El Museo de Arte Decorativo, antiguo Palacio Errázuriz, inauguró hoy un nuevo espacio visitable al público: el baño y sala de vestir de Josefina de Alvear, que fue diseñado originalmente en 1916 por el arquitecto René Sergent y el decorador André Carlhian, inspirado en los hallazgos de las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano.
Luego de trabajos de conservación y recuperación, abrió hoy el Baño Pompeyano, una nueva superficie del patrimonio argentino -que hasta 2017 funcionó como oficina- y que el público podrá visitar: “Un espacio privado que se vuelve público y que nos permitirá conocer cómo vivía una familia de clase alta en esa época”, dijo la directora del museo, Marina Cañardo, durante el acto de inauguración del que participaron también Valeria González, María Isabel Baldasarre y Viviana Usubiaga, en representación del Ministerio de Cultura.
Se trata de un sala con entrepiso, en la planta alta del edificio sobre avenida Libertador, con un diseño que corresponde a los cánones del estilo “Directorio” (1795-1799), una estética transicional entre los estilos Luis XVI e Imperio, inspirada en los hallazgos de las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano, que al día de hoy siguen generando extraordinarios descubrimientos.
La familia Errazuriz Alvear, que habitaba este palacio -que luego el gobierno adquirió en los años 30 para abrir al público- encargó a un decorador francés un baño para que la dueña de casa demostrara el gusto por la Antigüedad propio de las clases altas de principios del siglo XX.
Es por eso que el antiguo vestidor de Josefina posee boiserie (los paneles de madera sobre las paredes) policromada, entelados y parquet de roble, que contrasta con la sala de baños, en mármol y con muros estucados, todo bajo una impresionante cúpula que combina follajes de hiedras y laurel, imbricados en simetría con medallones de Pegaso y cartelas con el rostro alado de Perseo, que remiten simbólicamente al mito de Persea y Andrómeda.
También decoran la cúpula personajes mitológicos, animales y guirnaldas, enlazados simétricamente a modo de arabescos, mientras que diversas puertas y biombos espejados -inclusive uno plegadizo sobre la ventana- generaban un “salón de espejos” de acuerdo con la función inicial del vestidor.
Desplegadas en el espacio se pueden ver vitrinas que exhiben periódicamente diversas colecciones de artes aplicadas del museo, como por ejemplo piedras provenientes de China o frascos de farmacia de España y Francia, hechos en porcelana, entre otros objetos antiguos.
La restauración del “Baño Pompeyano” estuvo a cargo de un grupo de especialistas coordinado por Mariana Astesiano y Graciela Razé, quienes conforman el equipo de Conservación y Restauración del Museo Decorativo.
“Los interiores de estos ambientes presentan una amplia variedad de materiales seleccionados y adquiridos en Francia. Las técnicas decorativas fueron ejecutadas por artesanos locales, quienes realizaron distintas pinturas, como estucos y pinturas símil mármol, así como los diseños pompeyanos de la cúpula”, explicó Razé.
Los trabajos de restauración de la flamante sala se basaron en los planos existentes, en los análisis de los materiales constitutivos de la cúpula y en los decapados de las pinturas para devolver una lectura integral según los cánones estéticos de la época.
Declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, el Museo Nacional de Arte Decorativo, un edificio de estilo neoclásico francés, fue la residencia de la familia formada por Josefina de Alvear y Matías Errázuriz Ortúzar, un matrimonio que había vivido diez años en Europa y ahí adquirió una valiosa colección de obras de arte europeo y oriental. Durante los 18 años que los Errázuriz Alvear vivieron allí, la casa fue escenario de recepciones, conciertos y bailes de caridad; también un espacio de lujo y confort, con dos ascensores y un sistema de calefacción central, muy novedoso para la época.
En 1936, el Estado Nacional compró la casa y las colecciones y un año después fue creado el Museo Nacional de Arte Decorativo que no solo alberga valiosas piezas de arte y mobiliario de distintas épocas, sino que revela, además, el estilo de vida de una familia patricia a principios del siglo XX.
*El Baño Pompeyano se podrá visitar en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Avenida del Libertador 1902, de miércoles a domingos de 13 a 19, con entrada libre y gratuita.
Fuente: Telam