El legado cultural y sentimental de Norah Borges tiene quien lo cuide

Félix Torre, nieto de la artista plástica y hermana menor del célebre Jorge Luis, atesora objetos, cartas y fotografías familiares que integrarán un futuro archivo. “De ella me gustaba su calma”, cuenta

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Félix Torres, nieto de Norah Borges y sobrino nieto del escritor Jorge Luis Borges
Félix Torres, nieto de Norah Borges y sobrino nieto del escritor Jorge Luis Borges

La cuchara de plata de Edward Young Haslam, un globo terráqueo, escritorios, sillas, mesitas, sillones, lámparas colecciones de postales, fotos de sus antepasados, documentos genealógicos… Desde niño, Félix Torre Borges creció rodeado de los objetos y papeles familiares. Muchos de esos objetos, que se encuentran en casa de su madre y siguen siendo de su uso cotidiano, aparecen en fotos famosas. Félix es nieto de Norah Borges, y sobrino nieto de Jorge Luis Borges. Es uno de los últimos eslabones de la estirpe de los Borges.

Norah Borges fue una de las grandes pintoras argentinas del siglo XX. Nacida el 4 de marzo de 1901 en Buenos Aires, fue hija de Jorge Guillermo Borges y de Leonor Acevedo Suárez, y hermana menor de Jorge Luis Borges. Desde sus inicios en la pintura, se vio influenciada por el movimiento vanguardista, y en su obra se puede ver el paso por el cubismo, el expresionismo y el surrealismo. Su última retrospectiva fue en el 2019 en el Museo Nacional de Bellas Artes. Junto con Félix Torre, su nieto, recientemente comenzamos a confeccionar el archivo personal de Norah Borges.

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Guitarrista y poeta místico, Félix Torre se define como un librepensador, y como alguien “comprometido con la ternura”. Compone canciones bajo inspiración, así como Norah Borges pintaba poseída. En diálogo con Infobae Cultura, recuerda la convivencia con Norah durante su infancia, cuenta qué se siente formar parte de esa familia, y reflexiona sobre el lugar que deben ocupar sus objetos y documentos.

Jorge Luis y Norah Borges, en la década de los años 40
Jorge Luis y Norah Borges, en la década de los años 40

La relación de Norah Borges y Jorge Luis Borges

La relación entre Norah Borges y su hermano Jorge Luis Borges, por razones de edad y afinidades, fue particularmente estrecha. En su famosa estadía en Europa, que comenzó en 1914, durante la adolescencia y juventud de ambos, Jorge Luis leía a los expresionistas alemanes al mismo tiempo que Norah fue alumna del grabador expresionista Arnaldo Bossi. Sobre la relación entre ellos, Félix reflexiona: “Se sabe que ellos fueron muy unidos. Había mucho amor, y ellos se reconocían en un nivel mucho más profundo que quizás el del arte. Fueron dos personas muy paradas en sus zapatos ambos. Norah no tuvo los problemas que tuvimos en esta sociedad. No existía la inseguridad para ella. En el 2023, los artistas somos bastante neuróticos”.

Cuando vivieron en España, los dos hermanos se sumaron al movimiento ultraísta, una corriente vanguardista literaria que se declaraba en contra del modernismo. De este grupo formaron parte escritores como Pedro Garfias, Juan Larreda y Jacobo Sureda, y pintores como Rafael Barradas y Wladyslaw Jahl. Los Borges conocieron en este círculo de artistas al poeta y ensayista Guillermo de Torre, que luego sería el marido y padre de los hijos de Norah Borges.

Más tarde en Argentina, durante la década de 1920 y después, Norah y Jorge Luis Borges formaron parte del Grupo Florida, un círculo literario y artístico de Buenos Aires, junto con Silvina y Victoria Ocampo, Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal, Ricardo Güiraldes y Adelina del Carril, entre otros.

Las cosas "durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido”, escribió Jorge Luis Borges en su poema "Las cosas"
Las cosas "durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido”, escribió Jorge Luis Borges en su poema "Las cosas"

El acervo de Norah Borges

Cuando en 1971 murió su marido, Guillermo de Torre, Norah se fue a vivir a la casa de su hijo Luis Torre, con su pareja y sus nietos: Luis María, Isidoro y Félix. Cuenta Félix de esta etapa: “Recuerdo a ella en su habitación, pintando, jugando al ajedrez. Ella tenía su habitación con baño y un pequeño vestidor, que tenía una caja fuerte que siempre la tenía vacía. Yo ponía ahí mis secretos para jugar”.

“Desde que tengo memoria siempre vivió con nosotros. Hasta que yo tuve 17 años y ella murió. Vivíamos en ese departamento mis padres, Norah, mis hermanos, y Lidia y Enrique, que eran quienes trabajaban en mi casa”. Así es que ahora Félix y sus hermanos conservan gran parte del mobiliario de su abuela, que sigue ubicado en los mismos lugares que treinta años atrás, en la casa en la que ahora vive su madre, María Inés Crespo. Nada se movió de lugar.

Entre los objetos que conservan que heredaron de Norah Borges, está el famoso globo terráqueo que Jorge Luis tenía en su escritorio de la Biblioteca Nacional, en la época en la que fue director. Además, se conserva vajilla de plata y de bronce que perteneció a la familia. “Nosotros tenemos una cuchara de Edward Young Haslam. Era otro mundo, los objetos tenían un valor increíble. Toda su vida Edward usó la misma cuchara, y por supuesto que no era un tema de dinero. Y cuando yo era chico, había una servilleta que tenía bordada la letra F. Era mi servilleta, que cada tres años cambiaba. La bordaba Memé. Bordaba una para cada uno”. Memé: así llama Félix a su abuela Norah Borges.

A él le gusta especialmente una estatua de la Virgen María, que relaciona profundamente con la memoria de su abuela. “Hay algo que me conectó mucho con ella, que es su Virgen. Es una estatuita que hace algunos años la restauramos. Ella la tenía en su dormitorio con un rosario encima. Ese objeto me parece mágico, y lo guardo como mío”. Como vaticina Jorge Luis Borges en su poema “Las cosas”: “Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido”.

Norah Borges, artista plástica (1901-1998)
Norah Borges, artista plástica (1901-1998)

El peso del apellido Borges

A los 10 años, Félix Torre fue testigo de un momento inolvidable en su vida y en su familia. Volvió al mediodía del colegio, y, a diferencia de todos los días, su abuela no se había levantado de la cama. Cuando se acercó al dormitorio, con los brazos cruzados sobre su pecho, Norah Borges rezaba en susurros: “Soy un ángel de Dios”. Félix se quedó en shock, mientras su familia buscaba un diagnóstico psiquiátrico, que resultó la administración de medicación por el resto de su vida.

Al recordar esta historia, Félix la asocia con la profunda desconexión de su familia, y de la cultura en general, con el mundo espiritual. “Es la forma en que nuestra sociedad lidia con los asuntos extraordinarios. Mi familia se comportó como lo hubiera hecho la mayoría”, observa. Desde los 35 años, cuando grabó su disco Príncipe del Tiempo, sintió que volvía a tener una vida espiritual, y se ocupa de rodearse de amigos que también la tengan.

Sobre el legado de su abuela en la familia, reflexiona: “A medida que avanza mi vida, voy reconociendo el amor de las personas. En algún momento ella [Norah Borges] dijo, y a mí me llegó, que el trabajo del artista era experimentar la vida y después dar algo bello. Y en algún momento, ya solo, lo empecé a entender. Me gustaba de ella su autoridad, su calma. Ella estaba en calma en el mundo propio”.

Norah Borges intercambió mucha correspondencia con su marido, Guillermo de Torre
Norah Borges intercambió mucha correspondencia con su marido, Guillermo de Torre

¿Cómo cargar con el apellido Borges en la Argentina? Félix, de acuerdo con sus hermanos, decidió comenzar a trabajar en la confección de un Archivo Norah Borges. Contiene cartas familiares, de amigos y de amores, documentos, postales, fotografías, árboles genealógicos, libros de la biblioteca de Norah y de la biblioteca familiar, y hasta muebles de la familia. También cuenta con una carpeta de dibujos, y una colección de pinturas al óleo.

En el Archivo Norah Borges se destacan las cartas de amor que se enviaba con el hombre de su vida, Guillermo de Torre. Durante la década de 1920, en los primeros años de su relación, fue cuando más cartas se enviaron, pero también hay correspondencia de muchos años más tarde, cuando ya tenían hijos en común.

También cuenta con una particularidad, y es que el archivo está atravesado por el deseo de la familia de perdurar en el tiempo: los Borges guardaban las apariciones en prensa de sus antepasados, y guardaron artículos periodísticos hasta del siglo XIX en los que aparecían sus familiares. Además, la genealogía era fundamental para ellos y es por eso que pidieron y guardaron durante varias generaciones certificados de nacimiento, de matrimonio, de filiación y de sucesión de miembros familiares. Conocieron sus líneas de sangre y de ombligo, y dibujaron árboles de hasta 18 generaciones, tanto del lado paterno (Borges) como materno (Acevedo). Está a la vista que el tópico catalogador y ancestral no surge con Jorge Luis Borges, sino que es una veta que atravesó a toda la familia desde muchísimos años antes de que él naciera.

Jorge Luis Borges (1899-1986)
Jorge Luis Borges (1899-1986)

“Todos estos años siempre se me ha comunicado gente para saber cosas. También me tomó años darme cuenta de que yo tengo una tarea con ellos, de poner todo este material para el acceso de todos, pero no dedicarme a ellos”, sigue Félix Torre. Para eso habrá investigadores, especialistas, biógrafos, teóricos literarios y del arte, historiadores, e incluso artistas.

Y hablando sobre los secretos del archivo, y lo que develan los papeles de Norah Borges, cuenta Félix: “A través de los documentos me enteré de que mi abuela perdió un hijo. Eso no lo sabe nadie. Ellos vivieron otro tipo de experiencia humana donde no era tan horrible guardar secretos”. Es decir que, para la generación de los padres de Borges, era tal la tristeza y la culpa de contar la muerte de una niña, que no podían sino conservar el secreto.

De hecho, unos años después sucedió en la familia algo similar. Cuando una hermana de Félix Torre murió, a sus 4 años, la familia les pidió a todos que no le contaran a la madre de Norah, Leonor Acevedo, quien todavía vivía. De la misma manera, probablemente Norah tampoco le contó a su madre, Leonor, de su pérdida, o si le contó fue bajo la condición de que permaneciera privado. Seguramente, hay muchos más secretos familiares que nunca trascenderán.

Félix cuenta una historia en la que tomó dimensión de lo que significaba ser nieto de Norah Borges. Durante el 2022, asistió, como público, a una mesa redonda en el auditorio de Malba. No suele ir a eventos sobre su familia; en primer lugar, porque no lo invitan. Pero a esta, fue. “Me tomó el cuerpo, porque empezaron a hablar de mi abuela [Norah Borges] y de mi abuelo [Guillermo de Torre]. Me empezó a bombear el corazón. Porque, pensé, están hablando de mi familia”.

Félix Torre, nieto de Norah Borges, es guitarrista y poeta
Félix Torre, nieto de Norah Borges, es guitarrista y poeta

Entonces, en medio del público del auditorio, perdido entre la gente, se animó a pedir el micrófono, temblando, y habló desde el sentimiento con emoción, honor y gratitud. La gente se sorprendió, y finalmente todos le aplaudieron. “Hablé de mi abuela, de mi abuelo y cerré con una frase de Borges: ‘En este mundo, la belleza es común’. Después de la charla se me acercó mucha gente, sobre todo mujeres, a decirme: ‘Amo a tu abuela’”.

Actitud samurái de María Kodama

Y está el caso Kodama. Hace tres meses fallecida, su rol como albacea de Jorge Luis Borges fue muy cuestionado en la cultura argentina. Sobre su relación con María Kodama, Félix revela: “Fui a conocerla para aprender de la experiencia. Mi familia había creado casi un mito alrededor de ella”. Y es que toda la sociedad argentina, y no solo su familia, se había apoderado de Borges, y no quería aceptar que saliera con María Kodama, una joven casi 40 años menor que él.

Tuvo una conversación con ella. “Me habló de su padre y de tener una actitud samurái. Los argentinos leemos todo lo que hizo como una actitud inflexible, pero creo que también debemos ver lo bueno. Tenemos mucho que aprender de los japoneses, son personas con honor”.

“Desde que tengo memoria siempre vivió con nosotros. Hasta que yo tuve 17 años y ella murió", cuenta Félix Torre sobre su abuela Norah Borges
“Desde que tengo memoria siempre vivió con nosotros. Hasta que yo tuve 17 años y ella murió", cuenta Félix Torre sobre su abuela Norah Borges

Uno de los ejemplos más conocidos de la rigidez de María Kodama fue el caso del juicio por El Aleph engordado, del que su autor Pablo Katchadjián fue acusado de plagio. Katchadjián, defendido en esta acusación por el escritor y abogado Ricardo Strafacce, ganó el juicio en 2021.

Félix no toma postura por ninguna de las dos partes. “Yo entiendo las dos campanas. Por un lado, está fuera de registro que un escritor termine preso. Pero por otra parte, yo hablé con Kodama, y ella estaba aplicando la ley. Él no podía hacer eso. Estamos en un país donde vivimos de un modo caótico. A Katchadjián lo contacté, y le dije que sentía lo que estaba viviendo”.

Sobre el plagio, la libertad de expresión y el arte que cita obras anteriores, dice Félix: “A mí me gusta Gandhi. Su postura es que no importa quién tiene razón, sino que lo importante es vivir mejor. Creo que hay que generar un sistema que favorezca que la gente pueda producir arte que homenajee a Norah y a Jorge Luis. Tiene que haber políticas culturales que lo permitan”.

Con respecto a la sucesión de la herencia de Borges, que se declaró el 27 de junio a los sobrinos de María Kodama, cuenta, emocionado, que quisiera conocerlos: “Y mucho más que eso, conocer su corazón, porque hay que tener un gran corazón cuando tenemos una gran responsabilidad”.

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