En los últimos años, con el avance de la marea feminista, las mujeres han tomado protagonismo en muchos espacios que antes eran reservados para los hombres. Un claro ejemplo son los movimientos estudiantiles, que si bien siempre tuvieron presencia femenina, ahora, además, buscan que se incluyan temáticas que afectan a este colectivo, como la violencia de género.
En ese universo se sumerge Pibas Superpoderosas, un documental dirigido por Leonora Kievsky. Esta película ofrece un vistazo íntimo al vibrante mundo estudiantil de tres jóvenes que enfrentan el tránsito a la adultez en el icónico Colegio Carlos Pellegrini de la ciudad de Buenos Aires.
Las protagonistas, Milena, Ana y Lorena, desempeñan roles destacados en la vida estudiantil del colegio: desde ser consejera hasta presidir el Centro de Estudiantes, pasando por una joven artista performática. A través de sus ojos, el espectador es testigo de debates, asambleas, marchas y recitales que marcan su último año de secundaria.
Estas jóvenes pertenecen a una generación que lideró la ola del feminismo, reexaminando de manera profunda las relaciones de género, el poder y sus propias identidades. La película toma su nombre del espacio Pibas Superpoderosas que crearon en la escuela, un refugio donde se apoyan y visibilizan situaciones de abuso y machismo.
Leonora Kievsky, directora del documental, comparte su motivación para contar esta historia única. Viviendo la transición de la dictadura a la democracia durante su paso por la secundaria, Kievsky experimentó un cambio radical en la libertad de expresión. Esta experiencia marcó su perspectiva y la llevó a preguntarse cómo se pueden conectar estas vivencias con las de las nuevas generaciones.
Al conocer a Milena, Ana y Lorena, Kievsky vio una oportunidad de explorar el impacto del feminismo en la vida de los adolescentes argentinos. Decidió centrarse en sus vivencias, capturando el vértigo de la juventud, la confrontación con la realidad y la búsqueda de identidad en medio de un contexto de movilización social.
Leonora Kievsky, egresada de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, ha dedicado más de 15 años al desarrollo de contenidos transmedia y proyectos cinematográficos. Su camino incluye premiados cortometrajes como Lejanía, exhibido en la Berlinale. Pibas Superpoderosas marca su debut en el largometraje y ya ha sido reconocido en festivales internacionales. La película ha cosechado elogios en diversos festivales, incluyendo el Festival Internacional de Mujeres de Seúl y el Festival Internacional de Cine Latino de Biarritz y en el último Festival Internacional de Documentales de Buenos Aires (FIDBA).
Pibas Superpoderosas no solo documenta la vida de tres jóvenes en el umbral de la adultez, sino que también refleja una transformación social más amplia. A través de sus testimonios, la película nos invita a reflexionar sobre la fuerza y la determinación de una generación que desafía las normas establecidas. Este documental es un llamado a la reflexión sobre el papel de la juventud en la construcción de un futuro más igualitario y empoderado. No solo es una mirada al pasado, sino un espejo de la lucha y la resiliencia que aún perduran en la sociedad actual. Además, es una manera de reflexionar acerca de la actualidad del movimiento feminista en una época donde avanzan las ideas de extrema derecha, de recordar que todas esas luchas siguen vigentes y que con unidad será más difícil que alguien ponga en duda todos los derechos adquiridos.
Infobae Cultura dialogó con la directora sobre este proyecto que logró retratar en tres personajes a una generación que traía muchos cambios estructurales.
—¿Cómo nace la idea de este proyecto?
—Tenía curiosidad por meterme en el universo de los jóvenes. Yo viví en la secundaria el paso de la dictadura a la democracia. Ese cambio fue rotundo y marcó muy fuerte ese pasaje. Había algo de terror y miedo en el modo en que se llevaba adelante la disciplina en la escuela. Pasamos de usar uniformes y una normativa muy rígida, a la libertad de poder expresarnos. Con la democracia empezamos a participar en el Centro de Estudiantes, a salir a las calles, ir recitales, marchas. Se vivía una gran esperanza en esa democracia recuperada. Después de muchos años, ya con mis hijos adolescentes, empecé a preguntarme qué movilizaba a los estudiantes en el presente y qué puentes se podían construir entre las experiencias de distintas generaciones. Y ese fue el punto de partida para el documental.
—¿Qué relación tenías con el Pellegrini y el mundo de los estudiantes secundarios?
—El Pellegrini fue de entrada una escuela que pensé para este proyecto, por su historia y también porque cuando empecé con la idea del documental su Centro de estudiantes tenía un rol muy activo en el movimiento estudiantil y empecé a conversar con quiénes en ese momento llevaban la conducción del centro de estudiantes y con amigos míos que eran exalumnos. El Carlos Pellegrini me pareció desde el inicio un espacio privilegiado para la búsqueda de este documental. Es una escuela atravesada por la historia del país. Ahí se formaron referentes culturales y políticos y su comunidad estuvo siempre interpelada por la escena pública. Además, cuando empezó a tomar forma el proyecto del documental y ganamos un premio de Incubadora de Documentales del INCAA y mi hija era alumna y eso facilitó el vínculo con la comunidad de la escuela.
—¿Cómo elegiste a estas protagonistas?
—Me interesó hacer una película de pasaje en ese contexto de alta participación estudiantil atravesado por el feminismo, que fue un momento muy movilizante para las y los jóvenes, que contara las historias de ellas de un modo cercano. En una primera etapa realizamos un teaser y esas jornadas de rodaje me permitieron una inmersión en ese mundo. Con esa experiencia decidí enfocar el documental en el último año de la secundaria de tres alumnas que participaran de la vida estudiantil de diferentes maneras. Así fue que les propuse a ellas participar en la película. Las protagonistas son Lore, una artista performática que participa en la radio de la escuela, un espacio totalmente gestionado por ellos, y que también junto a sus amigas de la división formó un grupo de performers que hacen intervenciones en la escuela. Mile, que es consejera estudiantil, y que impulsa, junto a otros alumnos, proyectos para transformar la escuela.
El Pellegrini tiene un Consejo resolutivo escolar integrado por autoridades, docentes, egresados y alumnos donde los estudiantes pueden presentar propuestas para introducir cambios en la escuela. Y Ana, que es la presidenta del Centro de estudiantes, como parte de una agrupación propia del Pelle, y está haciéndose preguntas en torno a su propia identidad de género. La película trata del último año de la secundaria de las tres protagonistas y sus ganas de cambiar las cosas al mismo tiempo que están creciendo y pasando ser mujeres adultas. Hay algo vinculado a la transformación de la escuela, de la realidad, que atraviesa el documental, con el arte, con la política, con los medio alternativos de comunicación, como herramientas de transformación colectiva.
—¿Hubo cambios entre el primer guión y lo que terminó siendo el documental?
—El proyecto tuvo varias etapas y reformulaciones, también por la pandemia. En un inicio la idea era contarlo más desde un cruce entre generaciones y luego decidí enfocarme en el presente con la irrupción del feminismo, que atravesó al movimiento estudiantil, con una fuerte reflexión sobre los vínculos, las relaciones de poder y sus propias identidades. Es así que el nombre del documental está tomado de una agrupación que formaron las alumnas en esos años para acompañarse y visibilizar situaciones de abuso y machismo y que le pusieron de nombre Pibas Superpoderosas.
—¿Qué debates se abrieron durante las presentaciones de la película?
La película se estrenó en el Festival Internacional de Mujeres de Seúl a fines de agosto y en septiembre en el Festival de Cine Latino de Biarritz, donde pudimos acompañar y hubo un interesante diálogo con el público, sobre todo interés en conocer la realidad de nuestro país en torno a la participación estudiantil en secundarios y el movimiento feminista en el cual las jóvenes tuvieron un rol protagónico. En relación con los debates que se pueden abrir aquí, estamos expectantes, próximos a estrenar. Hasta ahora en Argentina tuvimos solo una presentación en el FIDBA, fue una proyección muy movilizante para las participantes del documental, en la cual expresaron que valoraban que la película cuente – y haya registrado— lo que significó ese momento para su generación y para ellas. También se abrió una reflexión a partir de una comparación entre el momento que aborda la película y la actualidad con respecto al movimiento feminista y estudiantil, a la democracia y los discursos que circulan en torno a estos temas.
—Esta historia se filmó a finales de 2019, ¿creés que hubo cambios en la actualidad respecto del feminismo con el avance de la derecha que puede verse en muchos sectores?
—Me parece que la pandemia marcó un antes y un después, y que estamos frente a un nuevo escenario, impensado en el momento que grabamos el documental, que expresa también una reacción al movimiento feminista, que nos interpela a escuchar, reflexionar y seguir tejiendo redes. Y, por ahí, la película resulta un disparador para reflexionar junto al público, colectivamente en torno al escenario actual y los desafíos que nos plantea a todos.
*“Pibas Superpoderosas” se estrena el jueves 26 de octubre en el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, CABA).
[Fotos: Gentileza Julieta Bilik Prensa]