Ya están juntos los cuatro en una sala de ensayo. Pasan el show como si ésta, la previa, fuese una cuarta función. Pero es la única sin público: después habrá tres (viernes 1, sábado 2 y domingo 3 de septiembre) en el Teatro Coliseo, con testigos en la platea.
“Esto es una reunión de cuatro artistas que somos amigos, que nos encontramos muchas veces en distintas circunstancias, y que tenemos una hermandad: hemos comenzado escuchando y tocando música de rock”, dice Lito Vitale, que evidentemente se siente cómodo siendo el portavoz.
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Hilda Lizarazu, su compañera, asiente.
Juan Baglietto, su socio y parceiro en cientos de shows y en varios discos, elige escuchar y dice que esto es así.
León Gieco, en un costado, sonríe y también dice que todo es la verdad; luego habla: “Me gustó mucho el nombre del encuentro, Alza la voz, porque resume un gesto de rock”.
“De alguna manera –suma Gieco–, Alza la voz es un concepto que remite a “Hombres de hierro”, por eso de que hay que alzar la voz, porque si te matan, de todas formas quedará tu pensamiento. Eso es el rock y no tiene que ver necesariamente con una música. En ese sentido, Víctor Jara también hacía rock”.
Juan aporta: “Y por lo de Pajarito”.
Hilda y León dicen que claro, sí.
Entonces aporta León, haciendo didáctica: “‘Alza la voz’ se llamó una de las más conocidas canciones de La Barra de Chocolate, el grupo de Pajarito Zaguri, que fue uno de los pioneros del rock argentino. De hecho, el grupo Los Beatniks del primer paso, con Rebelde, eran básicamente Moris y él.
Decía el Pájaro en ese tema: ‘Decime que se escapa la vida de tus manos, que estás arrepentido de haber jugado mal. Escribí algún poema, cantale a un amigo, pedile a este mundo que deje de jugar’. Y remataba: ‘Alzá la voz que te van a escuchar, y aunque no escuchen alzala igual’”.
Hilda dice que sí, que va por ahí.
Vitale retoma el discurso. Agrega que este concierto que animarán los cuatro, en el teatro Coliseo, es “un grito de libertad”.
Y sigue. “La idea es poner el acento en que venimos del rock, en ser profundamente libres en nuestras vidas y en consecuencia, en nuestras expresiones artísticas”.
Luego habla de la importancia de que se recuerden todas las influencias que han tenido, incluyendo la ecología y la importancia de la sociabilidad. “Hasta destacaría ciertas imágenes revolucionarias, como aquella de Jimi Hendrix incendiando su guitarra en Woodstock, después de haber tocado el himno de los Estados Unidos, como una forma de protesta por lo de Vietnam.
—¿El concierto tendrá canciones de distintas épocas?
Los cuatro dicen que sí, que los oyentes solo tendrán que “instalarse en la historia”.
Y destaca Lito: “Vamos a estar los cuatro y unos invitados muy importantes: An Espil, que es una artista alucinante, y Manu Sija, un multiinstrumentista que inicialmente no tiene que ver con la música de rock pero sí con la cultura del rock”.
Después de las palabras, llegan las canciones. Ahí es cuando no hay nada más que decir.
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