¿Cómo se coreografía una escena de intoxicación alimenticia en masa? ¿Una joven presa de frenesí erótico? ¿Una pareja cuya pasión es tan intensa, que literalmente estallan en llamas? Estos eran sólo algunos de los retos que aguardaban al coreógrafo Christopher Wheeldon —durante décadas, una de las mentes más creativas del ballet y últimamente también de Broadway— al adaptar la popularísima novela Como agua para chocolate de 1989. El ballet Like Water for Chocolate tendrá su estreno en Nueva York esta semana con la compañía American Ballet Theatre (ABT).
Wheeldon no desconoce los retos de la narración, ya sea en el ballet, donde adaptó el complejo Cuento de invierno de Shakespeare, o en el teatro, donde ha ganado dos Tony, el más reciente por la coreografía de MJ: The Musical, sobre Michael Jackson. Pero la novela de Laura Esquivel sobre manjares, magia, lujuria y pasión prohibida, ambientada en México a principios del siglo XX y que fue adaptada al cine con gran éxito, era un desafío muy distinto: ¿cómo transmitir una narración compleja, fuerte, con muchos personajes, que se desarrolla a lo largo de dos décadas, sin palabras?
Wheeldon se ríe, rechaza la palabra “fuerte”, prefiere “jugosa”, o mejor, “épica”. “Es épica y a la vez íntima, sabes”, dijo en una entrevista reciente. Trata de una familia, pero la magnitud de las emociones en esta familia, y por supuesto, el tiempo a lo largo del cual se narra la historia... y le agregas el realismo mágico y tienes una historia épica”. Pero añade que “mi objetivo siempre es encontrar historias que son dinámicas y emocionantes y teatrales y no preocuparme demasiado por los aspectos prácticos... ¿Podemos lograrlo? ¿Podemos llevar a la audiencia en un viaje del que saldrán con la sensación de haberse conectado con estos personajes y haber sido transportados a un mundo distinto?”.
La producción llegó a la Metropolitan Opera House para iniciar la temporada de verano del ABT después de temporadas en el Ballet Real de Londres, su coproductor, y en el Segerstrom Center for the Arts en Costa Mesa, California. Se puede decir que el ABT ha hecho una gran apuesta con esta producción, y no solo cuando el personaje se va galopando a caballo en el mencionado frenesí erótico. La compañía espera atraer a fans del libro o la película que tal vez no sean habitués del ballet.
Lo presenta durante dos semanas, el doble de lo que da a los amados El Lago de los cisnes y Romeo y Julieta. Pero aunque casi todo el mundo conoce la historia de Julieta y su Romeo, y también los conceptos básicos sobre esos cisnes, las audiencias que no han leído la novela de Esquivel, y quizás incluso aquellos que la han leído, pueden necesitar un manual básico. De ahí las notas muy detalladas del programa. Wheeldon dice que ha visto miembros de la audiencia “leyendo furiosamente sus programas en el intermedio”, lo que dice que es algo bueno.
“Está bien necesitar una sinopsis”, dice. “Sé que se dice ampliamente que si estás haciendo un ballet narrativo, debería ser claro y no deberías necesitar tus notas. Eso es cierto hasta cierto punto. Debe haber suficiente para que la audiencia se aferre y pueda comprender las relaciones, pero no necesariamente captar todos los matices. Esta es una (historia) compleja y eso es lo que la hace dinámica y emocionante”.
La novela de Esquivel, que ha sido traducida a más de 30 idiomas, se centra en Tita, hija de la estricta Mamá Elena y víctima desafortunada de una tradición familiar según la cual la hija menor nunca puede casarse, sino que debe cuidar a su madre hasta la muerte. Esto condena al gran amor de su vida, con Pedro, que se casa con la hermana de Tita sólo para estar cerca de ella. Tita vierte su dolor en su cocina, lo que produce resultados mágicos inesperados.
La pasión en ciertos momentos es tórrida para un ballet, y el sitio web de ABT incluye el equivalente a un aviso de película PG-13 (que advierte a los padres que podría ser inapropiada para menores de 13 años). El elenco de la noche inaugural está protagonizado por Cassandra Trenary y Herman Cornejo, quienes también iniciaron la temporada en Costa Mesa. La pareja ha seguido ensayando y perfeccionando en Nueva York, junto con el resto de la compañía.
En un ensayo reciente entre semana en los estudios de ABT los dos hacían un intrincado pas de deux, o dúos, navegando entre ascensos complicados, suavizando puntos problemáticos, descifrando el ritmo. Se lanzaron a poses que desafían la gravedad, luego sonrieron y chocaron las palmas cuando un momento funcionó bien. Fue un ejemplo sorprendente de cómo los bailarines continúan desarrollando sus roles incluso mientras los interpretan.
“Simplemente lo profundizamos cada vez que volvemos a él”, dijo Trenary, una estrella de ABT en rápido ascenso que se convirtió en bailarina principal en 2020. “La diferencia podría ser nuestro estado de ánimo ese día, o nuestras experiencias, o simplemente cómo la vida ha cambiado”. Agregó Cornejo, el apuesto argentino que ha sido bailarín principal durante 20 años: “Estamos encontrando más capas. Cada día es algo diferente.” Y ambos bailarines notaron que Wheeldon les había dado un mapa mental efectivo para navegar por la rica historia.
En cuanto a la música original, el compositor Joby Talbot se enfocó en instrumentos fuertemente asociados con México, además de encontrar inspiración en géneros como el danzón, el joropo, la cumbia y el huapango. Por sugerencia de Wheeldon, la directora de orquesta mexicana Alondra de la Parra se sumó como asesora musical, comenzando su colaboración en Londres el año pasado. De la Parra dirigirá en Nueva York en las primeras cuatro funciones del ballet. Talbot agregó instrumentos particulares asociados a cada uno de los personajes principales: la guitarra para Pedro, la ocarina para Tita, la flauta de madera para la cocinera Nacha, y campanas para Mamá Elena.
Wheeldon es un hombre ocupado en estos días. Cuatro días después de subir al escenario en Costa Mesa para hacer una reverencia con sus bailarines, estaba en el escenario de Broadway de MJ, felicitando a la estrella saliente Myles Frost. Ese espectáculo inicia una gira nacional en agosto y se mudará a Londres el próximo marzo.
El coreógrafo acaba de cumplir 50 años, pero apenas había salido de la adolescencia cuando, a principios de los 90, comenzó su historia de amor con Como agua para chocolate. Acababa de mudarse a Nueva York desde su Gran Bretaña natal para bailar con el New York City Ballet. En lo que él llama “una tarde de domingo nostálgica”, vio la película en un cine cerca del Lincoln Center y quedó encantado.
Años más tarde, se acercó a Esquivel cuando surgió una oportunidad en el Ballet Real, donde se desempeña como asociado artístico, para hacer un nuevo ballet narrativo. La autora dijo: “Hablemos”. Wheeldon viajó a México para conocerla, junto con el escenógrafo Bob Crowley y Talbot.
Wheeldon dice que su trabajo reciente entre Broadway y la danza lo ha beneficiado en ambos sentidos. “A medida que aprendo a profundizar en el desarrollo del personaje y los altibajos emocionales de las escenas, lo llevo a mi trabajo con los bailarines”, dijo. “Ciertamente, con Como agua para chocolate abordamos los ensayos tanto como actores como bailarines, y sé que los bailarines de ABT realmente disfrutaron ese proceso”.
Wheeldon espera poder ayudar a ampliar la audiencia para la danza en un momento en que los teatros aún luchan por alcanzar los niveles previos a la pandemia. “Tal vez alguien pueda venir y ver MJ: The Musical y amarlo y luego ver que he hecho un ballet y decir, ‘Está bien, no soy un aficionado al ballet, pero tal vez iré a verlo’”, dice. “Es más difícil alejar a la gente de sus computadoras y sus teléfonos y conseguir ocupantes en las butacas (en estos días)”, señala. “Entonces, si puedo ayudar a alentar a las personas a venir, eso es emocionante y ciertamente me hace sentir que tengo un propósito”.
Fuente: AP
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