La ola de protestas masivas que sacudió a Venezuela en 2017, en contra del régimen de Nicolás Maduro, dejó una cicatriz profunda en el país. Más de 150 muertos, casi tres mil heridos y más de 1.300 detenidos fueron el saldo de una lucha desigual por la libertad y los derechos humanos, según datos del Foro Penal Venezolano.
Estos sucesos, condenados e investigados por diversas instituciones y organismos internacionales, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos y La Corte Penal Internacional, evidencian una política de represión despiadada llevada a cabo por el gobierno de Nicolás Maduro. Testimonios y pruebas documentadas revelan el uso excesivo de la fuerza, asesinatos, encarcelamientos, torturas y otras formas de violación de los derechos humanos contra aquellos que se oponen al régimen.
Estas imágenes de dolor y valentía recorrieron el mundo entero, llegando a los ojos de Diego Vicentini, un joven venezolano que desde 2009 había establecido su hogar en Estados Unidos y se encontraba a punto de completar una maestría en cine en la New York Film Academy. La distancia física no implicaba una desconexión emocional para Vicentini. Por el contrario, lo llevó a sentir una responsabilidad personal. Fue así como decidió utilizar el cine como una herramienta para dar voz a su generación, para luchar por su país desde la perspectiva de un emigrante.
Esta convicción dio vida en 2018 al cortometraje Simón, una obra que recorrió diversos festivales y que llevó a Vicentini y al actor Christian McGaffney, quien interpreta a Simón, a Buenos Aires en 2019. Allí, se celebró un cine-foro que congregó alrededor de 200 personas, demostrando el impacto y la relevancia de la historia que estaban contando. Un año después de esa presentación en Argentina, en medio de la pandemia de Covid-19, comenzó el rodaje del largometraje homónimo. Tres años de dedicación y esfuerzo se reflejan en esta obra cinematográfica, que ahora llega a Buenos Aires para ser proyectada en una única función el 19 de septiembre.
El filme, grabado en Miami, es la primera obra del director. Está basado en una extensa investigación que incluye testimonios de entrevistas registradas por él mismo, sobre los eventos sociales que tuvieron lugar en Venezuela en 2017. En ese año, el país experimentó una serie de protestas a nivel nacional en contra del régimen de Maduro, que movilizó principalmente a jóvenes universitarios a salir a las calles.
La trama sigue la historia de Simón, un líder estudiantil venezolano que huye a Miami en busca de asilo político. Allí, conoce a Melissa, una estudiante de Derecho estadounidense que decide ayudarlo con su caso. No obstante, solicitar asilo implica revivir los dolorosos eventos que lo llevaron a abandonar Venezuela. Desde la ciudad estadounidense, Simón se enfrenta a sentimientos de rabia, culpa y tristeza, que son el resultado de las torturas que él y un grupo de opositores sufrieron a manos de las autoridades oficiales en Venezuela.
Este largometraje presenta de manera directa las secuelas de los años tumultuosos, ofreciendo un testimonio que resuena con la experiencia de muchos que han sacrificado todo por una causa. La trama sigue a un individuo atormentado por su compromiso con sus principios, mientras explora temas de amistad, pérdida y la constante incertidumbre de la partida. Se inserta en el registro de un momento histórico desde una perspectiva ficticia, pero con una autenticidad que lo acerca de manera palpable a la realidad que aún afecta profundamente la vida de los venezolanos.
Una de las principales características de la película, que agotó sus funciones en todas las ciudades que se presentó, es mostrar el día después de aquellos jóvenes que fueron obligados a desplazarse de su país. Tal como lo relató en entrevistas su director, Simón es un personaje ficticio que nace de las numerosas historias que él escuchó de sus compatriotas, cualquiera de ellos que vea el film se sentirá identificado. A medida que avanza la película, se puede sentir la opresión y el miedo con lo que viven en todo momento los protagonistas, crudeza de las torturas, físicas y psicológicas, que los siguen persiguiendo, aunque ya no estén en el país, no solamente en las imágenes que muestran las marchas y la represión, también la culpa que sienten aquellos que lograron salir y no pueden ayudar a quiénes se quedaron. Sin embargo, se destaca la unión que había entre los jóvenes que hasta las últimas consecuencias resistieron para lograr un cambio.
Simón no es solo una película, es un testimonio de la valentía y la lucha de un pueblo por la libertad. Representa la voz de los que fueron perseguidos y torturados, pero que se mantuvieron firmes en su lucha por un país mejor. El film no ha pasado desapercibido en la escena cinematográfica internacional. La Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela ha seleccionado la película para representar al país en los Premios Goya 2024, un reconocimiento más a la potencia y relevancia de esta obra.
Los festivales por donde ha pasado han sido testigos de su impacto. Desde el Festival de Cine de Florida, donde conmovió tanto al público como al jurado, hasta el Dallas International Film Festival, donde se alzó con el premio de Mejor Película Internacional Premio de Audiencia, y el Festival del Cine Venezolano de Mérida, donde acaparó los galardones a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión, Mejor Fotografía, Mejor Edición y Mejor Actor de Reparto.
*“Simón” se presentará el martes 19 de septiembre a las 19:30 horas en una única función en Buenos Aires en el Cinemark Palermo (Beruti 3399, CABA). Las entradas están a la venta en simonmovie.com y parte de los ingresos por las entradas serán donados a fundaciones que alimentan a niños en Venezuela. Además, durante la semana del 22 al 29 de octubre, el largometraje estará disponible en la página web de la película, para alquiler online, desde cualquier parte del mundo.