Para quienes no pudieron asistir, las imágenes son estimulantes. Y los que ya presenciaron el espectáculo, lo confirman: Secret Garden es una propuesta muy atractiva. ¿Cómo no serlo? Una muestra inmersiva con luces y sonidos en la noche, en un espacio verde privilegiado y ubicado en medio de la geografía urbana de Buenos Aires. Sin embargo, a pocos días de estrenada, la “muestra lumínica e inmersiva” que se presenta el Jardín Botánico hasta el 31 de julio genera contrapunto de puntos de vista sobre la autorización para realizar este tipo de show en un ámbito público, declarado “monumento histórico nacional” desde 1996, y su impacto ambiental.
Infobae Cultural dialogó con todas las partes involucradas. “El que incumple es el Gobierno de la Ciudad, no Secret Garden”, dice Mónica Capano, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Desde la Secretaría de Ambiente del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sostienen que todo está regulado, pensado y diagramado de forma que tal que no repercuta negativamente en las especies vegetales y animales que habitan en el espacio de más de 7 hectáreas.
Fuentes de la productora 6 Pasos, a cargo de la realización del show, aclararon que cumplieron con todos las exigencias y estándares requeridos. “Es un espectáculo que se ha presentado en Londres, Berlín y otras grandes ciudades del mundo, sin ningún problema”, informan.
Opiniones a favor y en contra de “Secret Garden”
“El Gobierno de la Ciudad sabe que cualquier intervención en un monumento histórico nacional debe, en primera instancia, ingresar a la comisión. Y ésta, en virtud de sus facultades, pueda determinar si esa intervención es respetuosa del patrimonio protegido”, insiste Capano sobre el debido proceso que debe ejecutarse cuando una muestra como Secret Garden se propone instalarse en un lugar así.
“En este caso, sabemos que además de ser un monumento histórico nacional, lo es por lo que significa. El Jardín Botánico tiene una especificidad que es mostrar las distintas especies vegetales pero también anidar una fauna muy específica, que tiene que ver justamente con toda esa vegetación que está protegida”, agrega la funcionaria nacional.
El planteo es concreto: “Si nosotros a esta vegetación y fauna le ponemos un espectáculo de luz y sonido va a repercutir en las especies arbóreas, pájaros y mariposas”, asegura la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos, que pertenece a la Secretaría de Patrimonio Cultural y que, a su vez, depende de Nación: del Ministerio de Cultura que dirige Tristán Bauer.
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Desde la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires —organismo dirigido por Inés Gorbea— le dijeron a Infobae Cultura que se “valora y respeta de manera inequívoca el cuidado patrimonial del Jardín Botánico Carlos Thays”, por lo tanto “cada vez que se realiza un evento dentro del predio se asegura de que ninguna de las actividades puedan generar inconvenientes para el Jardín, garantizando su normal funcionamiento”.
Lejos de avivar el conflicto con la Comisión de Monumentos, dijeron: “Valoramos profundamente el rol de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que nos acercó una nota con sus inquietudes que fue respondida sin demora. En ambas notas las dos partes se comprometieron a trabajar de manera conjunta”. Además, subrayan que “el parque sigue abierto de manera pública y gratuita todos los días en su horario habitual”.
Secret Garden se desarrolla desde las 18 hasta 22 horas, horario que no produce una superposición con la función original del Jardín Botánico. “Además, se desarrolla sobre una fracción de 10.500 metros cuadrados de las 7 hectáreas y media que tiene el predio y el recorrido está limitado a no más de 500 personas por noche, separadas en 8 tandas, las cuales transitan por los senderos peatonales preexistentes”, dijeron desde el organismo porteño.
Pero Capano insiste que “cuando se protege un monumento de estas características el patrimonio es uno solo: se protege el inmueble, con su materialidad de piedra y cal, pero también un paisaje. Y la razón de ser de ese paisaje es la naturaleza. Además, para cualquier espectáculo de luz y sonido hace falta contar con instalaciones. No sabemos qué tipo de instalaciones, si están fijadas al monumento material o a los árboles, porque no tenemos ninguna nota que haya ingresado a la Comisión”.
A pocos días de su apertura, esta muestra que busca transformar el Jardín Botánico en un “museo lumínico” ya vendió más de 30 mil entradas. Con 17 postas inmersivas —instalaciones, videos mappings, figuras gigantes, proyecciones, luces LED y de neones—, el público se embarca en “un viaje conceptual que mezcla elementos y símbolos universales como la vida, la naturaleza, la biodiversidad, el espacio, la música, el amor, la reflexión, los pensamientos, los astros y el arte”.
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En 2016, el creativo español Héctor Sánchez, que lleva 18 años vinculado profesionalmente al mundo del entretenimiento, comenzó a pensar esta puesta que puede leerse como una obra de site-specific, en tanto fue pensada especialmente para el espacio verde localizado en Palermo, que además está de festejo: fundado en 1898, cumple 125 años de vida. ”Secret Garden apunta a la familia y a descubrir desde otro punto de vista un escenario familiar para los porteños”, asegura Sánchez.
La Comisión Nacional de Monumentos Históricos asegura que no se está respetando la ley. La Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires especifica que “bajo ningún concepto se modifica ni se interfiere en el normal funcionamiento, el ecosistema ni en la arquitectura de ninguna de las instalaciones del parque”. Ahora, ambas partes están en diálogo. Y mientras tanto, Secret Garden continúa recibiendo visitantes.
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