdicciones locales argentinas y explica en cada uno de los casos las razones por las que han resultado impracticables en ocho de esas doce. También estudia las normas de las cuatro jurisdicciones en las que el mecenazgo se aplica. Para apoyar este estudio, el libro cuenta con un anexo normativo en el que se encuentran todas las leyes provinciales.

Siendo el mecenazgo de un método de financiamiento de la cultura que ha ido evolucionando a través de los siglos con los cambios en la economía de la cultura y la aparición de las industrias y el mercado cultural, aborda aspectos históricos y económicos referidos al impacto que el mecenazgo puede generar en el Producto Interno Bruto y en la generación de empleo cultural.

Se trata de un manual a partir del cual es posible comprender perfectamente y desde distintas perspectivas el concepto de mecenazgo, lo cual es de suma utilidad para cualquier gestor cultural, como así también para cualquier legislador que desee proponer una nueva norma o promover las modificaciones necesarias para poder aplicar efectivamente alguna norma sancionada que se encuentre en desuso por sus defectos de redacción.

La Dirección Nacional de Mecenazgo funcionó durante dos años en los cuales, con mi equipo de trabajo, le agregamos a la experiencia de la Ciudad de Buenos Aires mucha investigación de legislación comparada a nivel internacional a través de entrevistas con funcionarios de distintos países por medios electrónicos o en las respectivas embajadas y una visión federal y distributiva del financiamiento. Todo este conocimiento generado en este período podía quedar encapsulado en el disco rígido de alguna computadora, con serio riesgo de perderse total o parcialmente por no encontrarse sistematizado en una única exposición, lo cual hubiera sido un perjuicio para todos los interesados en el tema, o bien podía ser revisado, seleccionado, corregido y organizado para ser redactado en un libro al que cualquiera pueda tener acceso.

En lo personal, y dado el tiempo que demanda la mencionada tarea, a pesar de la pena que me inspiraba el hecho de no poder compartir dichos conocimientos, me era imposible abocarme a realizar este acopio de experiencias, datos, pensamientos, proyecciones y análisis, por lo que en el contexto de lo trágico que resultó la pandemia de Covid para la humanidad, pude rescatar algunas horas que dedicaba a movilizarme para concurrir al trabajo, gracias a la práctica del home office, para concretar este proyecto. La idea me rondaba por la mente desde que renuncié a la Dirección Nacional de Mecenazgo al observar que se dificultaban las posibilidades de concretar la sanción de la ley.

Así fue como una vez terminada la obra, se la presenté a EUDEBA para su evaluación. Afortunadamente al Gerente de la editorial, Luis Quevedo, le pareció un tema interesante y lo puso a consideración del comité de selección, cuyos integrantes decidieron que el libro merecía ser examinado por un profesional del derecho en el marco de un referato. Nunca podré saber quién fue el colega que juzgó mi libro porque el sistema de “doble ciego” que aplica EUDEBA a este tipo de evaluación consiste en la imposibilidad de que el examinado conozca a su juez, así como que el evaluador sepa quién es el autor de la obra.

Luego de un proceso de poco más de tres años y medio, entre escritura, evaluación, edición e impresión, el libro fue presentado con excelente repercusión en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura, junto al actual Ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro; la Directora General del Complejo Teatral de Buenos Aires, Gabriela Ricardes, y el Gerente de EUDEBA, Luis Quevedo. Se leyó una afectuosa nota de Hernán Lombardi, quien fuera el Ministro de Cultura de la Ciudad cuando se implementó por primera vez el mecenazgo en esta ciudad.

Juan Manuel Beati en la
Juan Manuel Beati en la presentación de su libro, en la Legislatura de Buenos Aires

Concurrieron más de doscientos artistas y gestores culturales como Teresa de Anchorena, Luis Ovsejevich, Felicitas Luna, Antonio Rodríguez Villar, Francisco Lanusse Güemes, Bárbara Russi, Gustavo Mozzi, Ana Ruvira, Jorge Martorell, Cristina Mucci, Oscar Barney Finn, Irma Costanzo, Martín Boschet, Amelia Silveyra Reyes, Gustavo Fontana, Ana Faingerch, Jorge Jara (por la Banda Sinfónica de la Ciudad), María Pimentel, Damián Abregú, Monina Bonelli, Claudio Catera, Natalia Orlowsky, Jorge Cometti, Silvia Copello, Liliana Weimer, padre Eduardo Pérez, Juan Namuncurá, Nani Arias, Diego Boris, Buco Cantlon, Luna Nieto, Alberto Cattan, Mónica Lacoste, Jorge Sábato, Nicolás Daniluk, Daniel Varacalli, Patricia Casañas, Marcelo Rodríguez (OMCA), Eva Szavo, Aldy Balestra, Lina Cardoso, Martín Scotto, Eliana Cejas, Esteban de Gregorio, Romina Cides, Tito Garabal, Gonzalo Guevara, Daniel Randazzo, Augusto Castro, Carlos Irigoyen, Claudio González y su grupo Lancuyen, Sergio Mosquera (Los Laureles), José Pellico (El Galeón), Juanchi Ozuna, entre muchos otros. También del mundo de la empresa se hicieron presentes Juan Pablo Simón Padrós y Sara Shaw.

El libro promete echar luz sobre este gran tema que atañe a la cultura desde siempre, dado que tal como figura en su contratapa parafraseando a Woody Allen, podría haberse denominado “Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el mecenazgo pero no se atrevió a preguntar…”

En definitiva Mecenazgo. Hacia una ley nacional es la concreción de parte de esas vocaciones iniciales de la juventud, en la que se refleja la síntesis de ideales, conocimientos jurídicos y trabajo comprometido por la expansión de posibilidades de expresarse libremente a través de la cultura.

* Abogado UBA. Fue Director Nacional de Mecenazgo. En el Ministerio de Cultura del GCBA, se desempeñó como Director General de Música, Presidente del Consejo de Promoción Cultural y Director Administrativo de PROTEATRO, BAMUSICA y el régimen de reconocimiento a la actividad literaria.

[Fotos: gentileza prensa EUDEBA; Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires]

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