¿Quiénes fueron realmente los incas? Una exposición que llega este miércoles a Lima intenta responder a esta cuestión a través de un viaje en el tiempo con 250 piezas que van más allá de la imagen de guerreros y se adentra en su vida cotidiana para descubrir de manera más profunda y alejada de estereotipos esta civilización que forma parte de la identidad peruana.
“Lo inca es muy importante como signo de identidad nacional y cultural y está muy asociado a un valor patrimonial, pero la idea es complementar esa mirada con un conocimiento mucho más profundo de la vida cotidiana y que puede haber implicado y en su desarrollo a partir de la colonia”, señaló la directora del Museo de Arte de Lima (MALI), Sharon Lerner.
Incas más allá del imperio es una muestra que abre las puertas tras cinco años de trabajo e investigaciones y que ha traído al museo limeño piezas de colecciones estatales y privadas que recorren desde las influencias previas al nacimiento de la civilización, el esplendor del imperio y la época colonial.
“La exposición tiene como objetivo poder acercar al público una gran cantidad de información que se ha venido trabajando con especialistas de diferentes disciplinas como Antropología, Historia, Arqueología y Lingüística. Es la primera vez que un museo de Perú puede tener la oportunidad de poder plantear o repensar quiénes fueron los incas, que es una pregunta central que guía la narrativa de la exposición”, dijo el curador de arte precolombino del MALI, Julio Rucabado.
Explicó que esta se aleja de la imagen tradicional de piezas de oro y plata y que pese al no exponer tesoros, se muestran piezas que reflejan una realidad y cuentan historias, que van desde coloridos dibujos en “queros” (típicos recipientes incas) a material agrícola o joyas ceremoniales.
“Queremos ofrecer al público experiencias para reencontrarse con sus incas y ver a través de objetos y obras de arte quienes fueron ellos no solamente en el florecimiento de un gran imperio, sino ver que ocurre a partir de 1532, ver cómo se transforma su cultura y cómo pervive después de la época virreinal hasta nuestros días, de una forma tan importante que se ve en manifestaciones de diseño de arte y cultura viva en el siglo XX y XXI”, indicó el curador.
“Perú es un gigante arqueológico”, dijo en la presentación el jefe de misión de la embajada de Suiza, Stefano Vescovi, al referirse a la invitación a seguir explorando que esta muestra ofrece por la cantidad de aristas que presenta y preguntas que plantea.
Incas en profundidad
A través de “unkus”, las túnicas que usaban los incas, se cuentan historias de guerra y ceremoniales, también dan pistas de cómo era su vida diversos adornos para el cuerpo gracias a los cuales se pueden conocer distintos estratos sociales, costumbres y los roles en el aparato estatal.
La muestra descubre a las “acllass”, chicas que eran elegidas para servir al dios sol o inti y tejían bordados que ahora son vestigios históricos o las “coya”, las principales mujeres del inca que también gobernaban.
Otro de los puntos focales de la muestra es hacer ver que el quechua, lengua atribuida a los incas, no es realmente de su cosecha. “El quechua es una de las lenguas que se manejó durante la época del imperio. Se origina varios cientos de años antes de la formación imperial del Tahuantinsuyo, básicamente con los waris que estuvieron en la zona de Cuzco”, señaló Rucabado.
Pero cuando los incas empiezan a gestar relaciones con los vecinos y crear un imperio usan el quechua como una suerte de lengua franca y en la época colonial se populariza en la zona de los Andes Centrales, y llega hasta el día de hoy, cuando hay 7 millones de hablantes en el país.
Fin del imperio
Lerner expuso que en esta muestra han trabajado de la mano expertos en el periodo precolombino con la época colonial, lo que ha resultado ser muy interesante “porque nos permite entender un recorrido histórico rico que va más allá de un momento específico y entender cómo es algo que pervive y nos acompaña en el tiempo”.
De hecho, la sala colonial muestra la rica e inaudita integración de las élites incas con las españolas, fruto de lo cual hay piezas cristianas con elementos decorativos andinos o vestimentas que mezclan ambos mundos.
Derribar justamente las imágenes que se construyeron en ese momento sobre los incas guerreros y sanguinarios y desmitificar ciertos relatos construidos posteriormente que alteran episodios históricos es posible gracias a este tipo de obras. “Queremos ampliar la visión del visitante sobre los incas y demostrar otras riquezas del imperio mucho más grandes de las que uno imagina”, concluyó Lerner.
Fuente: EFE
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