En una subasta reciente en la emblemática sede de Christie’s en Nueva York, una serie de icónicas fotografías eróticas de la legendaria Madonna, capturadas por el renombrado fotógrafo Steven Meisel para el controvertido libro SEX de 1992, sorprendentemente no encontraron comprador. A pesar de la expectación y la prominencia de la artista, solo se vendieron dieciséis de las cuarenta y dos instantáneas ofrecidas, alcanzando un total de 1,3 millones de dólares, muy por debajo de las estimaciones previas.
El libro SEX, recientemente reeditado por Saint Laurent en conmemoración de su trigésimo aniversario, presenta a Madonna metamorfoseada en el personaje ficticio “Dita”, inspirado en las actrices alemanas de los años treinta, manteniendo su distintivo carácter transgresor. A lo largo del libro, Meisel inmortaliza a la Reina del Pop en una serie de escenas provocadoras, explícitas y poderosamente íntimas.
Meisel retrató a la reina del pop, que en 1992 tenía 34 años y lanzaba su álbum Erotica, generalmente desnuda; a veces con lencería y complementos fetichistas; con gesto divertido, soñador o apasionado; en escenas provocadoras o explícitas, sola o acompañada.
Madonna, a lo largo de su carrera, ha sido una voz persistente en la lucha contra los dobles estándares que enfrentan las mujeres en las industrias del cine y la música, así como en la batalla contra la misoginia. Esta colección de imágenes no es solo una exploración de la sexualidad de la artista, sino también una declaración audaz de su independencia y control sobre su propia narrativa.
Entre las imágenes más destacadas se encuentra un retrato íntimo en el que Madonna se muestra vulnerable, chupando su dedo pulgar con sombras que dan profundidad a su rostro. Esta fotografía, que superó las expectativas al recaudar aproximadamente 200.000 dólares, demuestra la habilidad de Meisel para capturar la esencia auténtica de la artista.
Sin embargo, algunas piezas notables no lograron encontrar comprador, incluyendo una imagen en blanco y negro que revela la silueta desnuda de Madonna, así como una surrealista donde el modelo Daniel de la Falaise se refleja a sí mismo con un espejo sobre su pecho. También se incluyó una conmovedora escena de afecto entre la artista y Isabella Rossellini envueltas en un abrigo. Estas piezas, que capturan distintos aspectos de la exploración de la sexualidad por parte de Madonna como Dita, quedaron sin adjudicar.
La subasta de esta colección icónica de fotografías de Madonna es un recordatorio de la audacia y la provocación que la artista ha aportado a la cultura popular durante décadas. Aunque algunas de estas imágenes permanezcan sin dueño, la recaudación, en su mayoría, está destinada a la ONG de la artista, Raising Malawi, un testimonio de su compromiso con causas benéficas y su continuo impacto en el mundo del arte y la música.
Fuente EFE
Fotos: Ángel Colmenares para EFE