Ira Sachs define su película más controversial: “No es autobiográfica, pero sí es personal”

El director estadounidense reconocido por su refinado estilo visual habla de “Pasajes”, uno de los estrenos de esta semana. “La escribí y la hice como una reacción a la oscuridad de la pandemia”, confiesa

"Pasajes" fue presentada por Ira Sachs en el último BAFICI y este jueves se estrenó en las salas locales

Ira Sachs es una persona curiosa. Llevaba apenas unas horas en Buenos Aires y quería saber qué lugares visitar, especialmente edificios históricos de la ciudad. El Centro Cultural San Martín y el espacio, con su llamativa arquitectura funcionalista, lo fascina e intriga. A los 57 años, el realizador de Frankie y Love is Strange, entre otras, es un veterano del cine independiente norteamericano y del circuito de festivales, pero pocas de sus películas llegaron a las salas comerciales aquí. Pasajes será la excepción. Si bien su visita a la Argentina estuvo ligada a la presentación de su película en el BAFICI, este drama romántico se estrenó esta semana y llegará a las plataformas de streaming, a través de MUBI, en octubre.

Celebrada en festivales europeos y recibida con aplausos y controversia en los Estados Unidos (recibió, por su franqueza sexual, la calificación de NC-17, que la hace prohibida por completo para los menores de esa edad), Pasajes tiene como protagonista a un manipulador director de cine (el alemán Franz Rogowski) y se centra en las complicadas y demandantes relaciones que mantiene, en paralelo, con su marido artista plástico (el inglés Ben Whishaw) y con una chica alejada del mundo del arte (la francesa Adèle Exarchopoulos), a la que conoce en la fiesta de fin de rodaje de su última película. Es un triángulo amoroso de un bienvenido y, a esta altura, inusual erotismo con un protagonista manipulador y complejo en un universo, como el del cine, que Sachs conoce muy bien.

Trailer de Passages, la nueva película de Ira Sachs.

-¿Cómo te llevás con el hecho de que tu película se vea, fundamentalmente, por streaming en lugar de en las salas de cine?

-Me gusta el modelo que usa MUBI, que incluye un paso por salas de cine y una continuidad vía streaming. De ese modo te quita la presión económica del estreno en cines y te agrega otra posibilidad que es importante para el sostenimiento de la película. La pandemia modificó mi relación con el streaming. Yo vivo con mi marido (el pintor Boris Torres), mis dos hijos (Viva y Félix) y sus dos madres (Tabitha Jackson y Kirsten Johnston) y durante esa época vimos cientos de películas gracias a las plataformas. Fue toda una educación cinematográfica. Hicimos una lista con lo que veíamos y es muchísimo lo que hay para descubrir en ellas.

-Es cierto, pero en algunas plataformas hay que buscar mucho hasta encontrar las buenas películas…

-Sí, es verdad, pero tienen muchas. Por ejemplo vi varias películas de cine negro o protagonizadas por James Cagney como preparación para Pasajes. Fueron muy importantes para ver cómo trabajan el concepto del antihéroe y el placer que el antihéroe le da al público, ya que pone en juego deseos que suelen ser reprimidos por la sociedad. Tienen que ser personajes carismáticos y seductores con la audiencia.

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-Mirando la película yo pensaba que podía ser una versión queer, si se quiere, de películas como La madre y la puta, de Jean Eustache. Tiene una textura de película de los ‘70.

-Me gusta esa idea, sí, pero que sea relevante para esta época. Bueno, es un lenguaje cinematográfico que me influyó mucho, me cambió. Lo mismo que el cine de Chantal Akerman, el de Maurice Pialat o Taxi Zum Klo, una película alemana de Frank Ripploh, de 1980. Es una película maravillosa, muy muy gay. Películas en las que la sexualidad era muy franca. Existe ese concepto de que estamos yendo a una sociedad más abierta y mi impresión es que con el cine no es verdad, que hay ciertos periodos del cine que nos recuerdan qué es posible y qué cosas tenemos permiso para filmar.

Sachs estuvo mirando varias películas protagonizadas por James Cagney como preparación para "Pasajes".

-Eso se ve en el cine de los Estados Unidos últimamente, como una cosa muy puritana…

-Creo que eso existe también en relación al capitalismo y a cómo hoy las cosas están controladas por más compañías multinacionales, que intentan que sus productos puedan ser más accesibles globalmente.

-Pero mi impresión es que esa represión viene más por el mercado estadounidense (N. de la R: la calificación de “Prohibida para menores de 17″ no se había otorgado allí cuando se realizó esta entrevista) que por Europa o inclusive aquí, que no tenemos tantos pruritos. Al final, la sensación es que muchas películas que se suponen que son para adultos terminan siendo casi para niños.

-Sí, es cierto. ¿Y te pareció que eso pasaba con Pasajes también?

-No, para nada, al contrario. Parece una película francesa, europea, en el sentido de su franqueza sexual.

-Existe esta tensión entre permiso y poder. Y en cierto sentido el personaje de Tomas (Rogowski) en la película personifica ese conflicto, porque él tiene esos permisos, que se da a sí mismo, pero ese permiso pronto se transforma en explotación, en el abuso de poder. Para mí hay como una atracción y una repulsión hacia partes que son mías también.

-Eso te iba a preguntar, si la película tiene cosas autobiográficas, siendo que el protagonista es un cineasta…

-Es lo primero que me preguntó mi madre (risas). Y no, no es autobiográfica pero es personal. Hay una diferencia. Lo que se cuenta no me pasó a mí pero me identifico con algunos de esos impulsos, pueden ser los de Tomas pero también los de Agathe (Exarchopoulos). He sido los tres personajes de algún modo u otro.

"La película no es autobiográfica pero sí es personal", dice Ira Sachs

-Da la impresión que el personaje de Tomas espera que su vida personal funcione como si fuera un rodaje, pretendiendo que todos actúen de acuerdo a sus deseos, que son un poco dictatoriales. ¿Te ha pasado eso a vos también?

-Sí, la cuestión del control es muy importante. La ilusión del control. Uno funciona por la vida de ese modo, creyendo que puede controlarla. El problema es que una vez que uno controla algo siempre hay otra cosa que no puede controlar. Y creo que lo que genera suspenso en la película es que uno nunca tiene el control, nunca tiene el poder completo, uno no es un Dios. Uno es humano.

-Pero cuando hacés una película sos un poco una especie de Dios, o podés serlo.

-Sí, es cierto, pero yo no ensayo con ellos ni espero controlar todo lo que hacen. Lo que quiero es crear una situación en la que se sientan lo suficientemente cómodos como para tomar riesgos entre ellos. Y lo que les pido es que escuchen y respondan. No me interesa que ejecuten lo que yo les digo.

-Esa es otra cosa que me intriga de la película. Tus protagonistas hablan tres idiomas distintos (alemán, inglés y francés) y dos de ellos no hablan en su lengua original casi nunca. ¿No se hace más difícil de ese modo pedirles que improvisen o modifiquen el guion? No es fácil hacerlo en un idioma que no es el tuyo…

-Los tres hablan inglés bastante fluido, pero de todos modos el inglés de los personajes no tiene que ser mejor que el que hablan los actores. Cualquier error que cometan, lo pueden cometer también los personajes. No les pido a los actores que se transformen. Les pido que traigan al set lo que ellos son. Y después es el guion, que está escrito, el que le da forma a lo que ellos se convierten en la película. Franz dijo sobre la película que pasa de ser una sobre Agathe, Martin y Tomas a ser una sobre Adele, Ben y Franz. Ves aparecer a los personajes y a los actores al mismo tiempo.

"Yo no ensayo ni espero controlar todo lo que hacen los actores. Lo que quiero es crear una situación en la que se sientan lo suficientemente cómodos como para tomar riesgos entre ellos", dice el director estadounidense

-¿Qué te interesó de Rogowski para el personaje? Es un actor muy particular, es difícil olvidarse de que es él cada vez que lo ves.

-Estoy de acuerdo pero creo que, en realidad, él utiliza el medio, la forma, para crear algo que es muy distinto a como es él mismo. Es un animal y también una escultura. Él diría que es las dos cosas. Franz crea la forma y el personaje mediante algo que es esencial a sí mismo pero también lo hace a través del movimiento y la coreografía.

-¿Fue difícil crear un personaje que sea, por un lado, bastante despreciable, pero que a la vez uno pueda sentir cierta empatía por él, por lo que le pasa? No es un monstruo, pero un poco lo es también…

-James Cagney nos dio permiso (risas). Al principio Franz tenía dudas si sería capaz de hacerlo y le dije que no se preocupara, que mi trabajo era estar pendiente de eso y ver lo placentero que puede ser el personaje. No estaba preocupado, porque Franz es alguien placentero como persona y como figura. Y a los espectadores les da cierto placer ver a personas que se portan mal. Esa es la historia del cine. Tampoco quería hacer una película demasiado cuidadosa. Creo que la escribí y la hice como una reacción a la oscuridad de la pandemia. Era como decir: “No sabemos si el cine va a seguir existiendo, si yo voy a seguir existiendo, si el mundo va a seguir existiendo, así que hagamos una película que sea lo más libre posible”.

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-¿La escribiste durante la pandemia?

-Sí. Todas mis películas, esencialmente, me reflejan en la época en las que las hice. Es la única forma en la que sé que son verdaderas.

-¿Es más fácil o más difícil hacer películas para vos hoy de lo que era décadas atrás? No me refiero necesariamente a la financiación sino también a la temática. Tengo la impresión que antes era más difícil producir películas con temáticas gay y quizás ahora no lo sea tanto…

-No realmente. El concepto de progreso, de que el futuro está lleno de progreso, es bastante falso. A lo largo de los últimos 15 años logré crear un modelo sustentable para hacer películas personales que ha sido raro pero me ha funcionado. Nunca es fácil pero es mi forma de hacer películas, que son personales e íntimas. La respuesta que está teniendo Pasajes me da algo de esperanza en el sentido de que hice una película que es muy mía y la gente está respondiendo muy bien. Así que me pondré a escribir la siguiente.

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