Con foco en cuestiones como los ecofeminismos, las fake news, las narrativas políticas, las democracias y los relatos que construyen realidades a través de operaciones ficcionales, el Centro Cultural Kirchner (CCK) alberga una muestra que bajo el título Ficciones reales invita a revisar las formas en que la información se produce y circula a partir de obras de 30 artistas y colectivos entre los que se encuentran Marta Minujín, Antoni Muntadas, Roberto Jacoby y Harun Farocki.
La muestra, que reúne más de 28 artistas y colectivos de Argentina, España, Alemania, República Checa, Chile, México, Francia, Perú e Italia, cuenta con obras de Adriana Bustos, Daniel Canogar, Jordi Colomer, Daniela Comani, Eduardo Costa, Roberto Jacoby, Raúl Escari, Declinación Magnética, Etcétera, Harun Farocki, Joan Fontcuberta, Dora García, Gabriel Garcilazo, Voluspa Jarpa, Fabio Kacero, Ali Kazma, José Luis Landet, Marta Minujín, Antoni Muntadas, Marie Orensanz, Daniela Ortiz, Liliana Porter, Cristian Segura, Tucumán Arde y Santiago Villanueva entre otros.
“Quiero agradecer especialmente a los y las artistas por compartir sus miradas, su arte tan profundo y tan necesario en estos tiempos que estamos viviendo. Gracias a las curadoras y gracias Jozami, por tu voluntad y por estar permanentemente impulsando BIENALSUR”, dijo Bauer ante la gente reunida frente a las salas del séptimo piso del CCK, donde se desarrolla la exposición que, desde ópticas diversas, explora los distintos relatos ficcionales, gráficos, sonoros, visuales, que operan sobre la realidad.
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“Es muy importante lo que estamos haciendo -afirmó el ministro-. En estos días, por este Centro Cultural, pasaron 300 mil visitantes. Damos por inaugurada esta muestra que es de los artistas, de la universidad, del Centro Cultural Kirchner, pero en realidad es de todos y todas las argentinas”.
La curadora Diana Wechsler sostuvo que “las exposiciones Rompecabezas (recién inaugurada en MUNTREF Centro de arte contemporáneo) y Ficciones reales (en CCK) surgen de una misma idea: la de revelar las posibles narrativas del presente, a través de la perspectiva de numerosos artistas de distintos horizontes culturales”.
“Trabajos como los de Regina Silveira, Harun Farocki, Antoni Muntadas, Daniel Canogar fueron algunos de los disparadores de este proyecto que se fue alimentando en el diálogo con otros artistas y pensadores como John Berger, Joan Fontcuberta, Maria Gimeno, Adriana Bustos, Daniela Comani, Dora Garcia, entre otros”, explicó.
Y profundizó: “Farocki nos invita a Desconfiar de las imágenes, Susan Sontag plantea los límites de la fotografía. Antoni Muntadas señala con una proyección de diapositivas de imágenes de medios gráficos que desbordan el perímetro de un aparato de televisión que la realidad supera lo que pasa por los medios”.
“Estos son algunos de los indicios que podemos encontrar a través de las obras para pensar sobre las formas de construcción de lo real”, señaló la curadora.
Y sostuvo que “las exposiciones están armadas a partir de preguntas ligadas a las formas en que se configura lo real y en ese sentido, saturados por la información, es momento de restituir la soberanía del espectador y contribuir con proyectos como estos a resituar unas miradas críticas, emancipadas, capaces de habitar la diversidad”.
Según Wechsler, “la curaduría es un ejercicio asociativo y de edición: las obras se asocian conceptualmente o materialmente. En cada sala se puede ver una impronta distinta. En esta sala vas a ver libros, bibliotecas, información textual; en otras vas a ver otros formatos, otro tipo de ficciones reales. Son distintas maneras de editar la realidad. Esto, finalmente, nos deja en un umbral que nos hace pensar no que cualquier relato es posible pero sí que conviven muchos relatos de la realidad”.
Por su parte, Benedetta Casini habló de El mensajero, una performance de la artista española Dora García, que se va a desarrollar todos los fines de semana en el CCK, “en donde una performer aprende de memoria un mensaje en un idioma que no conoce ni identifica, y busca en la sala de exhibición a quienes la puedan ayudar para traducir ese mensaje. La única persona que sabe cuál es el mensaje es Dora García, la artista, y obviamente el traductor al que le pidió ayuda para traducir el mensaje”.
“Por un lado -explicó la curadora-, la idea es poner en evidencia cómo cualquier mensaje se va modificando a través de traducción. La traducción que la performer encuentre o logre nunca va ser exactamente igual a lo que Dora García quiso transmitirle y, por otro lado, el idioma que se elige es de una comunidad minoritaria de la Argentina y de Buenos Aires. La dificultad de encontrar a un integrante de esa comunidad en un espacio de arte refleja la intención del artista de mostrar quienes circulan en los espacios del arte y quienes no”.
Uno de los artistas, José Luis Landet, habló de su obra Archivo Carlos Gómez, que reúne trabajos del pintor argentino (1945-2014) que van de 1970 a 2014. “Lo que vengo a mostrar es mi vínculo con Carlos Gómez, artista de Lomas de Zamora. Lo conocí en el 2011 y desde ahí establecí una comunicación que nos llevó años. Después, a su muerte, yo quedé a cargo de parte de su acervo. Es un artista inmenso: exiliado, se fue a Colombia, luego México, estuvo en la Unión Soviética, participó en muestras claves, pero era un tipo muy tapado en relación al arte”.
Y, continuó, “lo específico de él es que viene de la clase obrera, albañil, metalúrgico, ferroviario, marxista. Siempre la obra tiene un lado de tratar de contar a sus propios compañeros de clase quién era Marx, quién consume, quién produce, y quién distribuye”.
Fuente: Télam S.E.
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