Dieciséis destacados artistas contemporáneos han unido sus talentos para rendir homenaje al célebre escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900) en el emblemático hotel parisino donde exhaló su último suspiro. La exhibición titulada “De Profundis” es una iniciativa del reconocido experto en arte contemporáneo estadounidense, Daniel Malarkey, quien busca honrar al autor de El Retrato de Dorian Gray, conocido por sus agudos aforismos y obras teatrales.
El trágico desenlace de Wilde tuvo lugar en L’Hôtel, un modesto establecimiento a escasa distancia del Sena, que hoy en día se erige como un hotel de cinco estrellas, frecuentado por celebridades. Este mismo lugar albergó en temporadas al afamado escritor argentino Jorge Luis Borges durante las décadas de los 70 y 80.
“De Profundis” constituyó la última obra en prosa de Wilde, un extenso ensayo donde evoca su amor por el joven lord Alfred Douglas, relación que lo condujo a la desgracia a finales del siglo XIX. Fue sometido a un juicio por “sodomía” y sentenciado a dos años de prisión.
Sin embargo, “De Profundis” también es un ensayo sobre el arte, la vida y la literatura, lo cual motivó a los artistas a participar de inmediato en esta exposición, que solo estará abierta hasta el día 22, según explicó Malarkey en una entrevista.
La habitación número 16, donde Oscar Wilde exhaló su último aliento, ahora alberga un retrato del autor, pintado por la reconocida artista británica Maggi Hambling, titulado “Wilde y el Papel Pintado”. Se dice que Wilde pronunció en sus últimos momentos: “este papel pintado y yo estamos librando un duelo a muerte. Uno de los dos tendrá que irse”.
En la pared opuesta, se aprecian dos pinturas de pequeño formato realizadas por la artista nacida en Malta, Anna Calleja. Destaca también un retrato de la aclamada actriz Tilda Swinton, obra de Katerina Jebb, que fue creado en este mismo hotel. Además, dos esculturas de madera de castaño, talladas por Eleanor Lakelin a partir de un árbol que cayó frente a la cárcel donde Wilde estuvo recluido entre 1895 y 1897, también forman parte de la muestra.
El renombrado cineasta británico Derek Jarman, conocido por su activismo en la causa homosexual, realizó una obra mixta que incluye pintura y un crucifijo en 1988, “sabiendo que su final estaba cerca”, agrega Malarkey.
Casi la totalidad de las obras ya han encontrado comprador entre coleccionistas, aseguró el comisario de la exposición. Este evento no solo rinde tributo a la inmortal figura de Oscar Wilde, sino que también se erige como una oportunidad para que los espectadores se sumerjan en su legado y reflexionen sobre su propia existencia a través de su obra maestra “De Profundis”.
Oscar Wilde murió el 30 de noviembre de 1900. Estaba solo, casi abandonado. Tenía 46 años pero parecía de muchos más. Estaba estragado por el dolor y por su pasado glorioso. Ese recuerdo, de lo que había sido, de lo que había ostentado, era el que hacía que cada día tuviera presente lo que había perdido.
El escritor falleció a causa de una meningitis en el modesto L’Hôtel, un establecimiento cercano al Sena, que actualmente ha sido transformado en un lujoso hotel de cinco estrellas, frecuentado por celebridades. Este mismo lugar fue testigo de las estancias del renombrado escritor argentino Jorge Luis Borges entre los años 70 y 80.
Fuente: AFP