Ubicado en una antigua casa rodeada de verde, el Museo Pueyrredón (Rivera Indarte 48, San Isidro) suma a su colección permanente, esta nueva propuesta que invita a conocer la vida y obra del artista argentino, a 200 años de su nacimiento. “Esta muestra propone una novedad en la investigación de la historia del arte a partir de la búsqueda de las fotografías en las cuales se basaron las obras de Prilidiano”, cuenta Eleonora Jaureguiberry, Secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro, al inicio del recorrido por la exhibición “Celebramos Prilidiano”.
Durante más de un año, los curadores Cecilia Lebrero y Patricio López Méndez, en conjunto con Eleonora Jaureguiberry, y con el apoyo del Grupo Asegurador La Segunda, emprendieron una investigación profunda sobre la vida de Prilidiano a partir de elementos y pistas que fueron encadenando hasta llegar a lo que hoy conforma el conjunto exhibido. La muestra se compone de obras originales de la colección y otras pedidas a distintos espacios de Buenos Aires para la ocasión, cartas de puño y letra, caricaturas, fotografías de la época y hasta la reproducción de un vestido original de María Calixta Tellechea y Caviedes, madre del artista. Además, se exhibe un audiovisual de Guillermo Srodek-Hart que aborda las ideas del historiador de fotografía Carlos Vertanessian, quien sumó elementos sobre la relación entre las fotos y las obras de Prilidiano, y se presentan dos artistas contemporáneos: Fausto Amadeo, autor de una instalación móvil que se despliega en el pórtico de la casa, y Tam Muro, con una serie de fotomontajes de retratos firmados por Prilidiano en escenas actuales de la Ciudad de Buenos Aires.
La exhibición, dividida temáticamente en las distintas salas del museo, permite indagar en la vida de Pueyrredón desde sus pensamientos, sus ideas, la relación con sus padres, su exhaustivo modo de trabajo y hasta sus relaciones amorosas fallidas. También, permite profundizar en su obra, con más de 30 originales, entre paisajes, retratos, escenas de costumbre, desnudos y caricaturas. Se destacan: el retrato de su padre, Juan Martín de Pueyrredón (perteneciente a la Facultad de Derecho), el retrato de Rivadavia (exhibido en el Jockey Club), el autorretrato (perteneciente al Museo Mitre), El alto de San Isidro (exhibido en el Museo de la Colección Fortabat) y El baño (exhibido en la Sala 1 del Museo Nacional de Bellas Artes), además del retrato de Enrique F. Lezica Thompson y el de Antonia Pereyra Arguibel de Iraola, entre otros que pertenecen a la colección permanente del museo. “A partir de las cartas y las caricaturas que hacía de sí mismo, pudimos contarlo a él desde su propia voz. Prilidiano fue pintor, arquitecto, ingeniero, paisajista, asesor urbano, caricaturista y emprendedor”, cuenta Lebrero, curadora y responsable de la gestión de colecciones del museo.
Por su parte, Jaureguiberry, aporta: “En este museo, hablamos de que el Siglo XIX lejos de ser un embole, fue un siglo increíble. El siglo de la máquina de vapor, de la invención de la fotografía, el mundo de las ideas, de las revoluciones, en donde los artistas empiezan a ser sus propios empresarios y logran nuevos grados de libertad. Por eso, quisimos hacer un montaje amable para todas las audiencias, para que todas las personas puedan disfrutar de la experiencia”.
El artista y la fotografía
Prilidiano tomó contacto con esta disciplina en Europa, que aparece de forma repentina en el siglo XIX, volviéndose muy masiva velozmente y transformando la sociedad en su conjunto. Si bien al comienzo no todos podían acceder a ella debido a que era muy costosa, su invención vino a modificar la vida cotidiana de las personas y la percepción que tenían de sí mismas. “Es importante comprender lo que implicó la llegada de la fotografía en la sociedad. Es como un meteorito que arrasa con todo porque para quienes producen arte, se genera un quiebre sobre las posibilidades de aquello que conocemos como verosimilitud. La fotografía sacude al medio artístico pero al mismo tiempo, éste la incorpora”, cuenta Patricio López Mendes, en diálogo con Infobae Cultura.
En este sentido, la muestra confirma una hipótesis transformadora que los curadores plantearon desde un comienzo: cómo Prilidiano se valió de la fotografía para realizar algunas de sus obras. Este descubrimiento es un antes y un después en la información que se tenía del artista y un nuevo modo de indagación de ahora en adelante. “La historia del arte escribió un Prilidiano y ahí se quedó. Entonces, empezamos a mirar de vuelta, cómo era su experiencia en el mundo y cómo trabajaba. Descubrimos que Prilidiano entrevistó a casi todas las personas que retrató, algo que es inédito para la época. Hay una psicología en sus retratos que no se ven en las fotografías.”, afirma Jaureguiberry, en diálogo con Infobae Cultura.
Como uno de los pintores referentes de la época en el Río de la Plata, Prilidiano fue un precursor que contó con los conocimientos necesarios para afrontar las demandas de la burguesía porteña y así ganar su lugar como artista desde aquellos tiempos. El uso de la fotografía como herramienta de trabajo, es una demostración de la apertura y visión del artista. Así como también, la capacidad de superar ampliamente esas imágenes con cuadros que transcendían la representación a través de una utilización plástica de excelencia. Esa comparativa es posible observarla directamente en la muestra gracias a la incorporación del material fotográfico, al lado de cada obra.
Un elemento particular es la presencia de La carte de visite (o tarjeta de visita), un formato fotográfico para retratos de estudio, patentada en París por el fotógrafo Disdéri en 1854, que era muy habitual en la época en la que pintó Prilidiano. A partir de este tipo de imágenes, fue posible encontrar retratos pintados, inspirados en esas representaciones. Un ida y vuelta entre la fotografía y la pintura, que puede dar lugar a nuevas investigaciones de cara al futuro.
La muestra también cuenta con un catálogo digital en la que se expone la investigación de forma completa y que incluye la participación de Carlos Vertanessian, Gabriel Romero, Laura Malosetti Costa, Roberto Amigo, María Paula Zingoni y Patricio López Méndez, a cargo del diseño de montaje de la exposición.
La muestra ubicada en el Museo Pueyrredón (Rivera Indarte 48, San Isidro) podrá visitarse los fines de semana, de 14 a 18 hs, y los martes y jueves, de 10 a 18 hs, hasta el 3 de diciembre, con entrada gratuita.
Fotos: Carlos Furman