Marina Ruiz Matta lidera una lectura popular y académica de Alfredo Zitarrosa

En el Auditorio Nacional del CCK, la pianista interpreta “Guitarra negra” junto a la Orquesta Juan de Dios Filiberto y el actor Diego Velázquez. “Es un poema de una belleza inigualable, que me conmueve”, afirma

La compositora y pianista Marina Ruiz Matta junto a la Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto, interpretará "Guitarra negra" en el CCK (Foto: prensa Marina Ruiz Matta)

“¿Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra? / “¿Cómo haré para que sientas mi torpe amor / Mis ganas de sonarte entera y mía?”. Hace poco más de treinta y cinco años, Alfredo Zitarrosa grababa en el exilio Guitarra negra, una de las canciones más emblemáticas de su repertorio. Con un texto —un poema— de amor y entrega, de dolor y rebeldía, Zitarrosa miraba su presente y oponía a la violencia del Estado la ira del arte.

Este viernes, la guitarra de Zitarrosa será nuevamente protagonista en CCK, en un concierto a cargo de la compositora y pianista Marina Ruiz Matta junto a la Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto y dirección de Andrés Tolcachir. El poema, ahora con música de Ruiz Matta, será interpretado por el actor Diego Velázquez.

“Mi papá es guitarrista y es de Entre Ríos”, dice Marina Ruiz Matta en diálogo con Infobae Cultura, “y todos los guitarristas entrerrianos escuchan y aman a Zitarrosa”. El recuerdo de la infancia se disparó en pandemia y en algún momento de la cuarentena Ruiz Matta se reencontró con Guitarra Negra: tal vez el encierro tenga algo de exilio. En ese tiempo empezó a trabajar sobre el tema y ahora puede presentarlo en público. La fecha no es casual. Cantar a Zitarrosa el año que se cumplen cuarenta años de la democracia. “El poema me emociona mucho, la temática me emociona mucho, es muy importante tener vigente la memoria”, dice.

No es la primera vez que ella aborda una obra en diálogo con otra obra. Ya lo había hecho, por ejemplo, El barón Rampante, de Italo Calvino y Ladrón de caballos, de Manuel Scorza. “Así es el compositor: escuchás algo que te gusta y no te alcanza sólo con escucharlo”, dice.

Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto (Foto: prensa Marina Ruiz Matta)

Zitarrosa era más bien un músico de instrumento solo. Pero ahora lo presentás con una orquesta: ¿qué cambia?

—La idea de la sonoridad de una orquesta te da un mundo de posibilidades tímbricas. Que haya maderas y metales y cuerdas… La Orquesta de Música Nacional tiene bandoneones, tiene charango, guitarra, piano, tiene una percusión clásica y también batería. Es la posibilidad para armar algo que es una mixtura entre lo popular y lo académico.

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El CCK tiene una carga de politicidad. Ya desde el nombre. ¿Cómo se relee a Zitarrosa en este 2023?

—Cuando hago este poema tengo muy presente la situación del momento. Yo tengo hijos adolescentes y la realidad es que, para ellos, la cuestión de las dictaduras en Latinoamérica, si bien la tienen presente, está comprobado que en los lugares donde no hubo una buena política de memoria quedan cosas abiertas y cosas que no se terminan de desarmar. Lo dicen los españoles, con la guerra civil. Y en estos últimos años, en Argentina, han resucitado discursos negacionistas, donde se relativiza la responsabilidad de los genocidas, vuelven a resurgir la teoría de los dos demonios. Me parece que hay que tomar conciencia de que la democracia tiene que estar siempre, ante todo. Y el poema de Zitarrosa es una forma de hablarlo. Con un poema que tiene una belleza inigualable. No creo que el arte tenga que hablar de su tiempo o hablar de política. Me refiero a una denuncia panfletaria; eso me molesta un poco.

Marina Ruiz Matta (Foto: prensa Marina Ruiz Matta)

Pero Zitarrosa podía ser explícito también.

—Era explícito en su forma de pensar y en su ideología, pero no hacía panfleto. No lo escondía, pero su pluma, su forma de escribir era muy literaria y muy poética, y era capaz de un decir con sutileza y belleza. El término belleza en arte es muy polémico, pero creo que sabemos a qué me refiero. Zitarrosa puede decir de la cosa más cruda de una forma tan hermosa, y su lenguaje no es hermético sin dejar de una obra de arte. Eso es muy difícil de lograr. Y me conmueve mucho.

¿Cómo es hacer una relectura de la obra pero intervenirla con nueva música?

—Bueno, es osado. Primero pensé: ¿quién narra esto? Porque la voz de Zitarrosa es única. Entonces la idea era buscar algo que realmente se pudiera hacer desde otro lugar. Lo llamé a Diego Velázquez y él va a leer mientras toca la orquesta.

¿Es en simultáneo o se da un diálogo entre el recitado y la música?

—No, no. Es el poema con la música. La diferencia, que me parece importantísima, es que la música no está en un segundo plano. Yo hice una interpretación de cómo me llegan las partes del poema emotivamente —que tiene muchos momentos; es un poema largo—. Fui armando la música en función de ese mapa emocional. El actor tiene que ese mapa, porque la música misma lo va a llevar, la música se oscurece, se pone más invasiva.

El poema de Zitarrosa será interpretado por el actor Diego Velázquez (Foto: prensa Marina Ruiz Matta)

El concierto se divide en dos partes. ¿En la segunda vas a tocar otras obras tuyas?

—Sí, la otra mitad van a hacer seis obras, de las cuales hay tres temas míos y tres arreglos del disco Aire que hicimos con Flor Cozzani, una cantante que es una amiga del alma: “Construcción”, de Chico Buarque, “Ay de mí”, de Homero Manzi, y “El Gavilán”, de Violeta Parra. Entonces hay tres temas que canta el coro, hay instrumentales, es una buena mezcla. Es un concierto de una hora.

Este no es tu primer concierto en el CCK. ¿Cómo es tocar en el Auditorio Nacional?

—Es… maravilloso. El problema para el músico es que en cada sala se tiene que acostumbrar al sonido. Llegás y vas como redireccionando un poco todo y eso lleva un tiempito. Pero, la verdad, una vez que lo hacés es hermoso. Llego ahí y agradezco a Dios.

Vuelvo a la cuestión política. ¿De qué forma se toca a Zitarrosa en el CCK después de las PASO sin caer en el manifiesto?

—Si te referís a si voy a decir algo o qué voy a decir: no lo sé. Sinceramente estoy conmocionada con toda la cuestión política. Es inevitable que, escuchando fragmentos de Guitarra negra”, esté eso presente. Y también es importante, porque eso le da una cuestión expresiva. No tenerlo presente le quitaría un poco de alma al evento. Pero no voy a dar un discurso. Lo maravilloso de la música es que, como es algo abstracto, el que escucha puede hacer su propia síntesis. Nadie tiene que decirle cómo se siente.

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