Los géneros musicales están íntimamente asociados con ciudades. La ópera con Nápoles, aunque compite por la exclusividad con Venecia, Salzburgo y París. Londres podría reclamar ser la capital del rock, pero Nueva York, Los Ángeles y más recientemente Seattle, no la dejan. Lo mismo pasa con el blues y Chicago: Memphis, en sus orígenes, el sello Atlantic (Nueva York), Detroit y Kansas hicieron aportes importantes para que esa música que cultivaron los afrodescendientes no sea patrimonio de ninguna ciudad. Prácticamente ningún género musical está tan vinculado a una ciudad como ocurre con el tango y Buenos Aires. Y Montevideo, para que no se enojen los hermanos uruguayos.
Las nuevas generaciones porteñas escuchan trap y reggaetón. Pero tarde o temprano caerán en la trampa del tango. Y de allí no se sale: “El tango te busca y de alguna manera te encuentra. Puede ser por el baile, por la música, por las historias, por la poesía, o simplemente porque escuchás una canción de Gardel y estando en alguna ciudad lejana te emociona”, dice Gabriel Soria, director del Museo Casa Carlos Gardel, ubicado en la calle Jean Jaures, en pleno corazón del Abasto, casa que fuera comprada por Gardel en 1927 para que la habitara también su madre, Berta. Un lugar que usaba para recibir al periodismo, a sus amigos, donde ensayaba con los guitarristas, se sacaba fotos para la revista Sintonía o recibía algún que otro empresario radial para firmar un contrato.
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Buenos Aires trabaja los 365 días del año para mantener el DNI musical que la identifica ante el mundo. El 30 de septiembre de 2009, a petición de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Tango BA Festival y Mundial, que este 2023 cumple 20 años, es la máxima expresión del 2x4, con cientos de actividades que se desarrollan en toda la geografía de Buenos Aires durante dos semanas. Pero para llegar al evento, y que sea una experiencia exitosa, se trabaja silenciosamente desde el mismo día que finaliza la edición anterior.
La 20.ª edición comenzó este miércoles y se extenderá hasta el 2 de septiembre. “Tenemos más de 26 subsedes en todo nuestro país y alrededor del mundo. Ya durante el mes de marzo empezamos a tener las previas a lo que sería la competencia del Mundial de las distintas subsedes van llegando los ganadores que son los que competirán para llegar a las semifinales y la final del Mundial”, explica Natacha Poberaj, directora artística del evento en su oficina en La Usina del Arte, en pleno barrio de La Boca.
Natacha se dedica al tango danza desde que era muy chica. A los 17 años ingresó en el Ballet Folklórico Nacional, dirigido por Santiago Ayala “El Chúcaro” y Norma Viola. Ya en esa época el maestro sostenía que el tango es “el folklore de la Ciudad de Buenos Aires”. “Soy del barrio de Villa Pueyrredón, soy porteña, y para mí es siempre importante darle valor a todo lo que tiene que ver con el tango, no solo desde la danza, sino también desde todos los ángulos. Obviamente ha habido un giro porque cada director que tuvo el festival ha trabajado desde su propia impronta. En este caso soy una de las primeras mujeres que está como directora artística del festival, y considero que la mirada femenina también aporta desde un ángulo distinto”, razona.
El tango y la ciudad tienen además una infinidad de actividades que no están enmarcadas en el festival. “La Orquesta del Tango de Buenos Aires es un organismo que gracias a Dios existe desde los 80. La idea comenzó en el 78 durante el Mundial de fútbol, cuando se armó una orquesta para que los visitantes conocieran la música de Buenos Aires. Y digo gracias a Dios porque es uno de los pocos organismos con un plantel de tan buenos músicos que se dedica a que la gente disfrute de todos los tangos, de todas las épocas. Desde tangos de los años de Vicente Greco hasta los de Astor Piazzolla, o de nuestra época. Invoco a Dios para que siga existiendo porque es una excelente idea artística, con un nivel musical increíble que a mí me toca dirigir junto a Juan Carlos Cuacci”, dice uno de los mejores bandoneonistas que tuvo la historia del género y tal vez el mejor arreglador de todos.
Néstor Marconi integró memorables orquestas como la de José Basso y Francini-Pontier, actúo como solista con Enrique Mario Francini, fue el creador del Vanguatrío, un grupo renovador en los setenta. En los años noventa reemplazó a Leopoldo Federico en el Quinteto Real actuando principalmente en El Club del Vino. Fue una de las figuras centrales del Café Homero como solista e integrando quintetos y cuartetos. Acompaño muchos años a Roberto Goyeneche y es muy recordada su actuación junto al Polaco, en la película Sur de Pino Solanas, interpretando “La última curda”. Es además un compositor de gran estilo con obras como “Moda Tango” y “Tiempo cumplido”. También fue director de la Orquesta Nacional del Música Argentina Juan de Dios Filiberto. Nacido en Rosario, es un lujo que se da Buenos Aires.
“La radio de tango de la Ciudad transmite los siete días de la semana, las 24 horas, durante todo el año”, define Nito Dalesio, subgerente operativo y alma mater de la emisora que transmite desde Sarmiento 1551, 8º piso. “Intentamos que la programación tenga un arco de posibilidades en el que el oyente pueda encontrar lo que busca tanto del tango tradicional, su época de oro del 40, lo anterior, desde Ignacio Corsini y Carlos Gardel en adelante, hasta todas las expresiones nuevas que son muchas. La 2x4 es una herramienta: no hace tangos, los promociona”, completa.
Un festival, un museo, una radio y una orquesta. La fórmula se completa con la pata educativa que ofrece el Centro de Estudios de Tango de Buenos Aires (CETBA), conocido como “La universidad del tango”.
Desde 1990, entre 300 y 400 personas de toda la ciudad y alrededores concurren todos los días a la escuela “República del Paraguay”, en Agrelo 3231, donde de día funciona una primaria, y cuando cae el sol se corren los bancos escolares para que estudiantes de tres niveles, o asistentes a talleres, lustren el piso con sus cortes y quebradas.
En algunas aulas los bancos no se corren porque allí concurren a estudiar Historia del Tango decenas de alumnos. cátedra que tiene como director a Gabriel Soria.
En las décadas del 80 y 90 un grupo argentino brilló en distintas capitales del mundo como Nueva York, Londres y París, agrupados bajo el nombre Tango Argentino. Gloria Inés Varo y Carlos Rodolfo Dinzelbacher, se habían unido en 1972. Bailarines de extracción clásica ella, y folklórica él, se hicieron conocidos por integrar el elenco que constituyó un éxito mundial durante más de una década e impulsó el renacimiento del tango en todo el planeta. Gloria y Carlos crearon el método Dinzel.
Su hijo Eric heredó esa vocación docente y es el director de la carrera de Danza del CETBA: “Es una institución que pertenece al Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad dentro del área de Educación no formal. Está abierto desde marzo hasta diciembre para todas aquellas personas, tanto de la Ciudad de Buenos Aires como del resto del país o el mundo, que tengan ganas de venir a estudiar el tango puedan hacerlo. El espacio está dividido académicamente en tres áreas. Una es el área de danza, que yo coordino, después está el área de artes tanguísticas y el área de los talleres abiertos a la comunidad, que están divididos en cuatro trayectos formativos: la historia del tango, la letrística, la poética y la musicalización, destinada a los DJ de las milongas”, enumera Dinzel.
Para egresar del área que dirige Eric hay que cursar tres años. Los alumnos se reciben de instructores de tango en diferentes aspectos formativos, desde lo técnico, lo teórico, lo práctico y lo pedagógico.
Natacha Poberaj recorre, como si fuera su casa, las instalaciones de la Usina del Arte. Sube escaleras, recorre pasillos y explica en cada lugar, cual guía de turismo, qué es, dónde está el visitante y qué actividades van a ocurrir allí. “Esta es La Cajita de Bombones”, revela sobre el nombre “interno” de uno de los auditorios más pequeños del edificio, que cuenta con una de las mejores acústicas. “La Usina del Arte es una de las sedes más representativas del Mundial y Festival de Tango porque acá suceden muchos de los espectáculos. Durante la pandemia se transformó en un vacunatorio. Este año esperamos recuperar esos espacios para que brillen dentro del marco del Festival”, dice esperanzada.
Uno de los principales animadores del Festival será, sin lugar a dudas, la Orquesta de Tango de Buenos Aires que durante el año se presenta, en forma gratuita, en lugares como el Auditorio de Parque Centenario o el CC25, en Villa Urquiza, el CCK, y hasta el Teatro Colón.
“Normalmente hacemos un concierto por semana, o a veces dos según la programación. Hacemos también shows didácticos en escuelas y se les enseña a los chicos cómo es el tango, como es dirigir. A veces los hacemos subir al escenario y les damos la batuta. Es un juego muy bonito y muy dulce. Con mucho corazón”, explica el director rosarino con sus manos en el pecho.
El día a día en La 2x4 también es intenso. “Tenemos programas que están dedicados a la historia del tango. Otros, a las nuevas agrupaciones. La programación tiene lo que nosotros denominamos en broma “cañones”, en los horarios que la radio más se escucha. Lo dividimos en tres segmentos: el conservador, el vanguardista, y una mezcla de ambos”, dice Dalesio quien resalta el valor de las mañanas en la programación.
En el rating de la radio de tango de la Ciudad se destacan los espacios de Ignacio Riverol y de Tarantino, en el arranque, los dos clásicos de Marcelo Guaita y Anselmo Marini, y cierran con Por la vuelta para completar la programación que va desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche: Luego viene “un picadito de programas” en el cual hay propuestas como el tango y el cine, y el tango y el teatro. “Hay dos programas muy específicos dedicados a Astor Piazzolla y a Carlos Gardel, dos puntas muy distintas en el tiempo”, destaca Dalesio.
“Es importante que la ciudad de Buenos Aires tenga un espacio académico como este, porque es un espacio abierto, es un espacio plural y gratuito. Es para todos y para todas. El único requisito que se necesita es ser mayor de 18 años. Y después tener la pasión que tienen todas las personas que vienen noche a noche, que es la pasión por el tango”. Cuando habla, Eric Dinzel denota el amor que siente por lo que hace.
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El rango de edades de los concurrentes al CETBA es muy variado “Se genera una comunidad con mucha magia, porque va desde los 18 años hasta los 80 años. Hemos tenido alumnos de 90 años. Todos llegan buscando la misma cosa: el tango”.
Hay momentos en el año que se mezclan los chicos de la primaria con los estudiantes de la noche. El CETBA también abrió espacios académicos de formación de los chicos de la primaria. A veces los estudiantes que pertenecen al Ballet de Formación van a bailar a la primaria para los chicos, y se produce un intercambio muy tierno. Los chicos, chochos. “Tienen reacciones muy variadas. Primero les genera muchísima curiosidad. Después se entretienen, juegan, les gusta y se divierten”, describe Dinzel.
—¿Qué es el tango?
—Natacha Poberaj: “El tango es amor, es la posibilidad de reunirnos, la posibilidad de abrazarnos de manifestarnos, desde distintas ramas artística. Tanto la música, como la danza, la escritura, la poesía, la composición, las artes visuales, la plástica, la escultura: el tango nos representa como argentinos y para mí es mucho más de lo que a veces nos imaginamos”.
—Néstor Marconi: “El tango es todo. Yo vivo por la música, con la música y de la música. El tango es mi forma de expresarme, mi forma de hablar, mi forma de vestir, mi forma de ser con la gente. Ya sea tocando o dirigiendo: Transmitirle a la gente lo que yo siento musicalmente es lo máximo”.
—Gabriel Soria: “Es una manera de vivir que se va repartiendo dentro de lo que cada uno puede sentir. Y para la ciudad es la identificación, la señal, el DNI de Buenos Aires. Que se transforma y se replica en una expansión hacia el mundo, desde hace más de 100 años. Hay muchas formas de vivirlo. Para los que investigamos y nos deleitamos con las historias, es coleccionar no sólo los discos, también los recortes y las fotos. Pero la gente seguramente disfrutará de otra manera. El tango es un barrio, el tango es los olores que tiene la ciudad de Buenos Aires, el tango es los colores: no necesitas escuchar un tango para saber que estás es un lugar tanguero”.
—Nito Dalesio: “El tango refleja claramente la vida. Por algo se ha dicho que tiene la particularidad de contarte una historia en tres minutos. Cuando encuentro personas que me dicen que el tango es triste, le digo será porque la vida es triste. Tendremos ese sentido de tristeza de la vida, o en todo caso será que es como es. A lo mejor nos duele la realidad. Eso es el tango: la vida. Por eso yo recomiendo efusivamente, casi como una condición de una buena salud física y mental, que escuchen FM 92.7, La 2x4, la radio de Tango de Buenos Aires para todo el mundo”.
—Eric Dinzel: “Es entender que lo que nos atraviesa por dentro a todos es lo mismo. Es entender nuestra identidad. Es entender quiénes somos pero también quiénes somos a través de los demás. Para mí el tango es un espacio de encuentro, un espacio de exploración humana. Si lo tengo que resumir en en una sola palabra, es identidad”.
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