Buenos días, bienvenidos y bienvenidas a este acto de Lanzamiento de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2024.
Una vez más, y como ya es tradición, realizamos este evento en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. Les agradecemos a sus autoridades y a su personal volver a recibirnos en este espacio que es el refugio de la memoria de todo lo que hemos escrito, de todo lo que somos.
En el video habrán visto que este año sumamos una nueva sala en el Pabellón Ocre, a la que se le puso el nombre de quien durante diez años fue director de esta Biblioteca, Horacio González.
Sabemos que los libros, protagonistas y razón de ser de todas las Ferias que hacemos a lo largo del año, son un medio de transporte de las ideas, de la imaginación, del conocimiento. Este viaje de las palabras me lleva a otras que tienen que ver con una asignatura pendiente que la Comisión de la Feria Infantil y Juvenil de la Fundación el Libro propuso como novedad para este año: que la Feria Infantil también tenga a un autor o autora que la inaugure. Y así fue. Ese primer discurso estuvo a cargo de Gigliola Zecchin, una reconocida editora y escritora del género a quienes todos conocemos como Canela.
Ella nos recordó que en el edificio del CCK, donde tuvo lugar la Feria Infantil y Juvenil, funcionaba el antiguo Palacio de Correos, donde las palabras llegaban y partían en cartas, telegramas o postales, siempre contándonos historias.
Canela nos narró una de las tantas formas en que las palabras viajan, y cómo muchas logran refugiarse en los libros para aterrizar en las bibliotecas de sus lectores.
Vuelvo al video: en cada edición nos emocionamos al ver este pantallazo fugaz de escenas que nos dejó la Feria. Más allá de la aparente aspereza de datos y cifras, las imágenes reúnen y representan a todos los que forman parte de este viaje del libro: el equipo de trabajo de la Fundación, autores, editoriales, librerías, traductores, docentes, talleristas, narradores y cuentacuentos, periodistas, agentes literarios, impresores, distribuidores, alumnos, bibliotecarios...
Y por supuesto, como subrayó Martín Kohan en su contundente -aunque no tan fugaz discurso inaugural, a la figura que le da sentido a todo lo que hacemos: el lector.
Si en el video pudiésemos hacer un Zoom sobre estanterías, mostradores y anaqueles, quizás lograríamos repasar la cantidad de libros en los que muchos escritores y escritoras han reflexionado sobre su oficio, desde Stephen King, María Moreno, Haruki Murakami y Leila Guerriero, pasando por Patricia Highsmith, Charles Bukowski y Betina González, hasta las páginas que nos dejaron Ursula K. LeGuin, Julio Cortázar y Victoria Ocampo, entre muchísimos otros, antes y ahora.
Se podría armar una biblioteca entera con las novelas en donde las librerías son protagonistas, o con las memorias de libreros, con las del recordado Héctor Yánover a la cabeza.
También hay colecciones y títulos consagrados al lector, obviamente: al “lector salteado”, ése a quien Macedonio Fernández le dedica su Museo de la novela de la Eterna, al lector profesional, el persistente, el militante o el resistente, que son algunas de las categorías que tomé prestadas del libro Método fácil y rápido para ser lector, un juego literario en el que el argentino Eduardo Berti propone actividades para un eventual taller de lectura creativa.
En esa enorme biblioteca sobre lectores, lecturas y la carpintería de la escritura, ocupa un lugar indispensable un libro publicado en 2019 por la persona que dará el discurso inaugural en la Feria 2024.
No puedo mencionar su nombre sin hacer antes una nota al pie extraliteraria, pero que considero necesaria. El año pasado comenté que la única objeción que se había presentado en la elección de Martín Kohan fue su condición casi enfermiza de hincha de Boca Juniors. En esta oportunidad, el Consejo de la Fundación El Libro eligió a alguien que viste la misma camiseta. Esto ya suena a confabulación.
Es más, ha admitido que su fanatismo –sobre el que ha escrito más de una vez – es anterior a la publicación de su primer cuento, a los 17 años, en una de las revistas literarias más legendarias que se hayan editado en la Argentina, El Grillo de Papel.
Desde entonces, ha vivido en un “estado de aventura”, como define a su vocación. Entre sus títulos hay volúmenes de cuentos, ensayos y dos novelas que ya son clásicos de la narrativa argentina. Premiada y traducida, su obra está diseccionada en su libro La trastienda de la escritura, una especie de autobiografía literaria donde establece su compromiso con la imaginación y con la libertad creadora.
Como algunos ya habrán adivinado, el discurso inaugural de la 48° Feria del Libro de Buenos Aires estará a cargo de una maestra de varias generaciones de escritores, Liliana Heker.
Este puñado de párrafos no podría haber sido escrito sin la lectura de muchos libros. Así que sabrán perdonar el exceso de citas, pero tengo el defecto compulsivo de compartir los hallazgos de algunas lecturas.
La pasión y la condena, del mexicano Juan Villoro, me da el pie para hablar de la próxima ciudad invitada de honor. En este breve ensayo, Villoro escribe que Fernando Pessoa, ante la ausencia de precursores en la tradición literaria portuguesa, decidió creárselos a través de heterónimos que justificaran su vida y su poesía. Uno de ellos, no sabemos cuál, escribió: “Leer es soñar de la mano de otro”.
La frase la encontré en un volumen de Aforismos que me regaló Clara Riso, la directora de la Casa Museo de Fernando Pessoa en Lisboa.
La ciudad invitada de honor de la Feria 2024 nació de un sueño, cuando una mañana me reuní a tomar un café con João Ribeirete, agregado cultural de la Embajada de Portugal en la Argentina. En un momento arrojé la botella al mar y le dije: “¿Qué te parece si confabulamos para que Lisboa sea la próxima Ciudad Invitada de Honor”?
Y ahí el sueño comenzó a rodar. Le agradezco a João su entusiasmo. Sin su compromiso no lo hubiésemos logrado. También a la Embajada de Portugal y a Rute Mendes, una gran anfitriona durante mi visita a Lisboa el año pasado, que me armó una agenda de reuniones imprescindibles con funcionarios y representantes del gobierno municipal y nacional. A Diogo Moura, el ministro de Cultura, Economía e Innovación de Lisboa, a quien conocerán ahora, le agradezco que haya depositado en Rute y a todo su equipo, que incluye a la curadora Clara Quevedo, aquí presente, la coordinación de la presencia de Lisboa como Ciudad Invitada de Honor.
Mucho se ha dicho que durante la pandemia los libros nos salvaron. Sebastián Ocampos, el escritor paraguayo que ganó el segundo premio del Concurso Literario de la Fundación El libro con su volumen de cuentos Poliedro, echa mano a esta premisa como eje de uno de los relatos, Tríptico de aislamiento. En un momento escribe: “Los cuentos no podían salvar a nadie en la vida. Hasta que nos salvaron.”
En la misma dirección, otra de las autoras invitadas a la última Feria, la española Irene Vallejo, nos recuerda en su Manifiesto por la lectura cómo en momentos de adversidad, la lectura ha sido una de las más valiosas herramientas de reconstrucción.
“La lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva”, escribe.
Creo que todos los que estamos reunidos hoy aquí no podemos estar más de acuerdo.
Muchas gracias.