El horror del nazismo y el asesinato sistemático de más de 300.000 personas. Esas dos vertientes aglutinan el concepto de una nueva exposición que tiene lugar, hasta este viernes 14, en el hall de planta baja de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (Perú 160), intitulada La Eutanasia nazi de las personas con discapacidades. Las primeras víctimas de Hitler.
Esta exposición devela el infame programa, conocido como Aktion T4, mediante el cual el nazismo aplicó políticas de “higiene racial”, a través de incursiones en instituciones psiquiátricas y hospitales en donde señalaban -según sus siniestros designios- aquellas personas “no aptas para vivir”. Lo que primero fue un “plan de esterilización”, ejecutado en su mayoría antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, sobre los internos que no cumplían con los parámetros nazis, luego del inicio del conflicto bélico derivó en un exterminio radical.
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Este evento ya pasó por Capital, ya que se trata de una reedición de la misma exposición abierta al público por los festejos del Bicentenario en 2010. En aquella ocasión también se desplegó en la Legislatura porteña como aporte del Centro Simon Wiesenthal y, a su vez, por iniciativa de la Comisión de Derechos Humanos de dicho organismo, se la declaró de interés cultural.
En la apertura de esta nueva edición, la embajadora argentina ante la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto y Representante para la Lucha contra el Antisemitismo, María Fabiana Loguzzo destacó que “la muestra es un recordatorio del grado de crueldad y deshumanización al que pueden llegar las ideologías extremas”. Además, denunció, “las complicidades y silencios de la sociedad que antes y durante la vigencia del Programa permitieron su desarrollo”.
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Por su parte, el director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, doctor Ariel Gelblung, sostuvo que “hombres de familia que besaban a sus hijos antes de ir a trabajar, trasladaban a las víctimas a su destino final, compraban gas letal, vejaban los cadáveres comerciando con sus restos y mentían a los familiares”.
En su discurso también afirmó que “frente a las protestas sociales, todo ese personal fue reasignado a la ejecución de La Solución Final, dejando en manos de los psiquiatras el asesinato de quienes debían curar”. Y concluyó: “Si todo este relato nos escandaliza es porque afortunadamente vivimos en una sociedad que promueve la convivencia en la diversidad”.
Por su parte, la diputada Victoria Montenegro afirmó que esta exposición “demuestra lo equivocados que están quienes tienen responsabilidades políticas o institucionales y pretenden poner en discusión cuánto dinero le representa al Estado una persona con discapacidad”. Además agregó que, a 40 años de democracia, “no podemos permitir que sea posible este tipo de discusiones” para luego cerrar que “todos y todas nos merecemos que se respeten nuestros derechos y el Estado debe tener mucha más presencia en la vida de los que más lo necesitan”.
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