Mientras un gran número de maestros británicos del teatro y la ópera cruzan el Canal de la Mancha para actuar en festivales franceses este verano, muchos están preocupados por el estado de las artes en vivo en su país.
El impacto combinado del Brexit, la pandemia del virus Covid-19, el aumento de la inflación y un gobierno conservador que considera que las artes en vivo no son una prioridad han pasado factura.
“En el Reino Unido están cerrando muchos locales pequeños; no soy optimista sobre la dirección que está tomando”, afirma Tim Crouch, que dirige dos obras en el Festival de Aviñón, en el sur de Francia, que comienza esta semana.
En octubre, el Arts Council England anunció que varias instituciones londinenses sufrirían recortes después de que el gobierno le pidiera que repartiera fondos a otras áreas. Entre las víctimas figura la Ópera Nacional Inglesa, que perderá 12,6 millones de libras el año próximo y posiblemente se traslade fuera de la capital.
Se congelaron los fondos de la BBC, el mayor empleador de música clásica del país, obligándola a prescindir del 20% del personal de sus tres orquestas inglesas. El plan de supresión de los BBC Singers, el único coro profesional permanente del país, sólo fue anulado tras una carta abierta de 700 compositores de todo el mundo.
A los artistas franceses también les preocupa la disminución de las ayudas, pero siguen disfrutando de algunas de las subvenciones estatales más generosas del mundo, y festivales como los de Aviñón y Aix-en-Provence atraen a muchas estrellas clásicas y escénicas británicas.
Entre ellos, el compositor George Benjamin, que estrena el miércoles en Aix una nueva ópera, Picture a Day Like This. Está “enfadado y conmocionado” por los recortes de la BBC, declaró a la AFP. “La BBC es el mayor benefactor y mecenas de la música que ha tenido nuestro país en toda su historia”, declaró. “Cerrar los BBC Singers y reducir y humillar a sus maravillosas orquestas, me parece terriblemente triste, un momento preocupante y equivocado”.
Ridículo y trágico
El director de orquesta estrella Simon Rattle dijo entender que el mundo atraviesa un “momento complicado y difícil”, pero afirmó que es una pena que el primer instinto de los políticos británicos sea siempre recortar la financiación de las artes.
“Parece formar parte de nuestro ADN”, dijo. “Es un momento ridículo y trágico en muchos sentidos”, añadió. “Pero todos queremos ver arte y cultura cuando salgamos de esta... ¿Qué clase de país queremos ser?”.
Tim Etchells, director de una obra de teatro en francés en Avignon, afirmó que el deseo de trasladar la financiación a las zonas menos favorecidas del norte de Inglaterra -donde él reside- no debe llevar a una situación en la que “se enfrente a unas regiones contra otras”.
Dave Moutrey, que dirige el centro artístico HOME de Manchester, afirmó que el Gobierno ha puesto a los organismos de financiación “entre la espada y la pared” al obligarles a elegir “ganadores y perdedores” con sus limitados presupuestos.
Incluso los famosos tienen dificultades para sacar adelante proyectos más experimentales. Damon Albarn, vocalista de Blur y Gorillaz, se mostró mordaz cuando la AFP le preguntó por el estado de las ayudas a las artes en Gran Bretaña.
“¿Por qué crees que paso tanto tiempo aquí (en Francia)?”, dijo Albarn, que el año que viene pondrá en escena una ópera en el Lido2Paris, el famoso ex-cabaret reconvertido en teatro. “La última vez que intenté algo así en Inglaterra fue en el National Theatre y acabaron intimidándome para que hiciera un espectáculo navideño por ‘cuestiones comerciales’”, dijo, con una risa desdeñosa.
Fuente: AFP
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