El transcurso del tiempo produce infinitas líneas de vida, historias y recorridos. Dichas líneas tienen momentos coincidentes cuando se cruzan, bien aleatoriamente o bien intencionadamente. Esto ha ocurrido en la exposición que se ha iniciado en el Centro Pompidou de París, que actualmente acoge la trayectoria profesional de 60 años del conocido arquitecto británico Norman Foster.
Esta gran exposición retrospectiva está compuesta por 130 proyectos explicados mediante dibujos, cuadernos de trabajo, maquetas y prototipos de arquitectura y diseño. Las obras están agrupadas en siete temas (Naturaleza y Urbanismo; Piel y Huesos; La Ciudad Vertical; Historia y Tradición; Planificación y Lugar; Redes y Movilidad; y Futuro) y ocupan una extensa superficie de 2.200 metros cuadrados.
Quién es Norman Foster
Norman Robert Foster es uno de los arquitectos más galardonados de la historia moderna. Ostenta, desde 1990, el título británico de Sir y en 1999 se le otorgó el título nobiliario vitalicio de Barón de Foster de Thames Bank. En ese mismo año obtuvo el premio Pritzker, considerado el Nobel de arquitectura, y, en 2009, fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Sería interminable seguir describiendo el resto de los premios, menciones y galardones que ha obtenido.
Hay dos coincidencias con colegas de profesión que fueron importantes en sus inicios profesionales y que le abrirían el camino hacia su exitoso futuro.
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Por un lado estaría la influencia del arquitecto norteamericano Buckminster Fuller, inventor, futurista y gran visionario, tachado de utópico. Fuller mezclaba la arquitectura con la ingeniería y el diseño. En su idea de la que él consideraba nuestra “nave espacial Tierra” abarcaba toda una una filosofía de sostenibilidad y supervivencia humana.
Por otro lado, Foster se vería influenciado por el estudio que fundó en 1963 (Team 4) junto al arquitecto italiano de origen inglés Richard Rogers y dos integrantes más.
En estos dos momentos germinaron ideas basadas en la arquitectura llamada High-Tech (alta tecnología), donde se ponían de manifiesto y se desvelaban, además de los elementos habituales –fachadas, huecos, cubiertas, elementos decorativos, etc.–, todos los componentes técnicos y tecnológicos que contiene la arquitectura –instalaciones de todo tipo, estructura, elementos de comunicación (ascensores, escaleras, etc.)–.
En el año 1967 creó el estudio de arquitectura Foster and Partners. Desde entonces, y hasta hoy, su carrera ha tenido una progresión meteórica. No es posible, dada su extensión, nombrar sus proyectos y obras realizadas, ni siquiera los más conocidos.
Pero quizás sea importante señalar el edificio que marcó su carrera y lo llevó a la fama mundial. Se trata del Hong Kong & Shanghai Bank (HSBC), una torre destinada a acoger la actividad del banco, desde atención al público, oficinas hasta salas de reuniones, construida en Hong Kong (China) entre 1979 y 1986.
La novedad consistió en la introducción de la estructura como la identidad del edificio. La estructura metálica que soporta al edificio hace de fachada, es decir, no hay una fachada al uso tradicional, y todo aquello que anteriormente se ocultaba arquitectónicamente, incluidas las instalaciones y las conexiones verticales, “compone” el edificio.
Este edificio representa perfectamente el estilo High-Tech. Fue publicado y aclamado en todo el mundo y lanzó al estrellato a Foster and Partners. Esto les llevó a desarrollar proyectos y abrir oficinas en todo el mundo (Abu Dabi, Bangkok, Pekín, Buenos Aires, Dubái, Hangzhou, Hong Kong, Los Ángeles, Madrid, Nueva York, San Francisco, Shanghái, Shenzhen, Singapur, Sídney y Varsovia), teniendo su sede principal en Londres.
Esa denominada “oficina de arquitectura” es realmente una empresa multinacional que, aunque no cotiza en bolsa, funciona como una corporación que tiene como figura central al arquitecto británico. Gran parte de los edificios que diseña el estudio son grandes infraestructuras como aeropuertos, estaciones de trenes y metros, museos, puentes, torres de oficinas, parlamentos, bancos, bibliotecas, complejos urbanísticos, universidades y un amplio etcétera.
Incluso ha sido el encargado de crear una ciudad entera y utópica para 50 000 habitantes, llamada Masdar en Abu Dabi.
Actualmente está definiendo, junto a la agencia Espacial Europea, cómo será la arquitectura del futuro en otros planetas o en satélites, como Marte o la Luna. Así, Foster vuelve a las enseñanzas de su maestro Fuller, a tratar la preocupación sobre la subsistencia del planeta, trabajando en un posible futuro en el que la Tierra pueda dejar de ser habitable por muchos motivos.
Retrospectiva con el Pompidou
¿Y cuál es su coincidencia con el Pompidou? El museo francés fue construido en 1977 en el corazón del barrio antiguo Beaubourg. Se planteó como un –polémico– objeto tecnológico en el que se dejaban al descubierto las escaleras, tuberías de instalaciones y todo aquello relacionado con la tecnología, utilizando además el color y características de los materiales.
Una plaza llena de gente con un edificio de colores al fondo que deja al descubierto la estructura arquitectónica, las tuberías, las vigas, etc.
Efectivamente estamos hablando de nuevo de un icono de la arquitectura High-tech diseñado por Renzo Piano y su exsocio de estudio Richard Rogers. Ambos también fueron galardonados con los premios Pritzker en 1998 y 2007 respectivamente.
Después de la exposición de Foster, el edificio cerrará para su remodelación y se reabrirá en 2026 coincidiendo con su 50 aniversario. Comienzo y final, ideología, pensamientos, trayectorias, vinculaciones, encuentros… todo son coincidencias. Intencionadas ¿o no?
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