La premio Nobel de Literatura Olga Tokarczuk considera que “la situación de Europa de hace doscientos años era parecida a la Europa de hoy” y ambas tienen en común “el problema de personas nuevas”, término que prefiere al de inmigrantes.
La escritora polaca, que abrirá mañana en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona el ciclo “Europa!”, afirmó este martes en conferencia de prensa que la literatura “es una herramienta muy potente y sofisticada para comunicar a personas y pueblos”. Además, defendió “una nueva narrativa que intente contar la historia de otro modo” y consideró que “este tipo de nueva relación no va a venir de la religión, sino a partir de los movimientos sociales y de la reinterpretación de nuestro pasado”.
La Nobel de 2018, que acaba de publicar en España su novela Los libros de Jacob, no cree en las literaturas nacionales, porque la potencia de la literatura “va más allá de los localismos, de las lenguas” y además “nos abre, permite que haya empatía con otros seres”.
A su juicio, “lo importante en la literatura no es la lengua, sino las ideas, las imágenes que transmitimos, y aunque la lengua debe ser inteligente, robusta, debe serlo solo para mostrar esa fortaleza de la imagen”.
Los libros de Jacob narra las andanzas del joven judío Jacob Frank, que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII, se reinventó una y otra vez; recorrió dos imperios, el de los Habsburgo y el Otomano; profesó tres religiones; se autoproclamó Mesías; soliviantó a las autoridades; reunió discípulos y creó una secta que abogaba por romper tabúes.
Aunque parece un personaje ficticio, advierte la autora polaca, existió, y no se explica cómo es que no se había escrito sobre él. Pensó escribir un ensayo breve sobre Jacob, pero la documentación acumulada sobre el personaje a lo largo de ocho años y la mera obsesión la empujaron de manera natural hacia la novela.
Viendo el mundo de Jacob, Tokarczuk piensa que la situación de Europa de hace 200 años tiene mucho en común con la de hoy. Su intención es “mostrar el punto de vista del recién llegado, que tiene que negociar su nueva situación” y también le interesó “el tema de la presencia de los judíos en Europa, para ir más allá del pensamiento que relaciona a los judíos con el Holocausto”.
En su opinión, “Europa es la mejor idea que se ha inventado en el último siglo y espero que siga existiendo a pesar de todos los problemas que tenemos con la inmigración, el cambio climático”. Tokarczuk apuesta por “mantener la Unión Europea como sistema” y lo dice desde su perspectiva de ciudadana polaca que ahora vivirá en su país unas elecciones con un gobierno que intenta marcar una distancia mayor con Europa.
No olvida que en Polonia están muy implicados emocionalmente en la guerra entre Rusia y Ucrania, porque la tienen muy cerca: “La gente de mi edad nunca imaginamos que eso podría pasar, pero eso demuestra que esas antiguas maneras de resolver los problemas se pueden utilizar nuevamente, y aún tenemos presente la II Guerra Mundial”.
Las inminentes elecciones generales en Polonia tampoco ayudan a una creación libre, hasta el punto de que la cineasta polaca Agnieszka Holland recibió unas críticas tremendas por sus últimas películas. “Es curioso que una obra de arte pueda ser utilizada en la lucha política”, dice la escritora, que atribuye una parte de esta situación a las redes sociales, donde “la gente se olvida de su nombre y se desinhibe”.
Fuente: EFE