La caída de Jann Wenner se viene gestando desde hace muchos años

El prestigio del empresario, cofundador de Rolling Stone, gurú de tendencias y padrino del “Nuevo Periodismo”, tambalea luego de una controvertida entrevista publicada por el New York Times

Jann Wenner, fundador de la revista Rolling Stone y creador del Salón de la Fama del Rock and Roll (Foto: Theo Wargo/WireImage)

Jann Wenner pasó 55 años construyendo su legado como empresario de medios, padrino del “Nuevo Periodismo” y creador de tendencias para la generación del baby boom. Bastó una sola entrevista para que echara por la borda buena parte del prestigio acumulado.

Pocos días después de que Wenner fuera citado en una entrevista en el New York Times calificando a las mujeres y a los artistas negros de insuficientemente “elocuentes” para figurar en su lista de grandes figuras del rock, el cofundador de la revista Rolling Stone ha sido denunciado no por una, sino por dos de las instituciones que ayudó a crear.

El Salón de la Fama del Rock and Roll, que Wenner ayudó a crear en 1983, le expulsó de su junta directiva. Pero el corte más profundo puede haber venido de la dirección de Rolling Stone, donde su propio hijo tomó medidas para distanciarse de los sentimientos de Wenner, de 77 años.

“Aunque lo amo profundamente, no estoy de acuerdo con los comentarios que hizo y entiendo por qué son tan molestos e hirientes”, escribió el domingo Gus Wenner, director ejecutivo de la revista, en un correo electrónico al personal. “Quiero ser claro, sus declaraciones tal y como se han divulgado no representan mis creencias, ni los valores, prácticas y misión de Rolling Stone”.

Jann Wenner durante la 30° edición de la ceremonia de inducción al Rock And Roll Hall Of Fame en Cleveland, Ohio, en 2015 (Foto: Jeff Kravitz/FilmMagic)

En la entrevista con el Times, Jann Wenner parecía despreciar a las mujeres y los artistas negros, reflexionando que no estaban entre los grandes “filósofos del rock” y reservando ese tópico para los siete artistas hombres blancos que entrevistó en un nuevo libro.

En comentarios que llamaron un poco menos la atención, Wenner también afirmó que un infame artículo de Rolling Stone de 2014 -retirado después de que se comprobó que la supuesta violación en grupo en una universidad, nunca ocurrió- era por lo demás “a prueba de balas”, a pesar de una sentencia multimillonaria por difamación en su contra.

Entre los menos sorprendidos por los comentarios -por los que Wenner dijo más tarde que se disculpaba “de todo corazón”- estaba el biógrafo Joe Hagan, autor del aclamado libro de 2017 Sticky Fingers: La vida y la época de Jann Wenner y la revista Rolling Stone.

“Lo que pasa con Jann, lo que lo hizo exitoso pero también es su talón de Aquiles, es que es un narcisista que carece de autoconciencia”, dijo Hagan, redactor de Vanity Fair, en una entrevista. “Así es como habla dentro de la burbuja en la que vive. Recibe mucha afirmación por ello, y cree que está bien”.

Jann Wenner, en su hogar de Montauk, Nueva York, en agosto de 2022 (Foto: Dana Scruggs/The New York Times)

Hagan comparó la mentalidad de Wenner, si no su política, con la de Donald Trump, otro baby boomer de 77 años conocido por hablar sin mucha consideración por la precisión o la autorreflexión. Wenner ya no dirige Rolling Stone, que fue adquirida por Penske Media Corporation en una serie de transacciones entre 2017 y 2019.

Sin embargo, la reacción a los comentarios de Wenner cristalizó críticas que han girado periódicamente en torno a él y a la revista durante décadas. Rolling Stone promocionó durante mucho tiempo a las superestrellas masculinas del rock -y favoritos personales de Wenner- como Bob Dylan, Bruce Springsteen y Mick Jagger por encima de artistas y géneros más nuevos como el grunge, el metal, el R&B y el hip-hop.

Bono y U2, por ejemplo, aparecieron 24 veces entre 1985 y 2018 en la portada de la revista, aunque nada desde que Wenner dejó de ser director editorial en 2019. Los críticos sugirieron que la razón era doble: Wenner favorecía a sus amigos y sabía quién vendía revistas.

La noción de que Rolling Stone tendía a dar críticas más favorables a los artistas cuyas compañías discográficas compraban anuncios en la revista se puso de relieve en 1996, cuando Wenner pinchó una crítica negativa del último álbum de Hootie & the Blowfish y la sustituyó por una más favorable. Un periodista del New York Observer preguntó a Jim DeRogatis, autor de la crítica, si Wenner era fan del grupo. DeRogatis respondió que Wenner “es fan de cualquier banda que venda 8 millones de discos”. Wenner le despidió el día que se publicó el comentario.

U2 apareció en la portada de Rolling Stone más de una veintena de veces mientras Jann Wenner dirigía la revista (Foto: AP/Andrew Medichini, archivo)

Durante su apogeo en la década de 1970, la revista adquirió una reputación de “club de hombres”, con una sola mujer escritora en su cabecera: Robin Green, que permaneció sólo tres años antes de convertirse en guionista de televisión y más tarde escribió unas memorias de su tiempo allí, tituladas The Only Girl. La crítica de rock Ellen Willis se negó a escribir para Rolling Stone, diciendo al editor cofundador con Wenner, que la revista “habitualmente se refiere a las mujeres como pollitas y nos trata como pollitas”.

No se pueden negar los logros de Jann Wenner como hombre de negocios y visionario de los medios de comunicación. Tras abandonar los estudios en la Universidad de California en Berkeley, fundó Rolling Stone en 1967 junto a su mentor, el crítico de jazz del San Francisco Chronicle Ralph Gleason, con un préstamo de 7.500 dólares de sus suegros. La revista pasó apuros hasta que Wenner consiguió una entrevista en 1970 con uno de sus ídolos, John Lennon -uno de los primeros personajes de portada de Rolling Stone-, que ayudó a impulsar a la revista a la fama nacional y, finalmente, a la prosperidad. Wenner dio forma a su cobertura de la música, la política y la cultura popular, dotándola de un celo juvenil y una actitud contracultural. Llegó en un momento espectacular: Rolling Stone alcanzó su punto álgido justo cuando su público de la generación de la explosión demográfica se asentaba en sus carreras y en el consumismo.

Los reportajes de la revista ayudaron a dar vida a un subgénero elegante y subjetivo conocido como “Nuevo Periodismo”: las divagaciones drogadictas del periodista “gonzo” Hunter S. Thompson; los reportajes políticos de Timothy Crouse (“Los chicos del autobús”); y más tarde los acerados diarios de viaje de P.J. O’Rourke. Wenner lanzó la carrera del cineasta Cameron Crowe (cuya película Casi famosos narraba su etapa como periodista adolescente de rock); alentó la transformación de Tom Wolfe en novelista best seller publicando por entregas su ópera prima, La hoguera de las vanidades; y dio a una joven fotógrafa llamada Annie Leibovitz la oportunidad de empezar a retratar a famosos.

La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, estrella de los años de esplendor de Rolling Stone, en una imagen de archivo (Foto: EFE/Frank Rumpenhorst).

En su apogeo empresarial de la década de 1990, Wenner era el dueño de un pequeño imperio de revistas formado por Rolling Stone, Men’s Journal y Us Weekly. Pero Hagan dijo que el comentario de Wenner sobre la historia de la revista en 2014 sobre la Universidad de Virginia, fue particularmente revelador. “Su ego no le permite creer que ha hecho algo malo”, dijo.

“Una violación en el campus” fue sin duda uno de los desplantes periodísticos más notorios del último cuarto de siglo. El suceso central de la historia -la descripción por parte de una joven de una horrible agresión sexual por parte de siete hombres, en una fraternidad del campus- resultó no estar respaldado por ninguna prueba. Como se reveló poco después de la publicación del artículo, la escritora Sabrina Rubin Erdely y sus editores nunca se pusieron en contacto con ninguno de los hermanos de la fraternidad acusados por una mujer identificada sólo como “Jackie”. Los periodistas de la revista tampoco entrevistaron a un grupo de amigos que el artículo describía como indiferentes a la angustia de Jackie, inmediatamente después de que ella les contara la supuesta agresión.

Una revisión post mortem realizada por un panel de la escuela de periodismo de Columbia en 2015 autorizada por Wenner concluyó que la revista publicó la historia a pesar de la falta de corroboración del relato de Jackie.

“El artículo estaba lejos de ser ‘a prueba de balas’”, dijo Sheila Coronel, quien dirigió la investigación de Columbia. “Como se desprende de nuestra investigación, el artículo adolecía de fallos en la información, la edición, la supervisión editorial y la comprobación de los hechos. El error podría haberse evitado en varios puntos del proceso, incluido el momento en que la autora no consiguió conocer a fondo la versión de la fraternidad en la que supuestamente tuvo lugar la supuesta agresión.”

John Lennon y Yoko Ono en una de las emblemáticas tapas de la revista

Una decana asociada de la U-Va., Nicole Eramo, demandó a la revista y a Erdely, alegando que el artículo le “atribuía falsamente” declaraciones, como que había llamado a la universidad “la escuela de la violación”. Eramo ganó un veredicto del jurado de 3 millones de dólares, pero posteriormente llegó a un acuerdo por una cantidad no revelada después de que Rolling Stone presentara un recurso de apelación. La revista también llegó a un acuerdo en las demandas de los miembros de la fraternidad.

A pesar de los reproches por sus comentarios, el legado de Wenner está asegurado, afirma Samir Husni, fundador del Magazine Innovation Center de la Universidad de Mississippi. “Rolling Stone es mucho más grande e importante que Jann Wenner”, dijo Husni, comparando la publicación con la revista Playboy por su impacto cultural. “Nadie fuera de los círculos mediáticos sabe quién es Jann Wenner. Pero sí saben lo que es Rolling Stone”.

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