Una gigantesca obra de arte oculta en el Ecoparque

La artista Denise Groesman estuvo al frente de “Senderus Memorius”, un túnel de 80 metros realizado a partir de materiales reciclados, desde donde se puede observar a las jirafas

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Una gigantesca obra de arte oculta sorprende en el Ecoparque
Una gigantesca obra de arte oculta sorprende en el Ecoparque

Las maras caminan en grupos o solas. Algunas reposan al sol, otras se cruzan en los senderos anaranjados como dueñas de todo el Ecoparque, el proyecto que hoy todavía se encuentra en desarrollo en lo que fuera el zoológico en el barrio porteño de Palermo, y que sumó un recorrido especial -que abrirá al público a mediados de noviembre- liderado por Denise Groesman, artista y maestra mayor de obras.

Senderus Memorius es un proyecto de sitio específico que se encuentra paralelo al espacio donde aún viven las jirafas Ciro y Buddy, padre e hijo, al principio del recorrido si se ingresa por Av. Libertador. A diferencia de otras especias que fueron trasladadas a reservas en distintas partes del globo, las jirafas no pudieron ser trasladadas debido a que la altura de la caja no podría atravesar los puentes y tendidos de la Ciudad de Buenos Aires.

El site specific, explica Groesman (Buenos Aires, 1989), surgió a partir de una muestra que realizó en Móvil Arte Contemporáneo, espacio expositivo de Parque Patricios, donde luego de la pandemia presentó Dendrita, una obra de grandes dimensiones en la que se ingresaba como en una senda espiralada que llevaba al centro de la sala en un recorrido realizado a partir de tejidos de junco y látex, que conformaba “un enraizamiento en esa especie de transformación de un nuevo momento de la vida, de conciencia sobre todas las inconciencias que siguen atentando contra nuestra humanidad hoy en día”.

"Senderus Memorius" es un proyecto de sitio específico que se encuentra paralelo al espacio donde aún viven las jirafas
"Senderus Memorius" es un proyecto de sitio específico que se encuentra paralelo al espacio donde aún viven las jirafas

En ese sentido, la artista sostiene que en su trabajo siempre está “un poco pensando en los espacios, el adentro y el afuera, el que espía la intimidad y el que es visto”. “La Dendrita era también algo de las comunidades, las colonias, la simbiosis, los encuentros de cooperación, que después también fue algo que se trasladó también al sistema de trabajo”, ya que para la realización de Senderus Memorius, Groesman contó con la colaboración de artistas como, entre otros, Felipe Álvarez Parisi, Kami Koni, Jair Jesús Toledo, Céfir Correa, Tekiana y Gal Köppel Vukusich.

“Fue un trabajo de jornadas abiertas, colectivo y rudimentario; desde que empezamos vino gente a participar, amigos, personas que me escribieron por Instagram, otras interesadas en la bioconstrucción. Una vez por semana, recibimos mínimo diez personas ajenas al equipo de trabajo que ayudaron con sus manos”, dijo en un recorrido con Infobae Cultura.

Así, el proyecto se convirtió en una gran artesanía, a partir de diferentes tramos en los que se recurrió a materiales ya preexistentes, con una conciencia de época centrada en el holoceno, la necesidad del reciclaje y la permacultura, “toda una filosofía para pensar el cultivo, la vida, con un uso muy consciente de los recursos y del hacer con lo que tenés en tu entorno”.

Las inmediaciones del sector de las jirafas permanecieron cerradas desde el 2018, y ahora reabierta, el túnel protege a los animales de la presencia humana, que en el recorrido pueden observarlas por diferentes espacios abiertos, pero sin invadirlas ni generando un estímulo visual constante.

“El proyecto de Denise trabaja sobre este punto de inflexión: entre un pasado de racionalismo, exhibición, explotación y dominación del humano por sobre el animal, y un futuro de protección, cooperación, asistencia y cohabitación, ideas promovidas por el proyecto del Ecoparque”, explicó Lucia Evangelista, directora de Moria Galería, que representa a la artista.

Inaugurado en 1888, el ex Jardín Zoológico fue declarado Monumento Histórico por la riqueza arquitectónica de los edificios de los animales, construidos siguiendo los lineamientos estéticos del país de origen de los mismos.

En ese sentido, en sus 80 metros Senderus Memorius busca dialogar con estas arquitecturas patrimoniales de principios de siglo, donde las cúpulas cobraban importancia, pero sobre todo centrándose en el estilo grutesco o de rocallas, que estuvo en boga en aquellos años en la ornamentación de parques, jardines y fachadas de edificios, pero que no pasó los cánones de la arquitectura de la Ciudad y fueron desapareciendo casi sin dejar rastro.

Este estilo se caracteriza por una fuerte ornamentación que tiende a imitar formas de la naturaleza y recrear paisajes imaginarios, grutas o grupos de rocas, acordes al romanticismo. De hecho, el parque es uno de los pocos espacios donde este tipo de construcciones sobreviven.

El espacio busca dialogar con la arquitectura patrimonial del Ecoparque
El espacio busca dialogar con la arquitectura patrimonial del Ecoparque

El túnel tiene una estructura de tipo espejada, donde el centro es una jaula y hacia los costados una “ruina de ladrillos” precede a las “naves de barro” y un tejido que “sería como las dos bocas succionadoras” en un circuito con doble circulación, dice Groesman.

Así, el túnel fue erigido, en una parte, como el tejido y nido con barro de las fosas que alguna vez habitaron los carpinchos, con el “método constructivo de los insectos y las aves, como también de mamíferos”, luego se ingresa a la zona de ladrillos, “como si fuera la urbanización” para llegar a la jaula, a partir de la ex osera, en una “especie de zona de tránsito de un espacio que fue un zoológico, de explotación, de exhibición, de racionalismo, del eurocentrismo” y esta “idea de ecoparque, de protección de las especies, de repoblación, de valoración, de respeto”.

“A mí siempre me interesó trabajar con materiales que tienen como historia, como que hay algo ahí también en las materialidades que no son materia prima de fábrica, como segundas vidas. Mi idea no era trabajar con el ecoparque, sino con esa transición del espacio. Por eso traer también la ruina, en el ladrillo y la jaula, son todos materiales reciclados del mismo del zoológico”, explica la artista.

Si bien el cuerpo de la obra finalizó, aún quedan detalles que irán brotando en el tiempo, como el crecimiento de la planta trepadora Cortina del cielo, en una parte del techo, y otras con lantana (bandera española), enredaderas nativas, enredaderas nativas, jazmines y Santa Rita, que atraerán mariposas, “un poco para que el sendero funcione para generar un aumento de la biodiversidad” y también “para que les guste a las jirafas”.

*Ecoparque de la ciudad de Buenos Aires, Av. Sarmiento 2601. Martes a domingo, y feriados de 11 a 18 hs. Entrada gratuita

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