Salen a la luz detalles ocultos de pinturas egipcias ancestrales mediante un nuevo método de escaneo

La tecnología de imágenes químicas permitió a investigadores franceses demostrar que el arte faraónico y las condiciones de su producción fueron más complejos de lo que se pensaba

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Pintura de la tumba de
Pintura de la tumba de Menna en la que puede verse al propietario de la sepultura y a su esposa Henutmire ante el dios Osiris (Wikipedia)

Dos obras maestras históricas de hace más de 3.000 años fueron analizadas por un equipo internacional de investigadores, que utilizó la tecnología portátil de imágenes químicas para revelar detalles de estas pinturas que decoraban los muros de algunas tumbas egipcias y demostró que el arte faraónico y las condiciones de su producción fueron más complejos de lo que se pensaba.

Detalles invisibles a simple vista, pero que son puestos al descubierto por la química y las nuevas tecnologías, dan una nueva dimensión a las pinturas egipcias y sus autores, que modificaban o realizaban “arrepentimientos” en sus obras, según una investigación concretada por especialistas franceses y belgas junto al Ministerio egipcio de Antigüedades.

El trabajo revela las licencias artísticas en ambas obras del antiguo Egipto, en cuya lengua no se conoce una palabra para el concepto “arte”, señala el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia. El equipo analizó dos pinturas funerarias, fechadas aproximadamente en 1.400 y 1.200 a.C, que fueron estudiadas in situ con novedosas herramientas portátiles que permiten realizar análisis químicos no destructivos.

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La imagen muestra que el tocado, el collar y el cetro real de la imagen de Ramsés II en la tumba de Nakhtamón fueron retocados significativamente (Martinez y otros / Plos One)

La civilización egipcia se percibe a menudo como extremadamente formal en su expresión creativa; sin embargo, el equipo multidisciplinario ha sacado a la luz modificaciones en las dos obras que permiten relativizar esa rigidez. Las dos pinturas analizadas en detalle están ubicadas en capillas funerarias la necrópolis tebana, cerca del río Nilo, y datan del período ramésida. Una de ellas pertenece a Menna, un alto funcionario que ejerció su cargo en el reinado del faraón Amenhotep III y fue enterrado en Tebas en una rica tumba conocida como TT69, que se había ordenado construir, decorada bellamente con escenas de su vida cotidiana.

A pesar de la alta calidad de las imágenes que facilita esta visita virtual de las pinturas que decoran la tumba del alto funcionario, hay pequeños detalles que son imposibles de apreciar a simple vista, como el “tercer brazo” oculto de una representación de Menna que acaba de ser descubierta por el estudio realizado por Philippe Martinez, de la Universidad de la Sorbona, junto a compañeros de la Universidad de Lieja (Bélgica).

Este equipo internacional de investigadores ha utilizado diversos dispositivos portátiles para llevar a cabo un mapeo de la química de los pigmentos que los antiguos artistas habían empleado y, de este modo, dejar al descubierto las alteraciones que se habían producido durante su trabajo. Así, no sólo se ha podido conocer la corrección en uno de los brazos de la figura y que había permanecido oculta durante milenios, sino también detectar un collar que hasta ahora era desconocido en un retrato de Ramsés II.

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En la imagen puede verse un tercer brazo en uno de los retratos de Menna que aparecen en su tumba (Martinez y otros / Plos One)

También se analizó otra capilla tebana que perteneció a un funcionario llamado Nakhtamón, quien trabajó como “supervisor del altar” en el Ramesseum (el templo funerario del faraón Ramsés II en la orilla occidental de Tebas). Utilizando la misma técnica de imágenes de fluorescencia de rayos X macro (MA-XRF), los investigadores descubrieron el collar oculto, así como diversos ajustes en la corona y otros elementos que decoraban la figura real.

Según indican los expertos en el estudio publicado en la revista Plos One, estos cambios podrían estar relacionados con algún tipo de cambio en la simbología religiosa. ”En ambos casos, la imagen precisa y legible de la composición física de la superficie pintada ofrece un enfoque visual renovado basado en la química, que se puede compartir a través de un enfoque multi e interdisciplinario. Sin embargo, esto también conduce a una descripción más compleja de las mezclas de pigmentos que podrían tener múltiples significados, donde lo práctico a menudo conduce a lo simbólico y de ahí, con suerte, a una definición renovada del uso de colores en conjuntos complejos de representaciones del antiguo Egipto” explicó Martinez, según cita la revista científica Plos One.

La próxima misión de los científicos será analizar otras pinturas en busca de nuevos indicios de la artesanía y las identidades intelectuales de los antiguos dibujantes-escritores egipcios.

Fuente: Télam S.E.

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