El Infierno es lo que más atrae a los visitantes del Museo del Prado cuando contemplan “El jardín de las delicias”, el icónico tríptico de El Bosco, según un estudio realizado por la Universidad Miguel Hernández de España y dado a conocer por el Museo Nacional del Prado, que alberga la obra en sus salas. “El observador que se sitúa frente a la famosa obra del Bosco se detiene más tiempo y presta más atención a la tabla que recoge el Infierno”, dice el comunicado titulado “¿Dónde miramos cuando miramos el Bosco?”.
El estudio, realizado por el grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH (Universidad Miguel Hernández de Elche) ha aplicado tecnologías avanzadas de investigación para profundizar en el comportamiento del público frente a la emblemática pintura.
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El tiempo medio de contemplación de la obra superó los 4 minutos, demostrando que sigue cautivando la mirada de quien la contempla quinientos años después de que fuera creada. Considerada una de las obras maestras más populares de la historia del arte, “El jardín de las delicias”, pintada entre 1500 y 1505, es un tríptico de más de dos metros por tres, de escenas oníricas, tan distópico como paradisíaco, que alberga en la sala 56A el famoso Museo del Prado de Madrid, uno de los más visitados en el mundo.
La obra cumbre del célebre pintor flamenco Jheronimus van Aken, más conocido como Hieronymus Bosch o El Bosco, despliega en tres tablas un mundo fantástico cargado de simbología: la creación de Adán y Eva (en la parte izquierda del tríptico), escenas del infierno (en la parte derecha) y el Paraíso (en el centro), con hombres y mujeres desnudos, solos, en parejas o por grupos que aparecen rodeados de animales fantásticos, de bosques, ríos, pájaros y peces, además de seres imaginarios y monstruosos, así como matanzas, pestes y otras penurias de la Edad Media.
La tecnología empleada en el estudio científico permitió registrar la posición de los sujetos en la Sala, medir el tiempo que cada persona miraba la tabla y a qué parte de la obra prestaban atención. Además, también fue capaz de registrar, de manera simultánea con la observación, el tamaño de las pupilas lo que proporcionó información relevante sobre las respuestas emocionales.
“Así, recabados los datos y puestos en una magnitud homologable (segundos por metro cuadrado), ya que las tres tablas no tienen igual tamaño los resultados indican que el tiempo promedio de observación del panel del Infierno fue de 33,2 segundos/metro cuadrado, frente a los 26 segundos/m2 de la tabla central y 16 segundos/m2 del Paraíso”, indicó el estudio del Museo del Prado que se ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
El análisis además ha medido por primera vez cuál es el tiempo medio de duración de la observación del público, que es de 4:08 minutos. Otro de los resultados más ilustrativos del estudio ha sido la obtención del recorrido tipo que cada una de las 52 personas analizadas ha realizado con su mirada al observar el tríptico. Para ello, se han utilizado gafas de seguimiento ocular que, conectadas a un ordenador, registraban de manera independiente la dirección de la cabeza, la dirección de los ojos, y los movimientos sacádicos -aquellos movimientos rápidos y simultáneos que realizan ambos ojos cuando están observando- así como el tamaño de cada una de las pupilas.
Para el museo, ha sido igualmente muy revelador comprobar que dicho recorrido visual parte, en el 46% de los casos, del panel izquierdo de la obra, continuando luego al central y finalizando en el derecho.
Fuente Télam S.E.
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