En su libro La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía, Roland Barthes señala dos conceptos clave para describir la experiencia estética de la fotografía. Se trata del punctum y el studium. Este último refiere al carácter social de la fotografía, a su atractivo manifiesto, a un registro compartido en la comprensión de la imagen por quienes la observan, un código en común de lectura. Por su parte, el punctum refiere al elemento subjetivo y emocional que surge de la observación. Pertenece al ámbito privado, íntimo de cada quien, en el encuentro con la imagen, donde la verdad se revela ante los ojos del sujeto que observa, donde se abre un punto ciego de representación para dar luz a un nuevo sentido que lo atraviesa.
Según Barthes, la fotografía debe ser silenciosa porque para ver bien una fotografía hay que “levantar la cabeza o cerrar los ojos”. Dos hechos que ocurren inmediatamente al ver la serie fotográfica Antártida Negra, de la artista Adriana Lestido, expuestas en el Centro Cultural Borges. Las imágenes monocromáticas sorprenden, provocan y conmueven porque si pensamos en la Antártida hay dos colores que por lo menos nuestro cerebro relaciona por asociación inmediata: el blanco perfecto del hielo y el azul del mar y el cielo. Dos colores que no están, al menos no del modo al que acostumbramos ver ese paisaje.
Adriana Lestido viajó en barco por los mares antárticos entre febrero y marzo de 2012, en el marco de la residencia Sur Polar, a las bases argentinas Decepción y Cámara. Su objetivo era encontrar el blanco absoluto, pero una serie de eventos climáticos imponderables hicieron que el viaje tuviera otro destino, llevando el blanco hacia lugares más oscuros, donde el gris y el negro se apoderaron de la escena. De esa travesía, salieron dos libros: Antártida negra. Los diarios (Editorial Tusquets), que recopila crónicas de la artista durante esos días en soledad, y el libro homónimo de fotografías (Ed. Capital Intelectual).
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A partir de ese material, hoy se exponen algunas de sus fotografías en la fotogalería del primer piso del Borges, junto al texto curatorial de Juan Forn. En palabras de la artista: “Viajé a la Antártida para comprender lo que la naturaleza me podía decir sobre la vida y la muerte a través de su inmensidad, de la pureza de los elementos, la austeridad del paisaje y la desolación. Creo que su luz, con sus extraños anocheceres y amaneceres, puede llegar a ser un misterioso pasaje para entrar en esa realidad aparte donde el espacio y el tiempo adquieren otra dimensión. Así poder observar cómo todo sucede por sí mismo. Y en ese suceder poder ver algo más”.
Lestido comenzó estudios de cine y de fotografía en 1979 en la Escuela de Cine y Técnicas Audiovisuales de Avellaneda. Entre 1982 y 1995 trabajó como fotoperiodista para La Voz, Página12 y la Agencia Diarios y Noticias. Se ha dedicado intensamente a la enseñanza coordinando talleres y clínicas. En 2010 fue invitada a impartir uno de los campus PhotoEspaña Grandes Maestros.
Fue la primera fotógrafa argentina en obtener la Beca Guggenheim, la beca Hasselblad y el Premio Mother Jones. También fue nombrada Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de Buenos Aires, obtuvo la Medalla del Bicentenario, el Premio a la Trayectoria por la Asociación Argentina de Críticos de Arte, el Premio Leonardo por el Museo Nacional de Bellas Artes, el Gran Premio Adquisición Salón Nacional de Artes Visuales, el Premio a la Trayectoria otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes, el Premio Konex de platino, entre otras distinciones. Además se desempeñó como curadora de grandes artistas y su trabajo integra las colecciones de los más reconocidos museos, galerías y coleccionistas de Argentina y el mundo.
El texto curatorial comienza afirmando que “en todo fin hay un principio” y llegar al fin del mundo debe ser un punto de partida, una línea capaz de abrir la puerta al silencio de lo desconocido para escuchar los sonidos de una nueva revelación. “El punctum me lleva a una pasividad radical. Me hace débil. Sufro una pérdida de mí mismo”, afirma Byung-Chul Han acerca de Barthes, en su libro No-Cosas. Y en este sentido, el encuentro con las fotografías grises de Lestido, desoladoras, inhóspitas, desplegando tanta inmensidad, vuelve la mirada hacia adentro, a lo pequeño, a aquello que nace después de lo que ya no está.
*La exposición se puede visitar hasta agosto, de miércoles a domingos de 14 a 20 h, en la Fotogalería del primer piso del Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA).
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